El mejor vino español es de Almansa
Vivino, una app con más de 10 millones de usuarios, sitúa a Alaya como el segundo mejor vino del mundo. ¿Nos lo creemos?
El mejor vino español es de Almansa. Sí, de Almansa, Albacete, concretamente nace entre Jumilla y Albacete. Se llama Alaya, está elaborado con una variedad no especialmente conocida ni popular, la garnacha tintorera, y nace de un viñedo muy concreto a 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar. "¿Y dices que es el mejor vino español?", preguntarás, extrañado. Pues no lo digo yo –aunque reconozco que me encanta–, lo dice Vivino. Bueno, lo dicen los usuarios de Vivino, que según ellos ya son casi 10,5 millones en todo el mundo.
¿Dato fiable? Pues toda la fe que queramos tener en la opinion del consumidor. O sea, la tuya y la mía. Vivino es una suerte de, llamémosle 'comunidad de amantes del vino' que, a través de una App (aplicación móvil), fotografían las etiquetas de los vinos que van probando, los suben a la aplicación, ésta los reconoce siempre que otro antes lo haya subido, y ya del tirón los puntúan con las típicas estrellitas (de 1 a 5). Pues entre los 100 vinos mejor puntuados con un precio menor a 50 dólares (45,25 euros) se ha colado en segundo lugar –por detrás de un pinot noir francés- nuestro querido tinto almanseño.
Ni reservas de Rioja, ni vinos de grandes pagos, ni tempranillos de Ribera del Duero. Na de ná. Postureo, el justo. Al universo mundial de bebedores de vino le gusta la garnacha tintorera. Olé ahí Albacete y su vetusto viñedo.
Llama la atención no solo por lo inusual del origen de este tinto o de la uva, si no porque parece que cuando nos saltamos a los periodistas (sí, también somos culpables), críticos, blogueros, gurús de tres al cuarto, trendsetters y todo aquel que habitualmente juzga vinos para crear opinion, los resultados son bien distintos. Cuando se le pregunta al público, que es quien finalmente se rasca el bolsillo para probar vinos (este en cuestión ronda los 20 euros en tienda en España), los resultados son sorprendentes.
Como curiosidad, en el ranking aparecen 17 vinos españoles (el siguiente es Belondrade y Lurton, blanco de Rueda que copa el puesto 25). Y es curioso ver cómo aparecen vinos de Almansa, Jumilla o Moncayo, por poner algunos ejemplos, mejor clasificados que otros que a priori copan páginas de la prensa.
¿Y qué tiene ese Alaya que no tenga otro? Alaya es un vino prácticamente único. Nace en un viñedo a 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar en los alrededores de Almansa, tierra cuya uva hasta no hace mucho se destinaba solamente a la venta a granel. Lo que le hace único no es solo la tierra en la que nace sino la uva con la que está elaborado: 100% garnacha tintorera. Una uva muy difícil de cultivar y de elaborar. Una uva guerrera y difícil de domar.
Cuando me crucé con este ranking me puse en contacto con Miguel Gil, que es el autor de este vino, el gestor/bodeguero/enólogo, alma mater a fin de cuentas, de Bodegas Atalaya, donde nacen los tres tintos Laya, Atalaya y nuestro protagonista, Alaya. Miguel me dijo que a él mismo también le había sorprendido, especialmente al ver el gran número de consumidores de todo el mundo que habían votado alto por este tinto. “A nosotros nos interesan mucho los prescriptores de opinión, pero a fin de cuentas nos debemos al gran público, que es quien a fin de cuentas consume el vino”, comenta este bodeguero murciano.
También le sorprendió que fuera justo este vino. Un vino no especialmente fácil, por la idiosincrasia de la garnacha tintorera, quizá la única uva del mundo que tiene el mosto rojo (al resto tintos lo que le da el color es la piel de la uva, el mosto es incoloro), lo que lo convierte en un vino absolutamente opaco. Un rojo muy rojo incluso para un tinto de crianza y de cepas viejas.
Tuve la suerte de pisar el viñedo de Bodegas Atalaya hace poco más de un año junto a Miguel Gil y me contó que decidieron elaborar Alaya al encontrar un viñedo muy exclusivo de garnacha muy vieja. Empezaron a experimentar hasta encontrar lo que querían. “Es un vino muy exclusivo, por lo de estar solo elaborado con una uva muy denostada, que sorprende a todo el que se atreve a probarlo”, me decía. Yo doy de fe ello. Ah, y Dani Rovira también. Para lo que sirva…
El resto de vinos de la casa (Laya y La Atalaya), otras dos maravillas, tienen porcentajes de monastrell en la mezcla con la tintorera para que se muestren, digamos, más fáciles y bebibles. Pero Alaya no. Esto no es Bambi, como dijo el filósofo. Alaya es pura garnacha tintorera, uva más conocida fuera de España como alicante bouschet, y que es el resultado del cruce de las francesas grenache y petit bouschet.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que te cruces con un vino de Almansa y alrededores, o elaborado con garnacha tintorera, piensa que miles de consumidores en todo el mundo creen que quizá sea el mejor vino español del momento. ¡Viva Almansa!
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