Carpaccio de tomates
Cuando los tomates están en temporada en la tienda, en tu huertita o la de un familiar o vecino, es el momento de hacerse un ‘carpaccio’ con género en su punto y con todo el sabor
La denominación de carpaccio proviene de la cocina italiana; en origen, se designaba con este nombre un plato preparado con carne o pescado crudo, finamente laminado y aderezado de forma ligera con aceite de oliva, limón y sal, con más frecuencia, casi como si de una ensalada se tratase. Si usamos este término con ricos tomates, estamos hablando de una ensaladita de tomate en la que cortamos esta hortaliza lo más finamente posible y la aderezamos a nuestro gusto.
Para hacer este carpaccio de tomates es esencial que los tomates sean algo firmes y no estén muy maduros, para laminarlos correctamente sin obtener puré de tomate, y usar un cuchillo extraafilado o una mandolina, si eres afortunado de tenerla. El carpaccio de carne original se acompañaba con limón, aceite de oliva, trufa y queso parmesano, pero unas anchoas de calidad, unas buenas olivas, unas lascas de ventresca de atún o unas virutas de cualquier queso nacional bien curado quedarán fantásticas, o tan solo aceite y sal, y tendrás un plato sabroso y elegante en menos que canta un gallo.
El tomate se reseca con mirarlo, más en pleno verano y cuando tiene una superficie de corte tan enorme, por lo que el carpaccio hay que prepararlo casi al momento, para ser servido de inmediato (a no ser que untes toda la superficie del tomate con aceite, algo que parece excesivo).
Tiempo: 5 minutos
Dificultad: La de encontrar tomates firmes con sabor y cortarlos finamente sin destrozarlos
Ingredientes
Para 2 personas
- 3 o 4 tomates de diferentes tipos
- Aceite de oliva virgen extra al gusto
- Zumo de limón al gusto
- Sal al gusto
- Anchoas, ventresca de atún, aceitunas o virutas de queso curado de acompañamiento
Instrucciones
Lavar los tomates, eliminar la base del pedúnculo y cortar en láminas lo más finas posible en sentido transversal, para que se vea bonito el corte, con un cuchillo muy afilado o mandolina.
Colocar las láminas de tomate estéticamente en una fuente o plato amplio; sazonar con unas gotas de zumo de limón, un hilo de aceite y sal al gusto.
Si se quiere, acompañar con anchoas, ventresca, virutas de queso o aceitunas.
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