"Sin gluten" no significa "más sano"
Muchos de los productos "sin gluten" que se venden en los supermercados son poco saludables. La nutricionista Virginia Gómez explica cómo la industria ha convertido esta etiqueta en un falso reclamo.
Siempre atenta a las modas alimentarias para sacar rédito económico de ellas, la industria de los ultraprocesados se ha subido con alegría a la ola de glutenfobia de los últimos años. La etiqueta "sin gluten" sirve para vender todo tipo de productos, tenga sentido o no. Da igual que no haya ningún motivo para rechazar los alimentos con trigo, centeno o cebada si no eres celíaco o intolerante diagnosticado: los consumidores menos informados traducen "sin gluten" como "más sano", y el reclamo funciona.
Sin embargo, buena parte de esos productos son un horror desde un punto de vista nutricional, y algunos conllevan, incluso, un perjuicio mayor para la salud que sus alternativas convencionales. En el vídeo que tienes arriba, la dietista-nutricionista Virginia Gómez explica las pautas para identificar las trampas más frecuentes del universo gluten free de los supermercados. Y lo hace con la claridad y el gracejo demostrados en episodios anteriores de su serie, como los dedicados a los lácteos desnatados y a los cereales de desayuno.