Menú semanal de El Comidista (10 al 16 de octubre)

El gazpachuelo es otro invento genial de la cocina andaluza más humilde. ¿Su ventaja sobre el gazpacho? Que se toma caliente.

El boniato se presenta como una alternativa de temporada, con un punto de dulzor y textura increiblemente melosa, a la clásica patata.

Esta receta es un homenaje al otoño y a esas buenas señoras que pasan frío para hacernos felices.

Inauguramos la temporada de cremas calentitas –o no, tú eliges– con una deliciosa combinación de sabores otoñal. Y encima es de color rosa.

Un festival de sabor a mar, frescor y textura que le mangamos vilmente al chef del restaurante Bocanegra de A Coruña. 

Aparte de comértelo tal cual, una vez le oí a Ferran Adrià que proponía tomarlo como el tomate, con sal y aceite de oliva, y confirmo que está buenísimo.

Las ensaladas de col son muy comunes en la gastronomía estadounidense, y  pueden ser un plato saciante por su contenido en fibra, ligero y refrescante.

Un potaje para deficientes culinarios que consiste en echar cosas en dos cazuelas y dejar que se hagan a fuego lento.

Este increíble postre es tan fácil de hacer que da casi hasta vergüenza. Al nivel de dificultad de la O con un canuto, disfruta de su sabor fresco.

Los higos están en plena temporada. Simula que eres un gran chef juntándolos con dos ingredientes salados que harán brillar su dulzor con el mínimo esfuerzo.

En ningún lugar de España se fríe con más arte que en Andalucía. ¿Cuál es el secreto de esos boquerones jugosos y esos calamares crujientes? 

Sí, las pepitillas son un fastidio. Y sí, la piel a veces es tan dura que te podrías hacer una chupa con ella. Pero pocas frutas son tan dulces y frescas.

Ha llegado la tamporada de ponerse como la moñoño de calabaza, la cucurbitácea más famosa de las que se hacen y deshacen. 

Una vuelta de tuerca al mar y montaña tradicional de la mano de Mateu Casañas, uno de los tres chefs del restaurante Compartir.

La receta es más simple que una alpargata, y lo único que hay que cuidar es que el jarabe de la cocción no espese demasiado.

La mezcla suaviza mucho la virulencia amarga de la rúcula, y la transforma en compañera perfecta para las gambas.

Una receta a medio camino entre la morcilla y la croqueta, pero muchísimo más simple de hacer que cualquiera de las dos. Vegetariana, barata y llena de sabor.

No, no es paella. Pero sí es un arroz seco fácil de preparar, y con un sabor a mar que te convertirá por un momento en pez abisal.

¿A quién se le ocurre cargarse unos berberechos poniéndoles jamón? ¿A quién se le ocurre cargarse un jamón poniéndoselo a unos berberechos? A nosotros. 

Este cóctel sirve para salirse un poco de los daiquiris más convencionales -piña, fresa, plátano- con un producto alternativo y ahora en plena temporada.