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Así es The Gore, el lujoso hotel inglés que sirvió de refugio a Judy Garland y donde aún está su cama

Construido como residencia de servicio para los visitantes de la Gran Exposición de Londres de 1851, se convirtió más tarde en un exclusivo alojamiento que escogieron grandes estrellas. Además de la ‘suite’ de la actriz, su ‘pub’ fue el escenario de una fiesta salvaje de los Rolling Stone

The Gore hotel
La 'suite' de Judy Garland en el hotel The Gore, en Londres (Reino Unido).JACK_HARDY; JACK_HARDY

Que Judy Garland fue una de las mayores damnificadas del inhumano sistema de los estudios de cine norteamericanos de los años treinta y cuarenta es un hecho. Tiempos en los que los derechos del menor brillaban por su ausencia y que hicieron que la actriz fuese sometida a todo tipo de vejaciones, abusos y torturas; desde sesiones maratonianas de rodaje en las que se le recetaban anfetaminas para poder aguantar el ritmo hasta acoso sexual por parte de algún productor, insultos o dietas que incluían 80 cigarrillos diarios (a la edad de 13 años) para así reducir el apetito. Garland fue uno de tantos mitos tratados en tercera persona que el tiempo ha dignificado para devolverles su condición de seres humanos.

Ella fue una de las más grandes estrellas de todos los tiempos gracias a una serie de películas juveniles junto a Mickey Rooney que reventaban las taquillas, clásicos incontestables como El mago de Oz, El pirata, Cita en San Louis o Ha nacido una estrella, recitales como el ofrecido en el Carnegie Hall de Nueva York, shows televisivos o conciertos al aire libre como aquel en Boston que logró reunir a más de 100.000 personas.

La caída fue durísima… Sus problemas con las drogas y el alcohol la convirtieron en una especie de fantasma al que ninguna aseguradora quería cubrir, a duras penas conseguía contratos y, los que conseguía, eran rescindidos al poco de firmarse por incumplimiento. Es en esa época cuando Judy decide huir a Londres, era 1962: “No sé si la ciudad me necesita o soy yo la que la necesita a ella, pero aquí me siento comprendida y no noto la crueldad de la gente hacia mi persona”, llegaría a decir la actriz sobre la capital británica.

Detalle de uno de los rincones del hotel The Gore.
Detalle de uno de los rincones del hotel The Gore.Laura Cano

En esta ciudad alcanzaría la gloria gracias a una serie de conciertos en el Royal Albert Hall que colgaban el cartel de “no hay entradas” noche tras noche. Ella actuaba, deslumbraba, extasiaba y, una vez finalizado el concierto, caminaba escasos metros hasta el que era su alojamiento durante aquellas semanas, The Gore, un hotel de cinco estrellas situado en el barrio de Kensington de la capital británica y que ella convirtió en su hogar, llegando a trasladar su propia cama desde Los Ángeles (California), pues la que le proporcionaron no era lo suficientemente cómoda. Allí cohabitó junto a su quinto y último marido, Mickey Deans, con el que se casaría tres meses antes de fallecer, el 22 de junio de 1969, por una sobredosis de barbitúricos cuando ya vivían en una casa del exclusivo barrio londinense de Belgravia.

Actualmente, aquella cama que se trajo desde los Estados Unidos sigue en el alojamiento, concretamente en la suite en la que se hospedaba, la cual lleva su nombre y a día de hoy es una de las habitaciones más demandadas de toda la ciudad; además de lugar de peregrinaje para mitómanos, cinéfilos y seguidores de la estrella. Muchos de ellos, gais, de los que la artista es icono incontestable: en los años setenta y ochenta preguntar “¿Eres amigo de Dorothy?” era una manera de reconocerse entre el colectivo. La bandera arcoíris, diseñada por Gilbert Baker (que para más inri nació en Kansas) por encargo de Harvey Milk, está inspirada en la famosa canción de El mago de Oz llamada Over the Rainbow, y las primeras revueltas por los derechos de los homosexuales surgieron justo después de la muerte de la actriz, que posteriormente darían forma al Día del Orgullo LGTBI+.

Réplica de los icónicos zapatos rojos que Judy Garland lucía en 'El mago de Oz'.
Réplica de los icónicos zapatos rojos que Judy Garland lucía en 'El mago de Oz'.Laura Cano

Se trata de una habitación suntuosa y abigarrada, llena de detalles y colores vivos, en la que se puede encontrar desde un par de zapatos de rubíes que iguales a los usados por Garland en El mago de Oz hasta el perfume de Vicenzo Spinnato que la actriz inspiró y que sus propias hijas, Liza Minnelli y Lorna Luft exclamaban que olía igual que su madre.

El baño de la 'suite' de Judy Garland en el alojamiento londinense The Gore.
El baño de la 'suite' de Judy Garland en el alojamiento londinense The Gore.JACK_HARDY; JACK_HARDY

Pero The Gore es mucho más. Se trata de un establecimiento, de apenas 50 habitaciones, construido inicialmente como residencia de servicio para los visitantes de la Gran Exposición de Londres de 1851, bajo el patrocinio del príncipe Alberto, y que se convirtió más tarde en un exclusivo hotel de lujo. A lo largo de los años, la clientela fija incluía a muchos nombres destacados de la escena artística, como el piloto francés André Simon, el director de orquesta sir Malcolm Sargent, el actor Tony Hancock, la cantante de ópera Nellie Melba o las actrices Dorothy Tutin y Edith Evans, que, como Garland, encontraron aquí un refugio tranquilo donde sentirse a salvo.

El cuadro de los Rolling Stone que se encuentra en el exclusivo bar de The Gore.
El cuadro de los Rolling Stone que se encuentra en el exclusivo bar de The Gore.Laura Cano

Igual de peculiar es el pub del hotel, el Bar 190, un local panelado en madera y con aires de rock & roll repleto de cuadros con fotografías de la fiesta que el 5 de diciembre de 1968 organizaron allí los Rolling Stone con motivo del lanzamiento de su mítico disco Beggars Banquet y que terminó literalmente a tartazos. Aquí se puede degustar un sinfín de cócteles, como, faltaría más, el Judy Garland (una mezcla de vodka, vino blanco y Campari infusionado con cera de abeja) o el Dame Edith Evans (ginebra, Cinzano y leche emulsionada) dedicado a la gran dama del teatro inglés, otra de sus más ilustres huéspedes. Como colofón, una cena en su restaurante 190 Queen´s Gate, un clásico de la comida tradicional inglesa.

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