20 restaurantes rurales que merecen una excursión
Lo que nos gusta huir de la ciudad, adentrarnos en la espesura y resguardarnos en platos de cuchara y postres contundentes. Con el otoño llega el ruralismo: te contamos cómo reponer fuerzas entre florecillas.
Hay placer en comer mientras se contempla la naturaleza. Uno se pone bucólico con las castañas que caen de los árboles, con los hongos que brotan de la tierra, con el cordero que pasta —por ahora— apaciblemente en el prado. De repente eres parte del ciclo de la vida, y como tal devoras. Puestos a elegir el escenario, y ya que empieza a hacer biruji para meter los pies en el riachuelo, buscas algún comedor con vista a la montaña. Paisaje de otoño y sensación de calor: de repente un plato de cuchara, de esos que consuelan el cuerpo, alimentan el alma, e invitan a mojar pan.
Hasta aquí la literatura; ahora el pragmatismo. Algunos restaurantes rurales de España son una delicia y no les estamos haciendo ni caso. Ya seas un montañero en apuros, un padre devoto (lo cual implica más apuros) o un soltero en busca de ti mismo, hay opciones más que interesantes. Cerca y lejos de la ciudad; de Norte a Sur de la Península; y hasta con estrellas de por medio. Por lo general poseen cocinas respetuosas con el entorno, basadas en el producto y la tradición, con debilidad por la cazuela. Hemos pedido a Comidistas y amigos que nos recomienden sus lugares favoritos para llenar el estómago y henchir los pulmones, todo al mismo tiempo. Como resultado, esta guía para perderse -o encontrarse- en la sierra.
GALICIA
Si ya te has puesto las botas y has cogido el bastón, bien, porque la primera parada es Santiago. La recomendación corre a cargo de Jordi Luque, quien nos habla de Fogar do Santiso y se marca un tanto en favor de la economía circular. Este caserío abrió sus puertas en 1996 como un proyecto de restauración familiar, pero una década después se entregó a la sostenibilidad y ahora se funciona bajo un modelo de autoabastecimiento. “Es un restaurante inmerso en la naturaleza y que se alimenta de ella. Además de cultivar su huerta, cría sus propias vacas y solo trabaja con pesca del río Adán”, explica. Madera, tierra, molinos. Han crecido tanto que tienen dos tabernas urbanas, un restaurante en un vivero de Oleiros y otro en una fábrica de curtidores de Allariz.
Fogar de Santiso. Trasellas, 13. Luou-Teo (Santiago de Compostela). Tel. 981 805 948. Mapa
PAÍS VASCO
Como el País Vasco es un destino asombroso, con infinidad de secretos y multitud de senderos, le preguntamos a Mikel Lotixate, autor del blog de viajes y gastroexperiencias Lonifasiko. “Aquí hay muchos caseríos antiguos reconvertidos en buenos restaurantes, donde comes de la leche por menos de 40 euros”, anuncia. Y empieza hablando de Belaustegi Baserria, en Elgoibar a caballo entre Gipuzkoa y Bizkaia. “Se trata de una joya histórica, un caserío del siglo XVI reformado con un gusto exquisito, donde Josu Mugerza practica una cocina muy cuidada. Producto de temporada y de proximidad, caza y pesca, pero con influencias de los viajes del chef por Asia”, explica.
Belaustegi Baserria. Alto de San Miguel 44, Carr. Markina (Elgoibar, Gipuzkoa). Tel. 943 74 31 02. Mapa.
A continuación nos desplazamos a Carranza, el municipio más grande en extensión de Bizkaia, pero a la vez uno de los valles más desconocidos. En sus profundidades, más concretamente en el barrio de Concha, se encuentra Casa Garras. Loitxate explica que se trata de una casa de comidas con dos vertientes: “Por un lado está la cocina tradicional, donde destacan sus alubias al estilo de antes, con unos sacramentos de auténtico escándalo; y por otro, la alternativa moderna, en la que Txema Llamosas da rienda suelta a la creatividad con un menú degustación impecable y una relación calidad-precio que ya les gustaría a muchos restaurantes Michelin”. Este viajero nos deja dos sugerencias sobre la bebida: “Atrévete a maridar la comida con Petite, el elegante txakoli de Pilar Llamosas, y no te vayas sin probar el gin-tonic de manzana que preparan en barra”.
