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Bar Refaeli pagará 1,3 millones para no ir a la cárcel por evasión de impuestos en Israel

La supermodelo acepta pagar la multa y, además, nueve meses de trabajos para la comunidad

La modelo Bar Refaeli.
La modelo Bar Refaeli.GTRES (GTRES)
Juan Carlos Sanz

Bar Rafaeli, considerada la imagen más glamurosa de Israel, se librará de la cárcel por evasión fiscal tras haber alcanzado un acuerdo con la justicia penal. La supermodelo, de 35 años, aceptó este martes cumplir una condena de nueve meses de trabajos para la comunidad y pagar una multa de cinco millones de shequels (cerca de 1,3 millones de euros) por defraudar en sus obligaciones con la Hacienda pública. Tzipi Refaeli, madre de la maniquí, tendrá que cumplir en cambio una condena de 16 meses de prisión después de haber admitido su culpabilidad en la falsificación de la residencia fiscal de su hija.

Bar Rafaeli ya fue condenada el año pasado en la vía civil, poco antes de que presentara el festival de Eurovisión en Tel Aviv, a pagar al fisco 16 millones de shequels por ingresos no declarados entre 2009 y 2010. La popular maniquí y actriz había asegurado que en aquella época tenía fijada su residencia fiscal en Estados Unidos, donde compartía vivienda con su entonces pareja, el actor californiano Leonardo DiCaprio.

En su defensa presentó una carta de George DiCaprio, padre de su exnovio, que ratificaba sus alegaciones, así como numerosas fotos con el ganador del Oscar a la mejor interpretación protagonista masculina en 2016 por El Renacido. Como parte del acuerdo judicial, para quedar libre de toda responsabilidad civil y penal por varios cargos de evasión en la última década se ha comprometido a retirar el recurso que había presentado ante el Tribunal Supremo.

Los inspectores de Hacienda israelíes desconfiaron de las pruebas de papel cuché y siguieron la pista del dinero. Las autoridades tributarias estadounidenses consideraban a Refaeli como “no residente”, y en sus registros no figuraba ninguna propiedad de inmuebles o vehículos a su nombre, ni un domicilio fiscal en el país. En todos los documentos manejados, Refaeli nunca hizo constar como vivienda habitual el apartamento de DiCaprio.

Leonardo DiCaprio y Bar Refaeli, en Los Ángeles en 2010.
Leonardo DiCaprio y Bar Refaeli, en Los Ángeles en 2010.Kevin Reece (GTRES)

Para la justicia israelí, la supermodelo vivía durante esos años la mayor parte del tiempo en dos pisos de Tel Aviv alquilados a nombre de su madre, a fin de que ella no figurase oficialmente como residente. Durante ese mismo periodo, creó empresas y abrió cuentas bancarias en el exterior para ocultar a las autoridades sus ingresos por derechos de imagen, como los contratados con las firmas de automóviles de lujo Lexus y Range Rover.

La madre de la supermodelo ofreció a comienzos de año a la Fiscalía General de Israel ir a prisión por su hija, que acaba de dar a luz a su tercer retoño, a fin de que pudiera ocuparse del cuidado de su familia. La top siempre había defendido su inocencia al alegar que todas las operaciones económicas se hicieron sin su conocimiento directo.

Refaeli ya había tenido que afrontar en 2015 y 2016 investigaciones fiscales por otro delito de evasión fiscal, era ser acusada de ocultar descuentos en bienes de lujo y regalos que recibió, sin haberlos declarado como ingresos. Entre ellos figuraba el uso privado de un apartamento en un lujoso edificio de Tel Aviv que ella promocionaba con su imagen. Quedó libre tras pagar una multa.

La mediática supermodelo, protagonista de campañas publicitarias de firmas internacionales, está casada con el empresario israelí Adi Ezra. Refaeli ya había estado casada previamente para evitar cumplir el servicio militar, obligatorio en Israel para hombres y mujeres mayores de 18 años. La polémica rodeó su última boda en 2015, en una ceremonia celebrada en medio de grandes medidas de seguridad. Para evitar a los paparazi, la pareja solicitó el cierre del espacio aéreo sobre la zona de la ceremonia, un lujoso hotel del norte de Israel. La Aviación Civil israelí accedió a su petición a pesar de una ola de críticas en el país, pero el Ministerio de Transportes descartó el privilegio de vetar el sobrevuelo, destinado a garantizar la obtención de imágenes exclusivas de la boda.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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