Las series americanas andan flojas de sacacorchos
De cómo el vino se ha convertido en un actor de reparto en algunas de las superproducciones televisivas de éxito. Spoiler: los pobres abridores no han tenido tanta suerte.
¿Qué les pasa a los guionistas de las series norteamericanas –tan de moda hoy en día– con los sacacorchos? ¿Un trauma infantil? ¿Un sacacorchos gigante se coló en sus sueños de niños? ¿Acaso asesinaron al guionista creador del elocuente final de LOST con un sacacorchos? ¡El sacacorchos asesino! (nombre magnífico para una peli de tarde de sábado en Antena 3) No sé lo qué pasa con los abridores, pero lo que sí sé es que los protagonistas nunca encuentran uno cuando más lo necesitan.
¿Y esto a qué viene? Pues viene a que el vino se ha convertido en un magnífico y embriagador aliado para la mayoría de los personajes de series. Puedo hasta aventurarme (¡oh, qué valiente!) a afirmar que el vino es el nuevo cigarrillo. Si Casablanca se grabara hoy, Rick Blaine en lugar de encenderse un cigarro cada segundo y medio, llenaría una copa de una botella de borgoña que tendría casi pegada con velcro a la mano.
Comparto mi teoría de todo a cien con Alberto Rey, uno de los periodistas que –en mi opinión– más sabe de series y me dice que sí, que es curioso. “Yo he llegado a pensar que es un código que tienen los guionistas para transmitir que tal personaje bebe sin caer en los clichés alcohólicos sórdidos”, me dice.
A mí me parece fetén. En la nevera de Carrie Mathison (Homeland) nunca faltan un par de botellas de vino blanco, que nunca se sabe quién va a venir a hacerte cositas ni a qué hora; Alicia Florrick (The good wife) vive pegada a una copa ancha de tinto; en Modern Family Claire, Gloria y Mitchell siempre están con una copa en la mano cuando se juntan. Hasta Marge y Homer Simpson se adentran en el viñedo francés durante todo un capítulo…
Un gusto. Ojalá en España pasará algo similar. En el último año de tele lo único que he visto de vino es el que utilizaron para cocinar en un par de programas de Masterchef. Ahí, bien, defendiendo el producto patrio.
¿Pero no habíamos venido aquí a hablar de sacacorchos? Cierto. Así que lloros, lamentos y quejas a un lado, vamos a al tema: los héroes de nuestras series favoritas ya no lo son solo por guapos, asesinos, padres ejemplares, cuñados graciosos, o lo que a cada uno le atraiga. También lo son por ser capaces de descorchar botellas de vino en las más curiosas situaciones. Y no solamente eso: parece que en las series de hoy, si no bebes vino no eres digno de protagonizar una. Y eso mola.
El último en liarla ha sido el retorcido y calculador –por decir algo bonito– Frank Underwood, el político estadounidense interpretado por Kevin Spacey en la popular serie House of Cards. En el capítulo siete de la primera temporada (me han dicho que tengo que aportar datos), el político visita taciturnamente a la joven y atractiva periodista Zoe Barnes, a la cual manipula profesionalmente –y lo que caiga–, y esa noche antes de darle al tema deciden beberse un vino. Y qué cosas tiene la vida que justo en esa escena no hay un maldito sacacorchos en todo el cuchitril, que aunque está menos decorado que la página 421 del libro 50 Sombras de Grey, anda que no hay planos de Zoe bebiendo en otros capítulos. ¡Dónde han metido los guionistas el sacacorchos en esa escena!
Ante tal desatino, Mr. Underwood, que lo mismo te manipula unas elecciones que te descorcha una botella con lo puesto, pide un bolígrafo como si todos los días abriera botellas a golpe de tinta. Y ¡tachán!, abre la botella. ¿Cómo? Presiona el bolígrafo contra el corcho hacia adentro hasta que éste entra en la botella. Sí, esto es posible, no es ciencia-ficción, pero: 1. Es una cerdada. El bolígrafo en cuestión toma contacto con el líquido y muy higiénico no es. Menos aún con ese boli, que además había sido utilizado para firmar un proyecto de Ley entre cinco personas (no me acuerdo de qué ley, porque en esa serie les gusta muchísimo firmar leyes entre varios con el mismo bolígrafo). Bien manoseado todo. 2. Salpica. Mucho. Yo lo he probado y según ha entrado el corcho gran parte del líquido ha salido disparado. En la serie todo es muy limpio. En mi cocina hay una mancha de tinto en el techo.
Sin salir de Washington, otra que serie en la que el vino tiene un especial protagonismo es Scandal. Su protagonista, la abogada Olivia Pope (que asesora entre otros del presidente de EEUU), cada vez que coge una copa de vino –y coge muchas– lo hace con una ansiedad que parece que viene de una travesía por el desierto. Ya no es que no realice la típica ceremonia de mirar el color, oler, agitar, volver a oler… (que, oye, mira, eso que nos ahorramos), sino que agarra la copa como si de una mancuerna se tratara para darle suculentos tragos como si acabara de volver del gimnasio. Y así en todos los capítulos. Olivia, chica, relaja un poco, disfruta, que es vino, no Trina. Esta poco sofisticada ceremonia ha llamado la atención de más de un periodista estadounidense que ha criticado a los guionistas por no poner más cariño en el disfrute del tinto.
Otra que le da a la cepa como si no hubiera un mañana es Alicia Florrick, la súper abogada protagonista en The Good Wife, cuyo primer ritual según entra por la puerta de su casa tras una intensa jornada de maniobras legales es ponerse una copa de tinto generosamente servida. Por lo visto, antes de ser una ejecutiva estresada era una suburbana esposa y ama de casa que todos los días a las cinco de la tarde celebraba su particular wine o´clock. El debate sobre esta serie y el vino se ha centrado en si realmente estas escenas acercan más el vino al público final. Unos dicen que sí, pero otros dicen que mientras no se muestre el vino junto a la comida o como parte de la dieta diaria, de poco sirve. Un blog del New York Times bromeaba diciendo que seguro que Alicia Florrick, cuando se sienta a la mesa, se bebe un refresco, como hacen todos los americanos, y que el vino solo lo toma de aperitivo, como hacen todos los americanos (que toman vino, claro).
Y volviendo a la bonito arte de abrir una botella, la que abrió la veda de las escenas absurdas a la hora de abrir un vino fue Modern Family, la serie que aparece cuando pones Neox a la hora que sea. En la segunda temporada, los hermanos Claire y Mitchell quedan atrapados en la típica casa del árbol. Aquella escena abrió un curioso debate en diversos foros online americanos sobre una extraña forma de abrir una botella de vino: insertando la base de la botella en un zapato y golpeando el tacón de este hasta que el corcho saliera. El debate venía precedido de un capítulo de la popular serie emitido por la cadena ABC la noche anterior. En este, Claire Dumphy, una de las protagonistas, abría una botella de tinto con el zapato de su hermano Mitch. Dicha escena llevó a cientos de internautas a preguntar en la red si alguien había probado esa peculiar técnica e incluso hubo alguno que hizo la prueba as seen on Modern Family y la grabó.
Aquí somos más partidarios del sacacorchos tradicional pero, oye, que si no hay otra y hay que sacar al McGyver que todos llevamos dentro se saca, lo que sea por una copa de vino. Es más, os retamos a intentar abrir una botella de vino con un boli o con un zapato. Estamos deseando saber cómo os ha ido.
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