Casa Garras. Barrio Concha, 6 (Bizkaia) Tel. 946 806 280. Mapa.
La última aportación del autor de Lonifasiko es el Restaurante Héctor Oribe, en Páganos (Álava). Entre un mar de viñedos, con la Sierra de Cantabria en el horizonte, el chef practica la cocina de autor con la tranquilidad que le ofrece el antiguo caserón y la minúscula pedanía. El entorno no invita a las prisas y la comida da para larga sobremesa, a medio camino entre el recetario vasco y el riojano. “Indispensable dejarse llevar por su exquisito menú del día de corte ejecutivo o por su asequible menú degustación”, aconseja Mikel. Además, pocos restaurantes de la zona ofrecen una carta de vinos tan cuidada. “Hay referencias de todas las DO, pero se agradece el cariño que muestran por los vinos de la Rioja alavesa y las pequeñas bodegas familiares”, valora.
Restaurante Héctor Oribe. Gasteiz Kalea, 8. Páganos (Álava). Tel. 945 600 715. Mapa.
Antes de marcharnos de Álava y cruzar hacia La Rioja, si es que en realidad hay alguna frontera, hablamos con Yolanda Ortiz de Arri, periodista de Spanish Wine Lover y 7 Caníbales. Y ella dice: Arrea!. El concepto de montaña de Edorta Lamo, cofundador del bar de pintxos A Fuego Negro, está perdido en en mitad de la nada, cerca de Santa Cruz del Campezo. Supone el reencuentro del cocinero con sus raíces más salvajes, por lo que hace valer la estética rural y el recetario local. Ortiz de Arri lo define como “rock and roll”. Hay una oferta informal, con putxero del día y una barra para ir de potes —salir de vinos—, y otra parte gastronómica, con menú de 28€ y 80€. “Fui hace un año, poco después de la inauguración, y comí garbanzos con berza y oreja. Hay trucha, corzo y unos encurtidos caseros con calabaza que están de muerte”, recuerda nuestra asesora.
Arrea! Subida al frontón, 46. Santa Cruz del Campezo (Álava). Tel. 689 740 370. Mapa.
LA RIOJA
Hablamos con David Robledo, sumiller del restaurante Santceloni, y le encontramos de escapada por La Rioja. La tierra de los vinos alberga una parada especial: Venta Moncalvillo (una estrella Michelin). Situada en el municipio de Daroca de Rioja, con apenas 45 habitantes, es la estrella Michelin en el pueblo más pequeño del mundo. El mérito corresponde a los hermanos Echapresto, quienes hacen cocina de sabores regionales, con productos riojanos y de su propia huerta, además de custodiar más de un millar de vinos en su bodega. “A mí me encanta, y no solo por la selección de Riojas, que es absolutamente maravillosa, sino por el encanto de todo el conjunto. Moncalvillo se pone muy interesante en otoño, porque además empiezan las setas y la caza”, afirma Robledo.
Venta Moncalvillo. Ctra. Medrano, 6. Daroca de Rioja (La Rioja). Tel. 941 444 832. Mapa.
CANTABRIA
De nuevo tenemos a Yolanda Ortiz de Arri, esta vez para hablar de Cantabria y desvelar un secreto a voces. “Es el típico caso de restaurante del que poca gente ha oído hablar, pero luego todo el mundo conoce”, empieza. Se refiere a Casa Cofiño, en Caviedes, un pueblo cercano a Comillas. La cosa se explica rápidamente: huevos fritos con jamón, filetes de carne empanados y salteados de setas. “Es muy informal, pero todo está bueno, y luego tiene una zona de ultramarinos para comprar los productos”, relata la periodista. Otra de sus particularidades reside en la carta de bebidas, que incluye numerosas variedades de whiskys escoceses, ingleses o japoneses. “De repente llegas y te encuentras maltas de 12 años con unos precios buenísimos”, cuenta. De locos.
Casa Cofiño. Lugar, Barrio Caviedes. Caviedes (Cantabria). Tel. 942 708 068. Mapa.
