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Maquinaria y materiales más respetuosos con el medio ambiente

Cemento, hormigón y acero de menor impacto ambiental, crecer en circularidad y reducir la huella de carbono son los retos del sector en España

Hormigón de baja huella de carbono, fabricado con cemento tipo IIIA, utilizado por Acciona en la fabricación de los cajones de la ampliación de la nueva Terminal de Contenedores del Puerto de Cádiz.
Hormigón de baja huella de carbono, fabricado con cemento tipo IIIA, utilizado por Acciona en la fabricación de los cajones de la ampliación de la nueva Terminal de Contenedores del Puerto de Cádiz.ACCIONA

Los materiales del futuro ya están aquí”, asegura David Gómez, responsable del departamento de Construcción Sostenible, Asistencia Técnica y Prescripción de Holcim, al hablar de innovación en el sector de la construcción. Y añade que el enfoque de la industria no es otro que “desarrollar edificaciones más duraderas, resilientes y con una menor huella de carbono”, por lo que es necesario para todos los actores implicados reducir el consumo de recursos y apostar por la circularidad como principio básico.

Sin embargo, esta innovación no consiste en “materiales futuristas, sino en soluciones existentes que han experimentado una notable evolución gracias a décadas de estudios”, señala Gómez, quien destaca el cemento, el hormigón y el mortero como elementos “a menudo, subestimados e incluso denostados”, pero en cuya fabricación se ha reducido significativamente el impacto ambiental.

Un ejemplo reciente de su uso se encuentra en las obras de ampliación del puerto de Cádiz, para las que Acciona ha empleado 48.000 toneladas de hormigón fabricado con cemento de baja huella de carbono de la propia Holcim. El resultado es una reducción del 27% en emisiones de CO2 gracias al aprovechamiento de materiales reciclados, menor consumo energético y disminución del contenido en clínker (mezcla de caliza y arcilla).

Y es que, como explican fuentes de Acciona, aunque el hormigón es el material de construcción más utilizado —entre 12.500 y 14.000 millones de metros cúbicos al año en todo el mundo—, el 90% de las emisiones de CO2 que genera provienen del cemento: entre 700 y 800 kilos por cada tonelada pura del mismo.

Esfuerzos en innovación

Junto al cemento, otros materiales de uso extendido y con un intensivo consumo energético son el aluminio y el acero. Y en los tres resultan aún necesarios “importantes esfuerzos de innovación para afrontar el reto de descarbonizar el sector de aquí a 2050″, declara Alfons Ventura, experto en materiales del Área de Desarrollo y Contenidos de Green Building Council España.

Aunque muchas de las posibles mejoras ya están disponibles en el mercado, añade que “hay que aumentar el abanico de soluciones de bajo impacto ambiental hasta cubrir la totalidad de los productos comercializados”. Eso sí, huyendo del término “material ecoamigable”, que considera “ambiguo y susceptible de llevar al greenwashing”.

Ventura destaca el efecto que tendrá la nueva directiva de eficiencia energética en los edificios, que de forma inminente “incluirá el cálculo de la huella de carbono en todo el ciclo de vida de los materiales” e impondrá límites a las emisiones incorporadas en su producción en 2030. De forma semejante, el nuevo reglamento de productos de la construcción exigirá información ambiental de todos los materiales que circulen en la UE.

En opinión de Gómez, este marco regulatorio es necesario para que en España “se hable con la naturalidad que cabría esperar sobre la sustitución de materiales y soluciones por alternativas de baja huella de carbono”. Algo que ya sucede en los principales países de Europa, en los que, por ejemplo, existen normativas que permiten incorporar agregados finos en la producción de cemento procedentes de materiales de construcción reciclados, lo que contribuye a infraestructuras más circulares. Así, nuestro país “aún tiene un largo camino por recorrer”, explica Gómez. Y es que incluso siendo “referentes en todo el mundo en el ámbito de las infraestructuras”, el reto de la sostenibilidad sigue siendo especialmente complejo para el sector, ya que abarca todos los eslabones de la cadena.

Esta perspectiva no impide que las constructoras nacionales hayan avanzado en este campo, como es el caso de Sacyr. Según una de sus especialistas, la compañía aplica una “política de negocio alineada con la economía circular”, a través de un modelo que persigue optimizar el uso de recursos, prevenir la generación de residuos y valorizar aquellos que no se pueden gestionar.

Una muestra de esta iniciativa es la reutilización de neumáticos usados para la obtención de caucho, que a su vez se emplea en la fabricación de aislamientos. En particular, 6.000 metros cuadrados de este material se emplearon en la construcción del tramo de la Y Vasca entre Hernani y Astigarraga, finalizado el pasado año.

Menos consumo y gestión eficaz

En comparación con otros mercados internacionales, la adopción de nuevas tecnologías en maquinaria de construcción por parte de las empresas españolas está “algo rezagada”, indica Jorge Cuartero, director gerente de la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria de Construcción, Obras Públicas y Minería (Anmopyc). “El ritmo de implementación es creciente, aunque varía según el tipo de tecnología, y son las compañías de mayor tamaño las que están liderando el cambio”, afirma.
Cuartero destaca la telemática avanzada como la innovación con más impacto. “Ha revolucionado la gestión de flotas, al ofrecer la capacidad de supervisar y analizar el rendimiento de las máquinas en tiempo real”. Esto se traduce en la posibilidad de identificar los problemas antes de que ocurran, optimizando las operaciones al reducir las paradas imprevistas y las reparaciones.
Asimismo, impulsado por las crecientes exigencias en materia de emisiones, el parque de maquinaria de construcción está incorporando motores de última generación más eficientes, y sistemas electrónicos de gestión de potencia. No obstante, tanto “la adopción de fuentes de energía alternativa como la electricidad o el hidrógeno y la propia renovación del parque han sido muy limitados”, afirma Cuartero, a pesar de la disposición de fondos europeos destinados a la sostenibilidad y la digitalización.

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