Andrés de Inglaterra, un adicto al sexo y un amante atrevido
Un nuevo libro sobre el caso Epstein coloca al hijo de Isabel II en una comprometida situación en medio de su táctica para pasar inadvertido
Un nuevo libro sostiene que el príncipe Andrés es un “adicto al sexo” y un “amante atrevido”. El autor es Ian Halperin, quien lanzará el jueves Sexo, mentiras y dinero sucio de la poderosa élite mundial. El texto se ha elaborado, según la editorial, con testimonios de al menos una docena de las mujeres del círculo de Jeffrey Epstein que supuestamente se relacionaron con el hijo de Isabel II. Halperin es un periodista de investigación canadiense, escritor y documentalista. Su libro de 2009, Desenmascarado: Los últimos años de Michael Jackson, fue número 1 en la lista de The New York Times en 2009; también ha escrito sobre la familia Kardashian.
″La mayoría de las mujeres pintaron a Andrés como un perfecto caballero. Una de ellas contó que era un amante muy atrevido: no había límites... Una me dijo: ‘Andrés sacudió mi mundo en el dormitorio’, pero se sintió decepcionada porque después de eso no volvió a saber de él", ha contado el autor durante sus entrevistas de promoción de su obra.
Halperin añadió: “Una de las examantes de Andrés desveló que tenía adicción al sexo porque siempre fue el segundón con relación al príncipe Carlos y comparó la relación con su hermano a la que mantienen Guillermo y Enrique. Esto le llevó a su estilo de vida de playboy. No estaba recibiendo atención y le hizo sentir especial conseguir estas mujeres hermosas en su cama”.
El autor del libro, que supondrá un nuevo quebradero de cabeza para la casa real británica, sostiene que no descubrió ninguna evidencia de que Andrés —que ha negado las acusaciones de que se acostó con la esclava sexual de Epstein Virginia Roberts— tuviera relaciones sexuales con mujeres menores de edad, pero “no hay duda de que Epstein proporcionó chicas a Andrés y esa fue la razón por la que fueron amigos ... Tenía una obsesión por las pelirrojas".
Halperin alega que Andrés —quien insiste en que su amistad con Epstein estaba puramente centrada en los negocios— comenzó a temer al magnate estadounidense. El autor afirma: “Epstein obtuvo información sobre gente y la usó contra ellos... Cuando él y Andrés se vieron por última vez, en 2011, Andrés se puso de rodillas rogándole que nunca revelara nada sobre él. Si Epstein llegó a tener a un príncipe de rodillas, imagine el poder que tenía sobre los demás”.
Jeffrey Epstein fue acusado de tráfico sexual de docenas de menores y por ello arrestado y encarcelado en 2019 en Nueva York. Se declaró inocente. El 10 de agosto se le encontró muerto en su celda de la cárcel de Nueva York y se determinó que su muerte fue un suicidio. Tenía 66 años. La amistad de Epstein con Andrés de Inglaterra y la supuesta participación de este en sus fiestas llegó a provocar la salida del príncipe de la vida oficial británica.
El caso se ha reactivado en los últimos meses por dos motivos. Primero, por el estreno de un documental en Netflix, Asquerosamente rico, que evidencia las malas prácticas y los abusos del magnate y que se ha convertido en un elemento mediático de presión. Y, por otro, ya en el ámbito judicial, por la detención de Ghislaine Maxwell, considerada la madame y proveedora de menores del rico estadounidense. Maxwell, de 58 años, se ha declarado no culpable, pero permanecerá en prisión sin fianza y su juicio se estima para julio de 2021.
La presión sobre el príncipe comenzó a incrementarse después de su fallido intento por finiquitar el asunto en una entrevista televisiva el pasado mes de noviembre que se volvió completamente en su contra, por el ejercicio de ambigüedad y soberbia que desplegó Andrés. La periodista Emily Matlis le acorraló en el programa Newsnight, de la BBC, en un diálogo en el que el duque de York rechazó mostrar arrepentimiento alguno por su relación con Epstein, mostró una frialdad excesiva con las víctimas, ensayó excusas que fueron posteriormente motivo de burla en los medios —no podía haber “sudado profusamente” al bailar con Giuffre en un club londinense, según ella relató, porque durante su participación en la Guerra de las Malvinas empezó a sufrir “una condición médica que le impedía sudar”— pero, sobre todo, dejó claro que su amistad no era tanto con Epstein sino con Maxwell. Andrés admitió que se había reencontrado en Londres con su vieja amiga a mediados de 2019, cuando las autoridades estadounidenses ya habían decidido reabrir la investigación sobre Epstein. No hablaron sobre el escándalo, dijo el príncipe “porque no había nada de qué hablar, ya no era noticia... lo habíamos dejado atrás”.
Según varios medios británicos se espera para los próximos días la publicación de la lista de vuelos organizados por Epstein en los que supuestamente figura Andrés de Inglaterra. El príncipe no se ha dejado ver en las últimas semanas y tampoco hay foto de él en la boda de su hija Beatriz, celebrada este verano en Windsor.
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