Almeida acusa a Rosalía de “poner en peligro la integridad de las personas” con su acto en Callao del lunes
El alcalde de Madrid señala que en el atestado policial figura que se produjeron “alteraciones graves de seguridad”

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha acusado a la cantante Rosalía de “poner en peligro la integridad física de las personas” el lunes por la noche, cuando llegó por sorpresa y sin autorización a la plaza de Callao para presentar su nuevo disco, Lux. Allí congregó a más de 500 personas y fue tal el revuelo que se movilizaron ocho indicativos de la Comisaría de Centro Sur para hacer desvíos de tráfico, llegaron agentes antidisturbios de la Policía Municipal para evitar que la gente cruzara la Gran Vía, estuvieron cerrados de manera provisional los acceso a la estación de Metro que hay allí y se tuvieron que desviar varias líneas de transporte público, ha explicado el alcalde. “Creo que se pueden hacer las cosas de una forma diferente”, ha añadido.
Almeida todavía no ha adelantado cuál será el importe de la multa que tendrá que pagar la cantante catalana, ni cuál será exactamente la vía que seguirá para sancionarla. Lo que sí ha dejado claro es que “la norma se tiene que aplicar a todos por igual” y que, según el atestado policial de esa noche, se produjeron “alteraciones graves de seguridad”. También ha hecho un llamamiento al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, para que actúe si lo considera necesario, ya que se congregaron más de 500 personas convocadas por Rosalía y, para ese tipo de actos, hay que pedir autorización a la administración que él dirige.
El delegado del Gobierno ha confirmado que a él tampoco le habían informado sobre el encuentro de la cantante con sus seguidores y ha señalado que le parece “bien” que el Ayuntamiento investigue los hechos. Sin embargo, ha acusado a Almeida de haber “provocado en muchas ocasiones” situaciones similares por no avisarle con suficiente antelación y le ha animado a colaborar para evitar que vuelvan a producirse este tipo de incidentes.
“Madrid es una ciudad acostumbrada a grandes eventos”, ha señalado el alcalde en un mensaje dirigido a la cantante para transmitirle que, de haber pedido permiso, se lo habría concedido. “Nosotros nos sentimos muy contentos de que Rosalía haya elegido la ciudad de Madrid y un lugar emblemático como la plaza de Callao para la presentación de la tapa de su último álbum”, ha comenzado Almeida. “Que una artista global quiera estar en la ciudad de Madrid y que la presencia en la ciudad de Madrid avale precisamente su presentación, a nosotros nos llena de orgullo. A partir de ahí, creo que se pueden hacer las cosas de una manera diferente”, ha añadido.
El acto que improvisó Rosalía el lunes partió de un mensaje en sus redes sociales. La cantante estaba haciendo un directo en TikTok en el que informó de que iba a haber “sorpresas” en la plaza de Callao. A partir de ahí, sus seguidores acudieron en masa a la convocatoria, lo que provocó aglomeraciones, afecciones al transporte público y un atasco en la Gran Vía que sufrió la propia artista al llegar lugar. Por ese motivo, dejó su coche parado en mitad de la calle y fue corriendo hasta el punto de encuentro, pero el recibimiento fue tal que salió huyendo y se refugió en el hotel Vincci Capitol, el del mítico cartel de Schweppes.
La Policía Municipal recibió un aviso a las 21.30 de la noche de que la cantante catalana llegaría a la plaza de Callao sobre las 21.55. No fue porque ella o sus representantes hubieran comunicado oficialmente la convocatoria, sino porque les llegó la información de que estaba anunciando un evento sorpresa a través de sus redes sociales y que estaba programado para esa hora, según explicaron este martes fuentes de la comisaría a este periódico.
El martes por la mañana solo habían pasado unas horas de aquello y ni la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, ni el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, tenían claro si le habían dado permiso a Rosalía para celebrar el evento. Ni siquiera sabían a ciencia cierta si ella había solicitado permiso para llevarlo a cabo. “Se actuará en consonancia”, dijo Sanz en una rueda para avisar de cómo se procedería en caso de constatar que no hubiera autorización.
Por la tarde, fuentes de su área de Gobierno municipal confirmaron que, efectivamente, la artista no había pedido ningún tipo de permiso para celebrar ese acto que, en su esencia, se basaba en el efecto sorpresa. Por su parte, Carabante ya adelantó que no se trataba de una infracción especialmente grave, porque no había montado ningún escenario ni había generado problemas de ruido.
EL PAÍS se ha puesto en contacto con los representantes de la artista, pero han rechazado hacer declaraciones sobre este asunto hasta el momento.
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