La violeta africana: así se cuida la planta que daba color al interior de las casas en el pasado

Las fotos de los libros antiguos sobre plantas de interior reflejan las modas pasadas. En alguno de ellos se podría disfrutar de la vista de un salón con una kentia (Howea forsteriana) junto a un crotón (Codiaeum variegatum) y puede que alguna yuca (Yucca sp.). Allá, encima de una mesa de cristal con cantos dorados, otra planta en una maceta pequeña y blanca se muestra pródiga en flores de tono púrpura. Sus hojas son verde oscuro, carnosas, con una vellosidad muy sugerente y atractiva. Sí, sin duda, es una violeta africana (Streptocarpus ionanthus). Una especie que marcó una época pasada, pero que regresa al presente gracias a su belleza y peculiaridad.

Esta violeta, que antes recibía el nombre científico de Saintpaulia ionantha, delata con su denominación popular una procedencia africana, con un área de distribución que parte de una zona montañosa de Tanzania, al este del continente. Todavía se la conoce como Saintpaulia en la mayor parte de los ámbitos, ya que los cambios de nombres botánicos suelen tardar en establecerse entre los aficionados, especialmente si se trata de una planta muy conocida. A pesar de su ligerísima semejanza con la violeta (Viola odorata) cultivada en los jardines europeos, pertenece a otra familia muy distinta, la de las gesneriáceas, habitantes de zonas tropicales y subtropicales del planeta.

Svetlana Bren, jardinera y cultivadora de esta planta, cuida con esmero de unos 300 ejemplares de violeta africana, con innumerables híbridos. Esta ucrania, de la tristemente famosa ciudad de Jersón, nos guía en cómo se ha de mantener esta especie para que regale sus flores durante muchos meses al año.

Pregunta. Una de las recomendaciones que suele aparecer en todas las guías de las plantas de interior es la de nunca mojar sus hojas.

Respuesta. Es una equivocación, ya que hay que limpiar sus hojas al menos un par de veces al año. Yo lo hago con un pulverizador eléctrico, aunque con uno manual ya es suficiente. Hay que tener en cuenta que no es conveniente hacerlo con la alcachofa de la ducha, que puede romper los pelos de las hojas. El mejor momento es cuando el sustrato esté seco, antes de que se vuelva a regar la planta. Luego hay que dejar que se seque de forma natural, sin sol directo. Después de esa limpieza, están contentas como niñas recién duchadas.

P. Precisamente, el mejor lugar para ella es alejada de los rayos del sol.

R. Sí, lo ideal es ponerlas al lado de una ventana, sin sol directo. También hay que tener en cuenta que es una planta que sufre mucho en el verano, con el calor extremo. Es entonces cuando recomiendo colocarla en un sitio más fresco. Por ejemplo, si normalmente está al lado de una ventana que está abierta en verano y donde la planta tiene mucho calor, es bueno llevarla a otra habitación con menor temperatura, aunque tenga menos luz, pero donde no tenga ese calor intenso.

P. ¿Dejará entonces de florecer?

R. Sí, pero no importa. Yo incluso le corto las flores que saca en el verano para que la planta no se quede agotada por el esfuerzo de florecer en pleno calor.

P. Hablando de florecer, ¿qué se debe hacer para que disfrutemos con las floraciones abundantes de la violeta africana?

R. En mi caso, suelo abonar con todos y cada uno de los riegos que hago. Eso sí, echo muy poca cantidad de un abono líquido concreto, que es más rico en fósforo que en nitrógeno y potasio. En cinco litros de agua echo unos tres o cuatro mililitros de ese abono.

P. ¿Alguna recomendación para el riego?

R. Cuando riego, mojo todo el volumen del sustrato e incluso dejo un poco del agua sobrante en el plato que tiene cada maceta. Si la planta está comprada en un vivero, hay que regarla por inmersión, sumergiendo la maceta en agua, hasta que se empape. Luego hay que dejar que el sustrato vuelva a secarse.

P. ¿Cómo han de ser esas macetas?

R. Es importante que sean de plástico y no de barro. Pero lo fundamental es que sea una maceta pequeña, no mayor de nueve centímetros de diámetro. Si se cultiva en una maceta muy grande, la violeta africana no florece hasta que no ha llenado toda esa maceta con sus raíces, por lo que tendrá muchas hojas, pero nada de flor.

P. ¿Cuál es el tipo de sustrato que recomienda para cultivarla?

R. El sustrato es el principal fallo de las personas que quieren cultivarla. Mi recomendación es una mezcla de un 30% de sustrato universal, un 30% de turba rubia, un 15% de musgo Sphagnum y un 15% de perlita. Es vital que las raíces tengan un sustrato ligero.

P. Otro de sus atractivos es la facilidad para reproducirla.

R. Sí, cuando quiero cultivar una variedad que no tengo compro una sola hoja. Así las envío yo también a otros cultivadores. Esa hoja, metida en un vasito transparente con muy poca agua, formará raíces y una nueva planta. También se puede enraizar en el mismo sustrato en el que la cultivamos.

P. ¿Un último consejo para una violeta africana que no vuelve a florecer?

R. Las causas pueden ser varias. Le suele atacar una plaga, que es el ácaro del ciclamen. Pero es más habitual que deje de florecer porque haga mucho calor o porque no tenga abono o, quizás, porque esté creciendo en una maceta muy grande para ella.