Tarta pavlova de frutos rojos
La leyenda cuenta que un pastelero creó esta tarta inspirándose en una bailarina rusa. Aunque no sea cierta, este postre está muy rico y lo puedes acompañar también de chocolate, crema de limón o dulce de leche.

La pavlova es una tarta con leyenda: se dice que está inspirada en la ligereza de la famosa bailarina rusa del principios del siglo XX Anna Pavlova. Sin embargo, hay bastantes tartas de merengue anteriores a su nacimiento y, de hecho, algunas eran ya muy famosas y apreciadas en el siglo XIX, cuando las amas de casa americanas empezaron a utilizar uno de los nuevos inventos de la época: la batidora de varillas a manivela.
Fueron los neozelandeses los que la renombraron en honor a la delicadeza de la artista. Y delicadeza es precisamente lo que transmite un postre que no requiere muchos ingredientes, pero sí una elaboración meticulosa. La clave está en montar un buen merengue y cocinarlo bien el horno, con el objetivo de que quede crujiente por fuera pero no dorado, y después terminarlo con nata montada y frutos rojos. Para conseguirlo es fundamental batir bien, mejor si es con una batidora eléctrica, y después cocinar a una temperatura uniforme en el horno.
En este caso terminaremos la pavlova con frutos rojos, quizás su acompañamiento más clásico, pero también podríamos hacerlo con cualquier fruta o incluso irnos a opciones más dulces: chocolate, dulce de leche, caramelo o crema de limón.
Ingredientes
- 4 claras de huevo
- 120 g de azúcar
- 1 cucharadita de vinagre de vino blanco
- 1 cucharadita de fécula de maíz (maizena)
- 1 pizca de sal
- 150 g de nata para montar
- 40 g de azúcar glas
- 100 gr de frambuesas
- 25 gr de arándanos
- 2 cucharadas de azúcar normal
- 10 cerezas