“No pilla de paso de ninguna carretera y está en un pueblo con el mismo nombre del mesón, donde solo hay una casa. Como eso de por sí ya es una poderosa herramienta de marketing, no tiene ni página de Facebook ni Instagram ni ná”, empieza el relato de Rubén Galdón, que seduce desde la primera frase. Entonces pasa a hablarnos de Mesón Casasola -no es broma-, situado en el municipio cántabro de Valdeolea, que es zona de buenos pastos, buenas vacas y excelente carne. “Tiene elaboración propia de morcillas de arroz y apuesta por el producto de la zona, con unos precios tirados que te llevan a pensar qué diantres te cobran en otros restaurantes de peor calidad y servicio”, prosigue. “En Casasola es pecado no pedir un buen solomillo de ternera, con su bien de salsa de pimienta, o de setas, o de queso de Tresviso. Cocinado a la plancha, al punto, es de una mantecosidad acojonante”, queda dicho. Y para muestra, Galdón envía la foto.
Mesón Casasola. Casasola, s/n. Reinosilla, Valdeolea (Cantabria). Tel. 942 745 577. Mapa.
ASTURIAS
Conocí a Xune Andrade en Madrid, después del periplo por distintas cocinas, y cuando ya echaba demasiado de menos Asturias. Tanto que se tuvo que volver. Entonces hablaba de un proyecto que conectara su cocina con su tierra para poner en valor las raíces familiares; ese proyecto ha terminado por llamarse Monte San Feliz. Apenas una casita en una aldea de montaña, que conmueve nada más verla, con sus techos de madera y sus manteles de cuadros. En ella cocinan verdura de la huerta, que en un futuro espera ser propia, y producto de la zona, con clásicos como el pitu caleya. También arriesgan y se ponen exóticos, mediante mejillones al curry o almejas con shiso. Es diferente este Monte, donde el personal es joven y la música suena indie. "Volvemos al lugar de origen, donde se materializan los recuerdos que nos llevan a cocinar”, me dice Xune.
Monte San Feliz. San Feliz s/n. Asturias. Tel. 985 593 089. Mapa.
Hablar de Asturias es hablar de Nacho Manzano, que gracias a Casa Marcial se ha convertido en uno de los cocineros más prestigiosos del principado. Su mujer, Dulce Martínez, también se dedica a la hostelería y regenta un restaurante rural, El Molín de Mingo. Habla maravillas de él la cocinera y asesora gastronómica Clara Pérez Villalón. “En Peruyes se encuentra esta encantadorcísima casita metida en el bosque al muy final de la carretera. Hacen comida tradicional elaborada con mucho cariño. Su arroz con pitu o su pote asturiano son imperdibles entre tanta paz”, explica. Pues eso. Tampoco se quedan atrás los postres, que van de los frixuelos rellenos de crema de queso y toffee, al clásico arroz con leche. En el exterior hay un hórreo que se puede reservar para comidas de grupo.
El Molín de Mingo. Finca Molín de Mingo. Peruyes (Asturias). Tel. 676 255 374. Mapa.
Acabamos con la tierra de los milagros -solo así se entienden semejantes quesos en Asturias- pasando por un lugar que conocen bien los senderistas, ya que se encuentra en el pueblo donde finaliza la Ruta de las Xanas. Hablamos de Casa Generosa, en Pedroveya, que la periodista Carmen López narra con lujo de detalles: “El pueblo es pequeñín y el bar está en el centro, con hórreos alrededor. No hay carta, solamente menú con tres primeros -fabada, sopa de marisco y pote-, tres segundos (ternera, albóndigas y cabrito) y tres postres: arroz con leche y tartas variadas, tipo tarta de la abuela o de queso. El precio ronda los 20 euros. No es que las raciones sean generosas, es que si quieres puedes hacer rodando la ruta de vuelta”. Todo dicho. Mejor reservar, porque se llena.
Casa Generosa. Lugar Pedroveya, 16. Pedroveya (Asturias). Tel. 985 783 046. Mapa.
