AeroPress, el barato artilugio para hacer café que se ha convertido en objeto de culto
El método de extracción, presentado por primera vez en una feria de café en Seattle en 2005, acumula adeptos y cuenta con campeonatos en todo el mundo, incluyendo España

Cabe en una mano, pesa menos que una botella de agua de medio litro y con ella, en apenas unos pocos minutos, se puede disfrutar de una taza de café redonda. Fabricada con polipropileno y con forma tubular, la AeroPress se presentó por primera vez en una feria de café en 2005 y gracias a la irrupción del café de especialidad se ha convertido en objeto de culto. Su precio accesible —los modelos básicos no llegan a 40 euros— y su versatilidad hacen que la usen tanto recién llegados al mundo del café como baristas profesionales que se disputan títulos en campeonatos elaborando sus propias recetas.
El método de extracción fue ideado por el estadounidense Adan Adler, quien tiene en su haber más de 40 patentes, entre ellas la del conocido frisbee Aerobie. En los inicios de los años dosmil, según cuenta la propia marca AeroPress, cansado de sus malas experiencias con las cafeteras caseras e inspirado por la conversación con un amigo sobre lo difícil que era hacer una sola buena taza de café, Adler comenzó a estudiar las variables que intervienen en la preparación del café. Dos años más tarde y 30 prototipos después, consiguió presentar en una feria en Seattle una “cafetera manual que preparara café en esas condiciones ideales”.
El funcionamiento recuerda a las cafeteras de prensa francesa o french press. Es un método de extracción basado en la inmersión, en el que el café molido —cuanto más reciente mejor, siempre— se introduce en el recipiente en el que después se vierte agua casi a punto de hervir, los grados exactos cambian en función de la receta. El agua entra en contacto con el café molido, que se empapa poco a poco y se remueve justo ante de bajar el émbolo, ejerciendo presión con las manos. Esto sería el método conservador porque el artilugio permite hacer una extracción invertida, es decir, comenzando la preparación con el émbolo extendido sobre la mesa y la cafetera del revés.
Los campeonatos de AeroPress comenzaron tímidamente en 2008 en Oslo con tan solo tres competidores. En el 15º aniversario, en 2023, la cifra de participantes había aumentado a 5.000, repartidos en 178 eventos regionales y nacionales. El experto Kim Ossenblok trajo la competición por primera vez a España. Fue en 2014 y se celebró en el Coffee Lab & Shop del tostador Nomad Coffee, en Barcelona. “Literalmente hubo 10 participantes, fue una cosa muy de amigos y cada uno llevaba a un amigo más. Curiosamente, ya contamos con algunos patrocinadores, uno de los premios por ejemplo era un saco de café verde. El hecho de que además viniera el dos veces campeón mundial de AeroPress fue un atractivo, el gancho”, cuenta Ossenblok, quien es uno de los mayores divulgadores del café y cuenta con su propia escuela online. Él ahora ya no se encarga de la organización de las competiciones nacionales, pero sí participa como catador en la selección del café que los concursantes utilizan en el campeonato y para el que se reciben decenas de nuestras enviadas por los tostadores españoles. “Para ellos tiene mucha importancia. Si son el café seleccionado, lo ponen en sus paquetes y tienen garantizada la venta de todos esos cafés”, agrega el experto. En la última edición se presentaron alrededor de 60.
De aquellos primeros certámenes con tintes underground y un halo clandestino se ha pasado, en la actualidad, a grandes eventos. Carlos Zavala fue ganador en 2016 del campeonato nacional y desde 2017 es el coordinador del certamen. Además de tener todos los derechos exclusivos de organización, junto a su socia, Alice Liu, es propietario de la marca registrada Spain AeroPress Championship. “A lo largo de los años hemos organizado un total de 103 Campeonatos Regionales y este año sumamos 15 más. Cada edición reúne a más de 300 participantes de todo el país, con entre 3.000 y 5.000 visitantes en nuestros eventos y miles de seguidores online que nos siguen y visitan en nuestra web y en redes sociales”, comenta Zavala, quien reside en París y realiza consultorías y formaciones de café. Cada participante paga 24 euros por inscribirse y reciben dos paquetes de café, “uno para practicar en casa y crear la receta y otro para competir”. Según Zavala, “España es uno de los países más apasionados por la AeroPress del mundo” y el campeonato nacional, uno de los más grandes.
