La saturación de la red choca con el auge de los centros de datos
El sueño de convertir España en un ‘hub’ digital europeo tropieza con los límites de la infraestructura energética


El auge de los centros de datos en España, que aspira a convertirse en hub digital europeo, tiene cifras astronómicas. Los llamados hiperescalares, los centros de datos para las grandes compañías tecnológicas como Amazon Web Service, Microsoft, Google, Meta, Oracle o IBM, cuentan ya o han anunciado proyectos principalmente en Madrid y Aragón, las comunidades que concentran más de la mitad de estas iniciativas. “Se prevé que la capacidad instalada de CPDs [centros de procesamientos de datos] en España alcance entre 1,3 y 2,1 gigavatios (GW) en 2030, frente a los 300-500 megavatios (MW) actuales. Esto representa un crecimiento de hasta cinco veces en cinco años. Se estima que el consumo eléctrico asociado podría llegar a 9–16 teravatios hora (TWh) en 2030”, apunta Laureano Álvarez, socio de Energía de Monitor Deloitte.
“Si hacemos las cosas bien, el sector va a escalar de forma histórica. En un escenario tendencial, estamos hablando de una inversión de 58.386 millones de euros de aquí a 2030”, señala Begoña Villacís, la que fuera vicealcaldesa de Madrid, como directora ejecutiva de Spain DC, la asociación de centros de datos en España. Según el informe Centros de Datos en España: Oportunidad de desarrollo económico e integración en el sistema eléctrico, elaborado por Monitor Deloitte, el peso de estos centros en España podría situarse entre el 2% y el 4% del PIB en 2030, esto es, un impacto de entre 30.000 y 70.000 millones de euros.
Oportunidades y retos
La ventaja competitiva de España es, según todos los expertos consultados, la abundante y barata energía renovable, la situación geográfica, la buena conectividad y la cantidad de suelo industrial a precio competitivo. “Por último, los ingenieros españoles tienen una cualificación muy alta y cada vez hay más técnicos profesionales con conocimiento de esta industria. Además, en caso de necesitarlo, las ciudades españolas son un destino muy atractivo para que las grandes tecnológicas americanas desplacen a sus profesionales con facilidad”, añade Eloy Unda, director de desarrollo de negocio de la consultora PQC. El problema, además de las dudas medioambientales que surgen ante estas instalaciones, es si se cuenta con la infraestructura necesaria para conectar esos niveles de demanda de energía que, además, se espera crezcan ante el desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
“Las redes hoy no tienen capacidad adicional para nueva demanda, ya que el 85% de los nodos no tienen capacidad disponible”, sentencia Álvarez, aludiendo a los datos que las distribuidoras hicieron públicos en septiembre. En la práctica se están produciendo cuellos de botella y prácticas especulativas ya que, aunque en España se produce mucha energía, y mucha de ella es renovable, la distribución y los puntos de conexión no llegan tanto como le gustaría a la nueva economía digital. Tras el anuncio de las distribuidoras, el Gobierno respondió anunciando una inversión hasta 2030 de 13.590 millones de euros en las redes de transporte de electricidad para multiplicar por 14 la capacidad de atender la demanda; se pasará de los 2.000 MW de capacidad actuales a 27.700 MW.
“Necesitamos invertir en nueva capacidad para el acceso de esta nueva demanda, y en digitalización de la red que permita integrar de forma efectiva y segura esta demanda”, apunta Álvarez. El mencionado informe de Monitor Deloitte cifra la inversión necesaria para la red eléctrica en más de 4.000 millones de euros anuales hasta 2030, de los que un tercio debería ir destinado a la integración de demanda. Además Álvarez, que cree que hay que actuar rápido para no perder esta oportunidad, señala que la demanda de los centros de datos tiene una serie de peculiaridades: “Variaciones bruscas de consumo, y en ocasiones imprevisibles; necesidad de redundancia en el suministro, o potencial para aportar servicios de flexibilidad como ya se está probando en otros países como Reino Unido (National Grid). Va a ser necesario también adaptar los procedimientos de operación del sistema eléctrico para poner foco en una integración efectiva y segura”, añade.
Inversiones esenciales
Para que se produzcan esas inversiones desde Aelec, la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica formada por Iberdrola, Endesa y EDP, avisan de la importancia del modelo retributivo que plantea la CNMC y con el que discrepan abiertamente. “Creemos esencial un modelo retributivo que tenga seguridad jurídica, que nos garantice recuperar la inversión, que también nos incentive a invertir”, declara Marta Castro, directora de regulación. Y esa inversión debe ir destinada, según Castro, a la digitalización. “Una red mucho más digitalizada es una red mucho más resiliente y también, obviamente, colabora y también implica una mayor seguridad de suministro”, sentencia.
Eso sí, el regulador europeo ya ha advertido que incrementar de manera indiscriminada las inversiones en redes tiene un riesgo significativo de incremento de costes, con el correspondiente aumento del precio de la factura. “Cuanto más megavatios circulen por las redes de distribución y la red de transporte, más competitivo será el precio que pagan los consumidores. La electrificación de la demanda trae consigo crecimiento económico, pero también garantiza un precio más competitivo de la energía a los consumidores”, matiza Castro.
No hay duda de que los requerimientos energéticos aumentarán, no solo por el auge de los centros de datos, también por la descarbonización y la electrificación de la economía, por lo que el aumento de la capacidad de conexión a la red eléctrica es una prioridad. “Además del refuerzo de la red de transporte, va a ser necesario implementar soluciones de generación propia, ya sea renovable, gas, SMR etc. Las potencias que se están manejando para el procesamiento de la IA son enormes, y quien quiera construir un campus de un GW no va a obtener esa potencia de la red de manera sencilla, ni en España ni en casi ningún otro lugar. Por tanto, para este tipo de infraestructuras va a ser necesario que cada uno genere su propia energía”, sentencia Unda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
- Economía
- Tecnología
- Tecnología digital
- Centros datos
- Eficiencia energética
- Infraestructuras eléctricas
- Red eléctrica
- Inteligencia artificial
- Internet
- Internet de las cosas
- Consumo agua
- Inversión industrial
- Inversión pública
- Compañías eléctricas
- Telecomunicaciones
- Redes cable
- Transformación digital
- Grandes tecnológicas