Teresitas, las frutas de sartén rellenas de crema pastelera
Un dulce de origen asturiano totalmente polivalente, ya que es típico prepararlo tanto en carnaval como Semana Santa o el día de Todos los Santos
Las teresitas de sartén asturianas son un dulce sencillo, unas empanadillas de crema pastelera que se fríen, lo que se llamaba una fruta de sartén. Recuerdan en su elaboración a las afamadas casadiellas, con la salvedad de que suelen ser de forma cuadrada o con forma de empanadilla clásica; a mí, como madrileña, me recuerdan a nuestros bartolillos. Hay quien emplea hojaldre para la masa que las envuelve, pero os damos la masa más tradicional de mantequilla, la misma de las casadiellas. Las teresitas asturianas son típicas de carnavales, Semana Santa e incluso del día de Todos los Santos, de modo que aproximándonos a cualquiera de estas fiestas tenemos bula para atiborrarnos de teresitas caseras cual si no hubiera un mañana.
Dificultad: Tener paciencia para que se enfríen antes de hincarles el diente
Ingredientes
Masa
- 120 g de mantequilla derretida
- 250 g de vino blanco
- 1 yema
- 1 pizca de sal
- ½ cucharadita de levadura química
- 500 g de harina corriente
Relleno
- 250 g de leche entera fría
- 1 huevo
- 15 g de maicena
- 60 g de azúcar
- ½ cucharadita de extracto o pasta de vainilla
Acabado
- Aceite vegetal para freír
- Azúcar para bañar
Instrucciones
Pesar y medir todos los ingredientes de la masa. Mezclar los líquidos. Tamizar la harina con la levadura y agregar a los líquidos.
Amasar a mano o con robot. Se debe obtener una masa blandita, pero que apenas se pegue a las manos.
Tapar y dejar reposar 30 minutos.
Pesar y medir todos los ingredientes del relleno. Poner en un cazo la leche fría con los huevos, agregar la maicena y remover para desleír. Añadir el azúcar y calentar a fuego lento, sin dejar de remover y rascar el fondo del cazo, hasta que hierva y espese.
Agregar la vainilla y mezclar. Tapar con plástico a piel y dejar enfriar. Conservar en nevera si se hace con antelación (no más de un día).
Una vez reposada la masa, extenderla con rodillo a dos o tres milímetros de grosor. Con un cuchillo dividirla en cuadrados de unos ocho o 10 centímetros.
Poner en cada cuadrado una cucharada de crema pastelera, pintar el borde de la masa con un poco de agua y doblar la masa por la mitad. Presionar el borde de cada empanadita con un tenedor para que se selle.
Calentar en una sartén pequeña un par de dedos de aceite vegetal sin que llegue a humear y freír las teresitas.
Ir sacando las teresitas fritas a una fuente con papel de cocina para absorber algo de la grasa y rebozar en un plato con abundante azúcar blanquilla. Listo.
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