El último nacional se celebró el pasado septiembre y de los 48 finalistas se alzó como ganadora, Sara Solanas, barista en Café Sol (Las Palmas de Gran Canarias). “Me presenté al regional en Murcia y tuve la suerte de quedar primera. Para en nacional trabajamos mucho con las recetas, hice más de 500 AeroPress”, comenta por videollamada desde la cafetería. Solanas, coruñesa de nacimiento, explica que, en la final, se compite de tres en tres candidatos y los jueces, también tres, catan sin saber de quién es cada taza, que se prepara en un máximo de cinco minutos. “En las cinco rondas, llevé las tres cucharas que los jueces posan en su taza favorita, explica como anécdota por lo difícil que resulta conseguir un consenso tan amplio. “La mía era una taza muy limpia y muy redonda, el posgusto era muy amable, la acidez estaba muy equilibrada con el dulzor y el cuerpo y era muy jugoso”. Aunque el café es el mismo para todos —en 2024, un Colombia lavado con fermentación anaeróbica tostado por SlowMov—, los candidatos sí pueden elegir el agua para su preparación —”que es el 98% del café”, sostiene—. En su caso utilizó un agua de Bronchales que potenció con minerales Apax. El siguiente paso fue competir en el mundial, celebrado pocos días después en Portugal, y aunque no se hizo con el premio, la experiencia “fue increíble”. “Había un montón de gente con la misma pasión. Eso sí, muy pocas mujeres, éramos menos de 10 y eran como 60 y pico participantes. No se animan a competir”, apunta.
No hay un solo modelo de AeroPress sino cinco, aunque con ligeras variaciones. De la versión original a la premium —hecha de metal y cristal, —, pasando por otra disponible en vivos colores, la Clear— y una pensada en detalle para hacer café allí dónde se esté con vaso o termo incorporado —llamada Go—. Solo la Premium supera los 40 euros. De todas ellas, la que más venden en Bean Green, uno de los distribuidores en España desde 2012, es la Original. “En otros países, especialmente en Estados Unidos, ya empezaba a estar en boga en la comunidad del café de especialidad asociada al aire libre, a una cosa muy simple que extrae correctamente y a un estilo de vida”, comenta Magdalena Tortosa, propietaria del negocio, sobre su decisión de incorporarla al catálogo de la tienda. Aquí, en España, el aumento de la demanda lo sitúa en la pandemia, cuando “la gente ya no podía ir al bar y comenzó a replicar en casa”. A día de hoy, “es uno de los productos que más se venden”. “Es la entrada fácil al café de especialidad. Se puede llevar a cualquier lado”, añade.
Pero la AeroPress no es solo un método que se utilice en casa o de viaje. No son muchas, pero existen cafeterías que preparar el café utilizando este sistema. Así ocurre en Café Sol (Las Palmas de Gran Canaria), el establecimiento en el que Sara Solanas, campeona de España 2024, ejerce como barista. Otro ejemplo es Ruda Café, en Madrid, donde ofrecen esta posibilidad desde que abrieron en 2016 como parte de su filosofía de divulgación del café. “Creemos que también las cafeterías de especialidad están para dar a probar cosas que no se ofrecen en otras cafeterías como los filtros o la AeroPress. Si no al final siempre te quedas en el espresso”, comenta Ana Núñez, la propietaria. El precio es de 5 euros por una cantidad que da para dos tazas y el café que utilizan va cambiando en función de los que tengas disponibles en ese momento, aunque también tienen en cuenta los gustos personales del cliente. “Podemos hacer un Colombia lavado y a las dos horas, un Etiopía”, dice Núñez, quien apunta que ahora cada vez más gente conoce este método y que los principales adeptos son personas jóvenes y de nacionalidad extranjera.
Los cinco puntos clave, según Kim Ossenblok
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Ratio: Para un café más fuerte se puede usar un ratio 1/10, es decir, por cada gramo de café, 10 mililitros de agua. Para uno suave, el ratio será de 1/18, que es el que utilizan los catadores para catar café.
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Molienda: Podrías usar casi todas las moliendas. Ahí está la gran clave. Puedes ir a una tienda y pedir que lo muelan medio y te va a salir bien. Como referencia hay que saber que una molienda fina da lugar a un café más fuerte porque el agua pasa más despacio. Con una molienda gruesa, la bebida va a ser más suave.
- Tiempo: El café se puede infusionar durante un minuto y bajar el émbolo o dejarlo durante 4 o 5 minutos antes de presionar. Si optas por la primera opción, tendrás un café con sabores más florales y frutales. Si eliges infusionar durante más tiempo, saldrán más los sabores a nueces y cacao. Esto es porque una infusión corta extrae las cosas más volátiles, una larga hace que el café se "cocine" más y se extraiga aquello que químicamente es más pesado.
- Temperatura del agua: El agua se puede verter a 80 grados o a casi 95 grados. El líneas generales, cuando lo pones a 80 pasa algo parecido con el poco tiempo de infusión, sabores más florales y frutales; con un agua a 95 grados, saldrán sabores a nueces y cacao. Las temperaturas bajas favorece la acidez y, si es alta —de forma simplificada—, los sabores amargos. En el término medio están los sabores dulces, los que se buscan para tener un buen café.
- Turbulencia: es el movimiento que se hace para garantizar que el café se humedezca una vez se vierte el agua. El removido siempre se ha de hacer de la misma manera y siempre dar el mismo número de vueltas.
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