Due Spaghi: Haz el amor y no la dieta

¿Qué es ése título? ¿Vas a hablar de un restaurante o te las das de hippy?

La frase está sacada de un pizarrín que cuelga en la entrada de Due Spaghi, el restaurante del que trata este post. Además de parecerme una frase simpática, creo que resume muy bien la idea del local. En Due Spaghi cocinan con mucho amor platos del norte de Italia, a los que incorporan guiños de cocina catalana, y es que los socios son de allí y de aquí: Nicoletta Acerbi es de Reggio Emilia y Toni Pol, barcelonés. Son pareja en el restaurante y fuera de él, aunque en el restaurante hay un tercero en discordia: Paolo Mangianti, el cocinero.

¿Y qué tiene de especial la cocina del norte de Italia, a ver?

Pues es una cocina influenciada por la proximidad de los Apeninos, contundente, como todas las cocinas de montaña. Quesos fundentes, salsas cremosas y embutidos para forzudos. Un suma y sigue de productos típicos de la Emilia como el parmesano, el aceto balsámico, el lambrusco de calidad –existe– y ragús que quitan el hipo. Ah, y luego está lo del guiño local, importante.

¡Qué pesado con el guiño local! ¿A ver, qué platos recomendarías?

Uno de los que más me gustan es la tatin salada de cebolla de Figueres con straciatella –la parte de dentro de la burrata– y pimienta rosa. En las notas que tomo cuando voy a comer en plan "crítico de restaurantes famoso" apunté tan sólo una palabra para describirlo: “plataquen”. Supongo que eso lo dice todo sobre el plato y poco sobre mi profesionalidad, pero es que me entusiasmó tanto que no supe contenerme.

Los pappardelle de ragú de conejo también están entre los hits de Due Spaghi. Es una receta que les acompaña desde el primer día y que jamás debería desaparecer. La pasta tiene una textura melosa y el ragú sabe a clavo, canela, apio y chocolate. Una cosa muy loca.

Tocan muy bien los arroces. El falso arroz negro, hecho con Venere, shitake, sepia y aguacate es otro 'plataquen', y además es una vuelta de tuerca a un plato tradicional italiano: el arroz venere con sepia. También es muy bueno y vacaburril el risotto de calabaza, queso casolet y lardo di Colonatta, una grasa de cerdo que se cura en mármol de Carrara. Luego están los ñoquis de ortigas con crema de guisantes y salvia frita. Son de un planeta en el que los ñoquis ocupan la cumbre de la creación, en la NASA saben dónde está y no comparten la información.

Pelota, eres muy pelota…

Es uno de mis restaurantes italianos favoritos de Barcelona, así que tiene que notarse. Para compensar diré que el suquet de rape no me parece tan bien resuelto como otros platos. Lo cocinan en papillote y los sabores no se integran como deberían en un guiso de chup chup; aunque debo reconocer que los ingredientes, por separado, están soberbios. Tampoco me convence la esqueixada de bacalao con ficoide. Vamos que los platos “de aquí” no están al mismo nivel que los “de allí”. Lo del guiño local, otra vez.

Tanto guiño, tanto guiño… ¿Viste la carta de vinos?

La vi, es una carta muy trabajada, se nota que le han puesto mucho mimo. Probé un vino que se llama Notte Bianca, elaborado con Garnacha Blanca y Viognier, una rareza de la denominación Terra Alta, aunque no más raro que el Kata, elaborado en las tierras volcánicas de Nápoles con Catalanesca, una uva llevada a Italia en tiempos de la Corona de Aragón. Resultó un vino riquísimo, seco, con aroma a plátano y aparente aguja.

Va, no te pongas exquisito y ve al grano: ¿a cuánto sale por barba?

El menú de mediodía, no ofrecen carta a la hora de comer, sale por 12€. Y si vas a cenar te puede costar unos 25 ó 30€. Así que no hace falta nadar en la ambulancia para darse el capricho.

Due Spaghi: Sepúlveda, 151, Barcelona. De martes a jueves de 13:00h a 16:00h y de 19:00h a 23:00h, viernes y sábado hasta las 23:30h. Tel. 935031930. Mapa

Fe de errores: en la versión original de este artículo se hablaba de la proximidad de la Emilia a los Alpes, cuando el autor quería referirse a los Apeninos. Claramente, el autor no veía la serie Marco.