MADRID
Volvamos al ruralismo estrellado: imposible prescindir de Montia (una estrella Michelin). En el bonito entorno de San Lorenzo del Escorial, con productos únicos de la Sierra de Guadarrama, tiene lugar la cocina de precisión. Un menú que se deja llevar por lo que haya en la huerta, así que nada de antelación, y donde además brillan los productos de cultivo propio, porque detrás hay toda una filosofía de vida: la de irse a trabajar a 50 kilómetros de la capital y empezar a sembrar un huerto para cocinar. Lo mismo sucede con los vinos, de un perfil poco convencional, natural y biodinámico. En la casa de Daniel Ochoa y Luis Moreno uno se siente reconfortado y acogido, al calor de la chimenea y las maderas, esperando otro plato caliente. Con suerte, la cazuelita de callos o la tabla de quesos de la sierra.
Montia. Calle Calvario, 4. San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Tel. 911 336 988. Mapa.
CATALUÑA
“Uno de los restaurantes rurales que me robó el corazón el año pasado es El Ferrer de Tall, en Vilanova de Sau (Barcelona), cerca de un pantano cuya presa pide a gritos ser escenario de algún thriller policíaco”, cuenta la periodista Rosa Molinero, con quien nos adentramos en la sierra de Cataluña. Se trata de un restaurante comandado por dos mujeres, Maria Nicolau y Lídia Mongay, que se las han visto y deseado en un sector dominado con frecuencia por hombres. Pero a lo que vamos: en el restaurante sirven tanto callos, pies de cerdo y carne a la brasa; como porchetta, ratatouille y huevos poché con patatas, crema de setas y trufa de verano. “Todo está delicioso, elaborado con productos de proximidad, a buen precio y -un detalle más importante de lo que parece- en las raciones generosas que esperamos cuando vamos a la montaña”, añade nuestra compañera.
El Ferrer de Tall. Passeig Jacint Verdaguer, Vilanova de Sau (Barcelona). Tel. 938 847 031. Mapa.
Cocina de terruño, donde la mayoría de alimentos son de la finca o de explotaciones cercanas: la verdura y las hortalizas, los huevos y la leche, pero también las aves de corral, el cerdo, las setas, la trufa… “Yo adoro Els Casals, pero me jodieron la sobrasada para los restos, nunca he vuelto a probar una igual”, dice Mar Calpena, y solo por eso ya nos morimos de ganas de adentrarnos en Sagàs (Barcelona). Es posible dormir en la masía, donde las estancias combinan la piedra y la madera; dar largos paseos por el Valle del Marlés, con toda la riqueza natural que derrocha, y hasta hacer visitas a la granja de dónde proceden los ingredientes dispuestos sobre el plato.
Els Casals. Sagàs (Barcelona). Tel. 938 251 200. Mapa.
L’Horta es, ante todo, sobre todo, el restaurante de Jordi Coromina. Y precisamente es otro Jordi (Luque) quien nos lo recomienda. La soltura de este chef en los fogones nos lleva a preguntarnos qué hace en Tavertet (Barcelona), donde apenas hay cien habitantes y cinco restaurantes. Pero es que justamente va de eso: hacer celebrar el recetario tradicional, recuperar viejas técnicas de cocina y poner en valor los vegetales de la zona. “En L’Horta priman los productos de -oh, sorpresa- la huerta. Eso no significa que sea un restaurante vegetariano ni vegano, pero sí eminentemente vegetal. Eminentemente bueno, también” explica Luque. El escenario recuerda a la taberna que un día fue, con una antigua barra y mesas de madera.
L’Horta. Avenida de Can Baró, 2, Tavertet (Barcelona). Tel. 931 035 005. Mapa.
LA MANCHA
Hay que ver cómo somos con nuestros orígenes, ¿eh? Menos mal que la periodista Inma Garrido ha tenido a bien acordarse de Ciudad Real, toma ya. “Me gusta mucho el restaurante Las Musas, justo justo justo en la sierra de Campo de Criptana”, arranca. El paisaje está plagado de molinos, que pueden contemplarse desde la terraza exterior o a través de los ventanales del comedor. “También hay una cueva donde tomarte una copa o unas tapas”, revela nuestra colaboradora. En cuanto a la comida, recetas de la abuela a base de buen producto y una vuelta en la presentación: que si pisto, que si migas, que si perdiz escabechada… “Mi recomendación es que marides los platos con un vino de la zona. No tiene pérdida y no hay problemas de aparcamiento. Vamos, que no metes el coche en un molino porque la puerta es chiquitica”, dice, así se las gastan por la zona. Y oye, ya que estás, puedes aprovechar para visitar el molino Culebro, convertido en museo de Sara Montiel.
