Guillermo Furiase: “El apellido Flores es una responsabilidad. No quiero dejar mal a nadie”
El hijo de Lolita, uno de los miembros más desconocidos del clan Flores, ha presentado este verano su primera canción en solitario
Guillermo Furiase (Madrid, 27 años), hijo menor de la cantante Lolita, ha escuchado en multitud de ocasiones una de las anécdotas más llamativas de la familia Flores: la caótica boda de sus padres que, ante la aglomeración de personas en el templo, acabaron casándose por la sacristía y no por la Iglesia, como suele decir la intérprete de Sarandonga. “A mí me hace mucha gracia y le cuento a mi madre: ‘¿Cómo puedes salir en televisión y decir: ‘Está toda España invitada’. Pues toma”, suelta entre carcajadas Furiase, que precisamente ha acudido a la cafetería del hotel Only You, de la calle del Barquillo, con una mascarilla en la que se lee Si me queréis, irse, aquella famosa frase que pronunció la matriarca de la familia, Lola Flores, en un momento de desesperación y que ha pasado a la historia.
Hace casi cuatro décadas de aquello, y hace más de dos que el clan Flores vivió el peor año de sus vidas, con las pérdidas consecutivas de La Faraona y su hijo, Antonio Flores. Pasado el tiempo, muchos dicen que Furiase es la viva imagen de su tío. La verdad es que dejarse la melena larga y esa imagen que irradia de artista bohemio ayudan bastante. Aún así hay que señalar que los ojos tienen un perfilado más delicado, como el de su hermana, la actriz Elena Furiase. Su familia asegura que guarda mucha similitud con el carácter del compositor y sobre el lanzamiento de su primera canción en solitario, El Son, —presentada a comienzos de verano— sus seguidores se aventuran a afirmar que su música les recuerda también a la de él. Furiase, encantado con la comparación, expresa: “Estoy acostumbrado y me gusta porque me parece un pedazo de persona y un pedazo de artista”. No obstante, considera que sus estilos son diferentes.
De él conserva algunas guitarras que le cede su prima Alba Flores, conocida por series como Vis a vis o La casa de papel, pues estos instrumentos se estropean si se dejan de tocar. “Yo le digo: ‘Esta guitarra siempre será tuya y yo te la tengo aquí como si fuese oro”, comenta el cantante. También posee alguna de su abuelo materno, Antonio González Batista, más conocido como El Pescaílla. Furiase mantiene muchos recuerdos de quien fuera uno de los padres de la rumba catalana. “Llegaba del colegio y me silbaba malamente. Me ponía sus películas, me daba un huevo Kinder y me decía: ‘Si no quieres ir al colegio después de comer, no vayas’. Y venía mi madre y me decía: ‘Al colegio’”, rememora entre risas.
El imperio artístico que giró en torno a su abuela generó gran expectación entre el público y la prensa, a veces agolpada a las puertas de su casa. Tanto Furiase como su hermana fueron testigos desde muy niños de aquel interés, a veces exacerbado, pero lejos de la exposición con la que sí tuvieron que lidiar su madre y sus tíos. “También era otra época y mi madre empezó con 17 años. Empezó muy joven, entonces ya sí o sí tenía que estar ahí. Pero a ellos [Lolita y el empresario argentino Guillermo Furiase] tampoco les ha hecho gracia que nos fotografiasen la cara”, explica el joven Furiase, a quien muchos medios de comunicación le han bautizado como el miembro más desconocido del clan Flores. “A mí me gusta ser discreto, me gusta andar por la calle y que no me observen mucho”, admite el cantante.
Esa prudencia se hace evidente unos instantes antes de la entrevista, cuando muestra su preocupación por las preguntas. Es consciente de que en ocasiones la prensa indaga demasiado en la vida privada de los famosos, y más tratándose de esta familia de artistas tan relevante del panorama nacional. Sin embargo, poco a poco se relaja y habla tranquilamente de su trayectoria, de su amor por la música y de su familia mientras come unos frutos secos.
-¿Genera presión el apellido Flores?
-Bueno, muy poco. No presión…
-¿Responsabilidad?
-Sí, más bien responsabilidad. No quiero dejar mal a nadie por algún error que yo pueda cometer.
Tiene anécdotas para dar y regalar, desde que para él Antonio Carmona es como un tío hasta que de pequeño le impresionó recibir a Alejandro Sanz en su casa. Por su hogar han pasado diferentes rostros conocidos y es evidente que siempre ha sonado música, por lo que no es de extrañar que él haya tomado ese rumbo. Después del colegio le gustaba ver vídeos musicales y aprendía a tocar el piano y la batería. Pero la guitarra se convirtió en su instrumento desde que se topó con la obra de Jimi Hendrix. “Antes había escuchado los Beatles, que me alucinaban. Pero Jimi Hendrix fue con el que me dije: ‘Joder, me gusta el rock’”, cuenta sobre aquella revelación. Más autodidacta que de ir a clase, Furiase montó una banda, Albha, con varios amigos, entre ellos su cuñado, Gonzalo Sierra. “Nos fue genial. Nos divertimos muchísimo, conocimos muchísimo lo que es esto, lo que es subirse a un escenario, lo que es viajar en furgoneta…”, relata de aquellos años que finalizaron cuando decidió emprender su propio camino: “Me di cuenta de que eso ya existía, que no era fresco. Creo que estábamos fuera de la onda actual. Entonces me puse a hacer mis canciones y ya quería ir yo por mi cuenta. Quería enfrentarme a esto yo solo. Todo el mundo lo entendió. Nos separamos sanamente”.
Ese proyecto personal se traduce ahora en un disco que probablemente publique a finales de este año. Por el momento ha dado un avance de lo que será el álbum con la canción El Son, con la que muestra su personalidad en la música, repleta de estilos como el rock, pop, funk y jazz. De esta manera rompe con el estereotipo del flamenco tan arraigado en su familia: “Del flamenco no me olvido nunca, pero yo no hago flamenco al uso. Habrá fusiones, pero no habrá flamenco cerrado”.
Ahora lo primordial para él es ser cantante y compositor. Pero tampoco se cierra a seguir desarrollando su faceta actoral: trabajó en la película Que baje Dios y lo vea y en la webserie Dulces de Barrio. “Me he hecho castings, que a lo mejor alguno sale. Ojalá que sí. Pero, vamos, ahora mismo no me preocupa. Yo estoy centrado en la música”, declara el artista, que hace tres años fue uno de los rostros de una campaña de concienciación de la Fundación Secretariado Gitano. Asiente al preguntar si ha sufrido discriminación por su etnia, pero no le da mayor importancia: “Como no me gusta discutir, no me gusta la violencia, no me gusta todo eso, pues yo paso”.
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