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Expulsado de la lista de espera para operarse de un cáncer de piel por tener pendiente una cirugía de párpados

Una ley de la Comunidad de Madrid, poco conocida entre médicos y pacientes, obliga a terminar primero con un procedimiento para luego incluirse en otro

Rafael J.
Daniela Gutiérrez

A Rafael J. su médico de cabecera le confirmó hace tan solo dos semanas que de nuevo volvía a tener indicios de cáncer de piel. Dos nuevas lesiones en la cabeza, muy cerca de las cicatrices donde estuvieron las anteriores, hicieron saltar las alarmas. El médico que lo atiende en la sanidad pública de Tres Cantos, donde vive este vecino de 79 años junto a su esposa, lo anotó inmediatamente en la lista de espera quirúrgica: “Te llamarán en un mes, o mes y medio a más tardar”. Sin embargo, la llamada que recibió pocos días después desde el Hospital La Paz, donde debería realizarse esta cirugía ambulatoria, fue para otra cosa: no podían quitarle la lesión cancerígena porque tenía pendiente una cirugía de reconstrucción de párpados y la normativa no permite estar en dos listas de espera quirúrgicas a la vez.

Cuando recibió la llamada, Rafael se quedó sin palabras y colgó sin hacer muchas preguntas. No conocía la ley ni a nadie que hubiera estado en su situación antes. Poco después, cuando le comentó a su médico de cabecera que lo habían sacado de la lista, este solo pudo decirle que él también desconocía el porqué.

Manuel Castro, traumatólogo del Hospital 12 de Octubre y vicesecretario del sindicato Amyts, indica que esta normativa, aprobada en 2016 por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, es ajena para “el 99% de los médicos” y, por extensión, para casi todos los pacientes. “La desconocen porque en su trabajo no les afecta. Los médicos prescriben y ya luego el servicio de admisión es el encargado de las listas de espera”.

La Orden 804/2016, que prohíbe a los pacientes estar en dos listas de espera quirúrgica al mismo tiempo, es de obligado cumplimiento en todos los hospitales públicos de la región. La normativa, dice Castro, responde a la promesa que hizo la expresidenta regional Esperanza Aguirre de que ningún madrileño esperaría más de un mes por una cirugía. “Con esa misma idea se afinó la ley para que en la lista de espera solo estuvieran los pacientes 100% listos para una intervención”.

Esta es una norma específica de la Comunidad de Madrid, que no tienen otras comunidades, aclara Castro. Aunque parezca ilógica, el médico explica que sí tiene sentido desde el punto de vista médico: “Si te estás recuperando de una cirugía de prótesis de rodilla, por ejemplo, no puedes al mismo tiempo hacerte otra”. Pero también apunta que la medicina no son matemáticas y que depende de cada caso determinar la necesidad de la intervención.

Castro señala que el número de pacientes en espera quirúrgica en Madrid que aporta el Sermas cada mes no incluye a todos los que objetivamente necesitan una cirugía, sino a aquellos que no tendrán objeción médica para entrar al quirófano, por ejemplo, mañana mismo. “Ahí tampoco está el que un especialista le prescribió una cirugía, pero al que el anestesiólogo por alguna razón no lo ve apto”, ejemplifica Castro, sobre otros pacientes que esperan, pero no están reflejados en los datos públicos.

Este sistema, señala el vicesecretario de Amyts, no indica que se trate peor o mejor a los pacientes respecto a otras comunidades que no tienen esa ley. Si el servicio y los tiempos de espera en la sanidad pública madrileña funcionan adecuadamente, en teoría, no debería existir problema alguno con que un paciente termine un procedimiento antes de embarcarse en otro.

La Consejería de Sanidad habla a través de un portavoz del caso específico de Rafael: “El paciente fue incluido en la lista de espera de dermatología con prioridad normal por una sospecha de carcinoma basocelular, una lesión que no es grave y es de crecimiento lento”. Según el portavoz, la normativa señala que, “en caso de existir duplicidad en listas de espera, siempre y cuando ninguna tenga prioridad”, se hace la intervención “que decida el paciente junto con los profesionales” o “la que tenga mayor tiempo de antigüedad”. Y aclaran que “si la patología o el proceso está marcado como oncológico, nunca se excluye de esa lista de espera a nadie”.

Después de que su caso fuera denunciado por el sindicato CC OO, desde el Hospital La Paz, al que pertenece Rafael, le llamaron nuevamente y le informaron que el 24 de noviembre tenía programada su cirugía de reconstrucción de párpados. “No me dieron más explicaciones, solo la fecha, pero se notaba que conocían mi expediente en particular”, comenta Rafael, que conversa con EL PAÍS desde su casa en Tres Cantos y pide no revelar su cara ni su apellido. Llevaba cuatro meses en cola para esa cirugía y está convencido de que si su situación no se hubiera hecho pública, probablemente, aún estaría esperando. “Como va la sanidad pública, no me extrañaría”.

En la Comunidad de Madrid, hasta septiembre de 2025 (últimos datos disponibles), había 101.459 pacientes en la lista de espera quirúrgica para cualquiera de las especialidades, con una demora media de 58,9 días. Solo en el Hospital La Paz, hasta esa misma fecha, había 8.557 personas esperando por una cirugía, que suelen tardar una media de 61 días desde que entran a la lista hasta que se la realizan. Para una cirugía en la especialidad de oftalmología, la que tratará los párpados de Rafael, supuestamente hay menos demora: 1.143 pacientes en cola y 57,8 días de demora. Para dermatología había 400 personas y una espera de 68,4 días.

Una historia sin fin

Rafael sabe que su lesión cancerígena no va a evolucionar desfavorablemente de un día para otro, pero su experiencia con los tiempos de la sanidad pública es la que lo pone en alerta. La intervención de los párpados comenzó a valorarse en 2023, mientras lo atendían por cataratas. El oftalmólogo le dijo que, con la edad, esa piel iba cayendo y cada vez reduciría más su campo visual, así que mejor operarse lo antes posible. Le propusieron darle seguimiento en un centro gestionado por Quirón y Rafael accedió, aunque por una confusión suya a la hora de asistir a la cita terminó siendo atendido meses después, nuevamente, en La Paz.

Ahí le hicieron la prueba de campimetría que no había podido realizarse antes, pero por un error en la técnica le salió que no tenía ningún problema. “Me pusieron dos esparadrapos para levantarme los párpados y, claro, lo veía todo muy bien de esa manera”, dice Rafael, que cuenta que el médico que lo atendía por aquel entonces se llevó las manos a la cabeza al saber la historia de los esparadrapos.

Rafael lo cuenta como un chiste, o como la nota al pie de una historia que no parece tener lógica. Cuando le repitieron la campimetría, meses después y se determinó nuevamente que la operación de párpados era necesaria, otro médico lo atendió. “Me dijo que en realidad me veía bien y me preguntó si me interesaba entrar a un quirófano. A nadie le gusta entrar en un quirófano, y le dije que no”. La operación volvió a quedar en pausa, pero a finales de 2024, en una nueva revisión, la piel de los párpados había crecido tanto que no hubo más dudas de que había que quitarla. Sin embargo, su inclusión en la lista de espera quirúrgica no se produjo hasta el 24 de junio de 2025, dos años después de que se lo plantearan por primera vez.

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