Las Musas. Calle Barbero, 3, Campo de Criptana (Ciudad Real). Tel. 926 589 191. Mapa.
BALEARES
No hay naturaleza sin agua, especialmente la del mar, y de ahí que las Islas Baleares sean ricas en lugares singulares. Bien lo sabe Clara Pérez Villalón, quien nos recomienda el restaurante de Andreu Genestra (1*) en Mallorca. Está en Capdepera, rodeado de campo, en el maravilloso Hotel Predí Son Jaumell. “Cultivan su propio huerto, tienen sus propias gallinas, elaboran su propio vino y su propia cerveza…¡Hay hasta un campo de trufas!”, nos cuenta la también cocinera. Los fogones de Andreu, nacido en el municipio mallorquín de Inca, están muy pegados a la cultura de la isla, aunque también se benefician de la técnica culinaria más actual. Un poco como el espacio, a medio camino entre el comedor formal y la terraza desenfadada y alegre.
Andreu Genestra. Son Moltó, Carretera Cala Mesquida, Capdepera (Mallorca). Tel. 971 818 796. Mapa.
Aquí una mallorquina con una larga lista de restaurantes, pero a la que le resulta difícil quedarse con uno o dos. Hablamos de Raquel Bernácer, que comienza la andadura por la isla parándose en Miceli. En plena Serra de Tramontana, la cocina de este restaurante está liderada por Marga Coll, quien ha elegido como espacio la casa del siglo XIX donde creció junto a sus hermanos. “La chef prepara el menú con mimo cada mañana en función de lo que hay ese día en el mercado. Su cocina es cuidada, elegante y absolutamente deliciosa”, asegura nuestra compañera. Desde el año pasado, Miceli también dispone de una barra -sin carta, sin mesas- en el Mercat d’Inca, donde ofrece bocadillos, tapas y platos del día, con amplia oferta de vermuts y de vinos a copas.
Miceli. Carrer dels Angels, 11. Selva (Mallorca). Tel. 971 873 784 . Mapa.
La segunda recomendación de Raquel Bernácer va para un restaurante de otra isla: Can Bernat d’es Grau, en Menorca. “Tampoco es que esté en la montaña, no hay mucha en Menorca, pero sí en medio del campo”, explica la dietista. Se trata de un establecimiento especializado en cocina marinera, que incluso dispone de barca propia, por lo que despacha lo que pesca cada día. Nada de carta, aunque se mantienen los platos clásicos como el pescadito frito, los mejillones al vapor y las bandejas de patatas con huevos, que además son totalmente caseros. Última anotación de Bernácer: “Los arroces son espectaculares”. Pues eso, que la brisa del mar llega hasta dentro.
Can Bernat d’es Grau. Carretera Mahón, Carrer de Fornells, Mahón (Menorca). Tel. 650 974 685. Mapa.
COMUNIDAD VALENCIANA
Cierra Mikel López Iturriaga, que se pone especialito y se sale de la tangente recomendando El Alfonso. “No sé si encaja mucho en el concepto de restaurante rural, porque está en pleno centro de Pinoso (Alicante), pero es que ha sido una de las experiencias restaurantiles más gratificantes del año lejos de la gran ciudad”, nos cuenta. Gachamigas, caracoles o croquetas compiten en la carta con la variedad de arroces que, según explica, “están para ponerles, no un piso, sino una urbanización entera”. Como sugerencia disfrutona, su contundente gazpacho alicantino con conejo y caracoles. “Mucho más cercano al manchego que al andaluz. Se sirve caliente y da energía para recorrerte entera la Sierra de Salinas”, asegura Mikel. Abstenerse los finolis.
Alfonso Restaurante. Plaza España, 4. Pinoso (Alicante). Tel. 965 477 820 . Mapa.
¿Nos hemos dejado algún buen restaurante rural? Cuéntalo en los comentarios y todos te lo agradeceremos.
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