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Once salsas picantes que animarán tu despensa

Mexicanas, tailandesas, coreanas, americanas y españolas: nuestras salsas picantes favoritas vienen de todas partes, dispuestas a marcar la diferencia en tus platos más especiados.

La salsa de la vida
La salsa de la vidaWIKIMEDIA COMMONS

Mofletes rojos como Heidi corriendo por los Alpes, glándulas salivando a tope, la frente perlada y la risa floja. Los efectos de una buena salsa picante en la comida -y el estado de ánimo de quien se la come- son inmediatos y bastante divertidos (siempre que controles el nivel de capsaicina que puedes tolerar, y no tengas problemas de estómago). Aunque lo de coleccionar salsas picantes diferentes y cocinar con ellas puede llegar a ser casi una obsesión para algunos -lo sé porque me lo ha contado una amiga que tiene unas 30-, tener por lo menos dos o tres bien seleccionadas puede marcar la diferencia entre un plato regulín-regulán y una bomba de sabor.

Si te gusta el pique pero estás un poco perdido entre la oferta -las tiendas de alimentos del mundo han abierto un ídem de posibilidades en un país como el nuestro, sin demasiada cultura histórica del picante-, esperamos que el post de hoy pueda ayudarte. En él hemos consultado a varios expertos y aficionados a la comida en general y lo especiado en particular, que nos han confesado los básicos que nunca faltan en su despensa. Salsas mexicanas, norteamericanas, tailandesas, coreanas, chinas y también nacionales, listas para animar cualquier plato y ponerle a tu cocina más sazón que Celia Cruz.

Frank's Red Hot

Joe Littenberg es uno de los fundadores del mercado gastronómico Eat Street, además de una de las cabezas detrás de la publicación trilingüe BCN Més. Se define con retranca como “un buen americanito -del Norte-” y nos recomienda la salsa picante más conocida por su aplicación en las queridísimas alitas de pollo o, como les llaman allí, buffalo wings. “Una cesta de spicy buffalo wings acompañadas de palitos de apio y una salsa de queso azul , dos pintas de cerveza y muchísima salsa Frank's Red Hot para ese brillo naranja tan especial”. Precio: unos 6 euros el bote de 340 gramos. A la venta en tiendas de alimentación americana (físicas u online).

Tabasco

Puede parecer una obviedad, pero es una dignísima salsa picante que puedes encontrar en absolutamente cualquier supermercado (en muchos también tienen su versión de jalapeño, habanero extra picante y chipotle ahumado). Además fue el primer chute capsaicina que probamos muchos de nosotros en nuestra vida, con lo que tiene ese punto de romanticismo que le da calidad a la película. A mí me sigue pareciendo fabulosa con unos huevos fritos con pisto, para darle un punto a una mayonesa o una salsa de hortalizas frescas, un zumo de tomate o un bocata. Confieso que una vez en el desayuno de un hotel americano me llevé cinco botellitas monodosis: llevarlas en el bolso me hacía sentir que todo iba a salir bien. Precio: a partir de 2 euros la botellita de 60 ml (en cualquier supermercado).

Huy Fong Sriracha Hot Chili Sauce

Catando es un proyecto de Catalina Mejía que abarca diferentes procesos relacionados con la gastronomía: no se le resisten los cursos de cocina, ni el estilismo ni las asesorías. Catalina nos recomienda la sriracha, “una salsa originaria de Tailandia, elaborada con chiles del sureste asiático, ajo, azúcar y vinagre y fermentada. Un sabor particular que no invade, sino que aporta”. Una de primera calidad que podemos encontrar fácilmente en tiendas de alimentación asiática es la de Huy Fong, básica para preparar platos como el bánh mì, el bun bo, el pad thai o la sopa tom ka, aunque Catalina recomienda que “no te la pierdas con chips, con caldos, arroces; tacos, burritos o nachos”. Consejito extra: si queréis probar una versión artesana de esta salsa, tendréis que esperar a 2018, momento en el que los ideólogos de La cocina palpita retomarán la producción de su marca Sabor a mundo. Precio: a partir de 4 euros la botella de 482 gramos, en tiendas de alimentación físicas y online (y por un poco más, la camiseta más chula del mundo salsero).

Salsa Picante Negra de Habanero del Yucateco

Patricia Brunat es una experta en todo lo que pica, e imparte conferencias, organiza catas y asesora desde su empresa Chile Globe. Su primera recomendación viene de México y le cautivó desde la primera gota. “La Negra de habanero de el Yucateco es una salsa mexicana comercial pero con sabores e ingredientes muy cuidados. Es curiosa porque, a pesar de estar hecha con chile habanero no es demasiado picante, es más bien de de nivel medio. Tiene un aroma y sabor ahumados gracias a que los chiles han sido asados a muy altas temperaturas”. Suscribo: esta salsa aporta un extra muy interesante a marinadas, estofados y todo tipo de platos. Precio: unos 4 euros. La puedes encontrar en tiendas de productos sudamericanos.

