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El Festival Zinegoak da el pistoletazo de salida a su XIX edición con la libertad de género por bandera

El certamen presenta en el Teatro Arriaga una programación que se alargará hasta el 7 de marzo y busca la visibilidad en torno a la diversidad sexual

Festival Zinegoak
Albertina Carri (derecha) recibe el Premio Honorífico en la gala celebrada en el Teatro Arriaga.Fernando Domingo-Aldama

Los Carnavales van dando sus últimos coletazos. Las sonrisas se dibujan en las caras de los niños y niñas que van de la mano de sus padres con el algodón de azúcar en la mano. Las luces de las atracciones móviles instaladas en El Arenal no desmerecen su atención. Los disfraces se entremezclan con una multitud que sabe que la cultura está regresando poco a poco a su ciudad. Las puertas abiertas de par en par del Teatro Arriaga son una invitación a la curiosidad. A preguntarse qué es lo que se está cocinando en uno de los teatros más especiales a nivel mundial. Y la respuesta se encuentra relacionada con esa vuelta a la vida que los Carnavales se han encargado de poner encima de la mesa: la gala de inauguración de la XIX edición del Festival Zinegoak. O, lo que es lo mismo, la reivindicación de la libertad y la legitimidad.

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Una guitarra Fender Telecaster azul marino espera en su atril mientras los asistentes van entrando a cuentagotas. “¿La fila 11 dónde es?”. Últimas pruebas de sonido. Últimas comprobaciones de luces. Teatro lleno y últimos saludos iniciales. Todo preparado. Olatz Salvador sube a las tablas y coge con mimo esa Tele azul marino que ha esperado pacientemente. Salvador es la definición más evidente de de dar visibilidad a los que más lo merecen. Y muy orgullosa se muestra de ello. Dos discos de estudio y colaboraciones con Rozalén, Iván Ferreiro o Gata Cattana. La convicción de que se puede cambiar el mundo gracias a la música.

Tal y como ocurrió el año pasado, Nerea Arriola representa el papel protagonista de toda la función. La de maestra de ceremonias. Ataviada con unas hombreras que saltan a la vista y enlazando una mezcla de euskera y castellano en su discurso. “Me invento lo que quiero ser. Soy lo que me da la gana”, se escucha por los altavoces del Arriaga. El vídeo de presentación del Zinegoak deja paso a Arriola, quien sin levantar la vista del papel detalla todas las categorías que tendrá el certamen durante los próximos siete días. Once premios. Y espacio para aquellas mujeres directoras que buscan potenciar la visibilidad en la creación de proyectos audiovisuales.

Aún hubo tiempo para la presentación del jurado que valorará quién se alzará con los diferentes premios puestos en liza. Ainhoa Andraka, productora y editora de películas como Asier ETA biok o Meseta, Sara Mazkiaran, ayudante de dirección en La gran aventura de Mortadelo y Filemón o Vivir es fácil con los ojos cerrados y Susi Sánchez, la actriz que se paseó por la alfombra, se fue a trabajar al teatro y volvió para recoger el Goya a la mejor protagonista por La enfermedad del domingo. Un ligero recordatorio de Zinegogoak, la novedad de la edición de este año, o, lo que es lo mismo, “el encuentro entre el alumnado de centros escolares y los talentos del festival para albergar cuestiones como el tratamiento de los personajes trans o la sexualidad explícita en el cine”, tal y como indicó el director de producción, Pedro Andrade, en la presentación del Festival.

Premio Honorífico a Albertina Carri

El Premio Honorífico recayó en Albertina Carri, una artista, activista, productora, guionista y directora argentina que tiene claro que el cine y la realidad se enlazan y que van cogidos de la mano. “Han sido muchas personas que me rodearon, que me acompañaron y que apoyaron mi trabajo. Entre ellas, el equipo de este Festival”, apunta Carri son una sonrisa perenne. Una mirada inquieta, curiosa y fuera de lo que se supone que es la norma establecida. “Aprovecho estas luces tenues para pedir sociedades menos desiguales”. Transformar la desigualdad en justicia. Alcanzar la meta de la equidad de los derechos humanos.

“Zinegoak no es solo un festival de cine. Es un espacio donde diferentes realidades, personas y sexualidades se unen en un mismo plano”, señala Arriola todavía con sus hombreras impolutas. Siete días para reivindicar la libertad sexual y de género. Y qué mejor manera que hacerlo a través del cine. Que cada uno decida su propia identidad sin miedo al qué dirán. La quema de la sardina anuncia que los Carnavales se terminan. Y mientras los disfraces se guardan para el año que viene, Bilbao va poniendo su cara más amable. Esa que Zinegoak se encarga de llevar por bandera: vivir libremente y sin etiquetas impuestas.

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