Tigres (mejillones rellenos rebozados)
A medio camino entre la croqueta y el mejillón en salsa, los tigres son una tapa tan rica como laboriosa en su preparación. Algo que la ha convertido en una especie en peligro de extinción en bares y tascas.
Cada vez se ven menos en hostelería y hay un buen motivo para ello: son bastante entretenidos de preparar. Para qué negarlo, los tigres son una tapa maravillosa, porque esconden una bechamel picante con tropezones de mejillón empanada y frita; pero para eso hay que hacer un sofrito, abrir los mejillones, una bechamel, el relleno de la cáscara con la bechamel, el empanado y la fritura. Vamos, un currazo. Y si no que se lo digan a las tascas madrileñas y a los bares de pinchos vascos y gallegos, donde fueron los reyes durante mucho tiempo.
Su nombre viene de la potencia que deberían esconder, del picante. Un tigre tiene que tener furor y gracia: si no pica, no es un tigre. Es algo que podemos relacionar también con la salsa brava de las patatas, que para que sea considerada como tal tiene que ser brava ¿no? Pues cuando hablamos de mejillones tigre, tenemos que pensar en mejillones picantes. Aunque en realidad estamos hablando de unas croquetas de mejillón, con un sofrito previo y también la cáscara incluida (para hacer la gracia, en realidad podríamos no usarla y quitar ese paso, aunque facilita el formado). Si la usáis os recomiendo frotar bien las cáscaras para dejarlas lo más limpias posible.
El sofrito llevará ajo, cebolla y un poco de tomate; y sobre él se podrá arrancar la bechamel, a la que a mí me gusta incorporar un poco del caldo que soltaron los mejillones al abrirse. Por eso aconsejo abrirlos prácticamente al vapor, sólo con un dedo de agua, y siempre colar el líquido antes de usarlo. Utilizar el caldo del mejillón dará más sabor a nuestros tigres, y cambiar parte de la leche por nata aportará cremosidad. La carne de los mejillones, bien troceada, se incorpora al final para que no se cocine de más y quede chiclosa. A mí me gusta que haya trocitos con mordida, aunque eso implica que bolearlos y darles forma será más tedioso.
Dificultad: Hay que currárselos.
Ingredientes
- 1 kg de mejillones crudos con cáscara
- 2 dientes de ajo
- 1 zanahoria
- 50 g de pimiento rojo
- 1 cebolla
- 2 cucharadas de tomate frito con cebolla
- 1 pizca de pimentón picante
- 100 ml de vino tinto
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 80 g de harina
- 70 g de mantequilla
- 150 ml de caldo de mejillón
- 300 ml de leche entera
- 250 ml de nata líquida
- Salsa picante al gusto
- Sal
- Pimienta negra
- 2 huevos
- 250 g de pan rallado
- Abundante aceite para freír
Instrucciones
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