Salsa Bastarda

Entre Latas es una bonita tienda del Poble Sec barcelonés; en ella Paola Fornasaro selecciona algunas de las conservas más sabrosas del mundo (literalmente, tiene latas de todas partes). Paola nos recomienda la salsa bastarda, que “tiene un nombre, una historia y una estética muy interesantes. Era un mejunje que consumían los marineros del Cantábrico hace más de 100 años y olvidado desde entonces, que viene en un botellín en forma de petaca”. Sus ingredientes -cayena seca, vinagre de sidra, pimiento verde, y especias- servían supuestamente para bloquear el dolor, reducir el colesterol, bajar la presión arterial, esquivar el escorbuto y hasta mejorar el estado de ánimo de la tripulación. Existen 2 versiones: una lleva pimiento rojo y la otra, aún más picante, pimiento verde. ¿Para qué podemos usarla? Paola cree que “son perfectas para aliñar según qué tipo de marisco en conserva, como las lapas o las navajas pero no para los berberechos”. Oído cocina. Precio: 4,95 el botellín en su web -más gastos de envío-, también puedes encontrarlo en tiendas físicas (como Entre Latas, claro).

Salsas Sierra Nevada

Algo muy bueno tienen que tener estas salsas cuando dos de nuestros recomendadores apuestan por ellas. Vuestro gurú Mikel López Iturriaga apuesta por la de chipotle y piña, y nos cuenta por qué. “¿Quién dijo que todas las salsas picantes venían de lugares exóticos? Aquí, a la vuelta de la esquina, hay unos señores que manejan capsaicina de la buena con apellido andaluz. Todas las salsas que he probado de la marca Sierra Nevada (Lancha del Genil, Granada) han satisfecho con creces mis ansias de picor pero como sé que sois unos pusilánimes y seguro que preferís la más suavecita, recomiendo esta de chipotle y piña, que no abrasa, acompaña a la perfección cualquier carne y está especialmente indicada para marinar.

Patricia Brunat, desde Chile Globe también apuesta por la moderación, y deja protagonismo al sabor intenso y afrutado. “Hace un par de años di con una salsa que superó lo que esperaba: Salsa Veneno del Bueno Chirimoya, de Salsas Sierra Nevada”. La compró porque le llamó la atención la mezcla, y pasó a ser fondo de armario -de cocina- porque “el sabor a chile Habanero no se enmascara con nada y el olor predomina pero el toque dulzón de la chirimoya la hace muy especial. Es una salsa natural sin conservantes. El nivel de picante no es extremo pero tampoco es para amateurs del picante, y, se la puedes echar a todo. Precio: ambas cuestan 6,27€ -una botellita de 125 ml- en la web de Salsas Sierra Nevada.

Salsa dulce y picante Mae Ploy

Li Wan Li no solo es la heredera de ese templo de la comida china de verdad que es la l´Olla de SiChuan, sino también la jefa de su nuevo negocio fuera de la casa madre, Lee Barcelona, con las brochetas a la brasa como estandarte. Recomienda tener siempre una botella de salsa Mae Ploy, o alguna de similares ingredientes si no podéis dar con esta marca. “Esta salsa es un básico para los rollitos frescos, los que se preparan con una lámina muy fina de masa de arroz. Está buenísima y además tiene un nivel de picante de lo más tolerable, es perfecta para perderle el miedo”. Si la mezclas con un poco de vinagre, aceite de oliva suave y azúcar es perfecta para aliñar una ensalada de lechugas, langostinos, cebollita china y alguna fruta como piña o mango. Precio: a partir de 3 euros la botella de 730 ml en tiendas de alimentación oriental.

Salsas Verde y Taquera de La Costeña

Nuestro panadero de cabecera, Tonatiuh Cortés, no nos hubiera perdonado nunca que no le preguntáramos sobre salsas al único miembro del equipo nacido en el DF. El encantador de masas apuesta por la salsa taquera de la Costeña, roja, con un punto de picante gustoso y bastante fácil de encontrar (las tienen en muchas grandes superfícies). Recomienda usarla “en quesadillas, bocadillos, tostadas: se le puede poner hasta al guacamole”. Su hermana Zitaima, supongo que por llevarle la contraria -para eso sirven los hermanos- vota por la versión de tomatillo verde de la misma marca. Ella la toma “en quesadillas, directamente a cucharadas o para tacos dorados de pollo, que no saben igual si no es con esa salsa”. Precio: unos 2 euros la lata de 200 g de salsa verde, a partir de 3,50 la botella de 250 de salsa taquera.

Base de kimchi Momoya

Seguro que a estas alturas habéis oído hablar del umami, ese quinto sabor que a su vez engloba todos los demás, cienes y cienes de veces. Pues hay una salsa que tiene exactamente todo ese mogollón incluido en cada gota: la base de kimchi Momoya. No suelo usarla para hacer kimchi, porque no aglutina igual de bien que la base casera con arroz pasadito, pero tiene infinitas aplicaciones culinarias. Unas gotas en la sopa, un chorrito en unas patatas fritas con all i oli, un toquecito en un pescado a la plancha o para subir el sabor de la marinada que usaremos para pollo o cerdo. Conocerla es amarla, y por su capacidad para generar adicción, no me extrañaría que en algún momento la ilegalizaran. Precio: unos 10 euros la botella de 450 ml.

¿Tienes una salsa picante de cabecera que no conocemos? Cuéntalo en los comentarios y te dedicaremos nuestras próximas enchiladas.

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