El arte de la lana de vicuña o historias tejidas a mano: las técnicas tradicionales de la artesanía protagonizan la cita Xtant 20204 en Mallorca
Bajo la temática ‘Raíces’, este encuentro global de artesanos se celebra por cuarta vez en la capital mallorquina. Un escaparate en el que participan 79 autores de 72 países con talleres y exposiciones, y cuya atracción principal es un mercado en el majestuoso palacio de Can Vivot
En Laguna Blanca, una comunidad de unos 600 habitantes en la provincia argentina de Catamarca, un centenar de sus habitantes se dedica a preservar un arte que se ha transmitido de padres a hijos. Capturan las vicuñas que pastan en los montes, las esquilan y las sueltan. Después tratan artesanalmente el pelo de estos camélidos salvajes sudamericanos para conseguir obtener la que actualmente es una de las fibras más caras del mundo, la lana de vicuña, con la que confeccionan prendas tradicionales, como chales y ponchos. Zulema Liliana Gutiérrez lo lleva haciendo años, desde que su madre le enseñó. Ahora es ella quien enseña a sus hijos a elaborar prendas que resultan suaves y delicadas al tacto y que venden a través de una cooperativa local que trata de preservar esta tradición. “Trabajamos todo con artesanía, hilamos el tejido en un telar rústico, trabajamos la fibra. Todo el proceso es manual”, explica mostrando algunas de sus creaciones.
La elaboración mediante técnicas tradicionales de productos que son seña de identidad de distintas comunidades culturales repartidas por todo el mundo centra este año el encuentro global de artesanos Xtant 2024. Una cumbre que, bajo la temática Raíces, se celebra hasta el próximo lunes 13 de mayo en Palma por cuarto año consecutivo con la asistencia de 79 artesanos llegados de 72 países del mundo. Muchos de ellos repiten en un encuentro afianzado cuyo polo central de atracción es el mercado con productos artesanos que se ubica en el majestuoso palacio de Can Vivot, en el centro histórico de la capital mallorquina. Las actividades de Xtant van más allá y ofrecen también la posibilidad de asistir a conferencias sobre las técnicas de trabajo de sus participantes, talleres de artesanía, experiencias que permiten conocer la isla balear, exposiciones con trabajos de los artesanos y un programa educativo.
Tras explorar los orígenes de la fibra en la pasada edición, el encuentro se centra este año en las raíces, en la esencia de los trabajos artesanos y de quienes los crean. “Con los cambios que se están produciendo, hay mucha gente confusa sobre el futuro. Es el momento de arraigarnos como seres humanos antes de convertirnos en estos transhumanos en los que nos quieren transformar, donde nuestros pensamientos se canalizan a través de todo lo digital. Pensaba que este momento necesitaba esta reflexión sobre quiénes somos y cuáles son nuestras raíces humanas”, explica Kavita Parmar, organizadora del encuentro y experta en textil patrimonial junto a Marcela Echevarría. Ambas han logrado afianzar la cita en Palma, a donde llegaron tras un primer encuentro global en México en el año 2020.
De los pueblos de las montañas en el Estado mexicano de Oaxaca procede Remigio Mestas, un artesano que pretende compartir con los asistentes las prendas de vestir características de esta zona, lo que él considera que es “la segunda piel, la identidad” de su pueblo. “Manejamos la fibra de algodón en color crudo y color café y la sobreteñimos con hoja de guayaba, con la cáscara de la granada o con índigo. También utilizamos fibra animal y la teñimos con cochinilla”, describe su trabajo. Entre las prendas que confecciona están los huipiles —vestidos grandes sin talla—, los rebozos para cargar a bebés o cubrirse del frío y los calzones, cotones y ponchos para hombres. “Se tejen en telar de cintura, con herramientas rudimentarias que crean la segunda piel. Aquí no hay moda, aquí nacen con el vestido y mueren con el vestido que tiene su identidad”, señala Mestas, cuyas prendas tradicionales se han incluido este año en la colección crucero 2024 de Dior.
Del mismo Estado de Oaxaca es Salvador Compañ, que bajo su marca Lørdag & Søndag trabaja con un grupo de artesanos diseminados por México que se centran en el uso de las fibras como el tule o el ratán para elaborar lo que él llama “artefactos”, figuras realizadas con estos materiales que pueden servir de decoración, sobre todo en lugares costeros. Los artesanos con los que trabaja recolectan la fibra y la tejen a mano alzada, con la particularidad de que mediante esta técnica no cuentan con una estructura metálica dentro y van utilizando lo que encuentran en su casa, desde cubiertos hasta platos, para trabajarlo alrededor y darle forma. “Los artesanos originalmente hacían sombreros, pero con nosotros han estado explorando formas hasta lograr lo que hemos conseguido ahora”, dice mostrando algunas de las figuras, de distintos tamaños y con largos brazos de ratán simulando figuras al aire.
En uno de los rincones del inmenso patio de Can Vivot, las alemanas Julia Buntzel y Miriam Rose Gronwald exhiben sus creaciones. Enormes obras de arte textil colgadas de los grandes muros que estas dos artistas de Berlín han traído desde Studio Jumi, la galería en la que muestran sus creaciones en la capital alemana. Ambas se conocieron en un programa específico de tejido a mano y desde entonces trabajan juntas. Gronwald, antes bailarina profesional, viajó en 2018 a Tailandia y Laos, donde observó cómo las minorías culturales de la zona contaban su historia y su perspectiva del mundo a través de los textiles, porque muchos no podían escribir. A su regreso aprendió a tejer y decidió plasmar en los tejidos lo que realmente quería contar. “Creo que eso está conectado con la danza, es una lengua visual muy simbólica y podemos contar nuestras historias a través de ella”, explica. Buntzel dice que siempre ha estado conectada a los textiles, en parte por su madre, pero su interés creció aún más después de graduarse en Arte. Ambas trabajan en su estudio desde 2022 tratando de crear una propuesta única para transmitir historias a través del arte textil.
El tejido marca el trabajo de buena parte de los artesanos de Xtant. Como el de Danae Grimopoulou, una artesana griega que crea mediante el crochet, una técnica de tejer que heredó de las mujeres de su familia. Ha creado la marca de ropa Begrims en colaboración con artesanas locales de las islas Cícladas, en la que incluyen todo tipo de prendas y complementos, algunas reproducciones de antiguas piezas de vestir de la familia que fabrican en algodón, lana merina y algún que otro tejido griego antiguo. “Son mujeres que son muy apasionadas con su trabajo, ellas persisten haciendo un trabajo manual y me gustaría poner eso en el foco y hacerlo contemporáneo” cuenta Grimopoulou, que puede llegar a tardar 16 horas en tejer una prenda con remates de crochet. Para ella, la mayor satisfacción de su trabajo es poder aprender todas las técnicas que se han transmitido ancestralmente de madres a hijas: “Soy feliz por formar parte de esta comunidad”.
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