“No se puede ser tan inútil”: salen a la luz más audios que prueban el maltrato a siete menores con síndrome de Down en un centro de Pozuelo
Las grabaciones proceden de una grabadora oculta en un osito de peluche que escondió la madre de una víctima ante el “mal estado” de su hija

Los audios que condenaron en julio a dos profesoras por insultar y humillar en 2019 a siete niños con discapacidad de entre 7 y 12 años en un colegio concertado de educación especial en Pozuelo de Alarcón (Madrid) han salido ahora a la luz para entender mejor este caso. Las grabaciones fueron distribuidas primero, el martes pasado, a través del programa de Cuatro Código 10, y este lunes, en Mañaneros, de RTVE. “¡No se puede ser más inútil!”, decía una de las docentes en las notas de voz recogidas por una grabadora oculta en un osito de peluche. El aparato lo introdujo la madre de una víctima ante el “mal estado” en el que se encontraba su hija cada vez que tenía que ir al colegio. Fue el inicio de un caso que indignó a la comunidad educativa y que acabó el pasado julio, cuando la jueza sentó y condenó a las dos educadoras. En alguno de los audios incluso se puede escuchar cómo las profesoras amenazaban a los menores con agredirles físicamente: “Con la mano abierta te daba yo”.
El Juzgado de lo Penal Número 1 de Madrid condenó a las dos mujeres a siete años de prisión el pasado 9 de julio por los hechos ocurridos entre enero y marzo de 2019. La magistrada considera probado en su resolución que ambas docentes, a las que atribuye siete delitos contra la integridad moral, dirigieron expresiones malsonantes a los menores, que tienen síndrome de Down en diverso grado, “con conocimiento de sus limitaciones cognitivas y físicas”. Como consecuencia del maltrato de las educadoras, las víctimas sufrieron el empeoramiento de sus capacidades intelectuales, habilidades, y actitudes negativas a la asistencia escolar, de acuerdo con la sentencia.
El 20 de marzo de 2019 las dos acusadas acudieron a la directora general de la fundación que gestiona el centro para notificarle que habían encontrado una grabadora en un osito de peluche. La responsable decidió guardarla en una caja fuerte y acudir al día siguiente a la Policía para denunciar que se habían grabado audios de varias clases mediante un aparato oculto, presuntamente, sin permiso. En aquella misma jornada organizó una reunión para debatir el asunto con los padres de los niños que estaban a cargo de las dos profesoras que habían entregado el dispositivo. Los progenitores confirmaron en el encuentro que habían consentido las grabaciones.
Tras concluir la investigación policial del material grabado, la defensa de las dos educadoras, entonces acusadas, reclamó la nulidad de los audios realizados por los padres de una de las menores y al mismo tiempo adjuntó a su escrito dos vídeos filmados por una de las profesoras los días 21 y 22 de marzo de 2019, sin que constase el consentimiento otorgado por los progenitores de los niños. El equipo defensor argumentó que el material filmado era la única prueba que tenían para demostrar a los padres como los niños trabajaban en clase a pesar de que al mismo tiempo, y de forma contradictoria, exigía la retirada de los audios.
La jueza del caso señaló como “especialmente esclarecedora” la comparación de las “expresiones ofensivas, tono humillante, y volumen alto” que empleaba una de las acusadas en las grabaciones de audio —cuando desconocía que estaba siendo grabada— con la “actitud cariñosa, templanza y paciencia” que mostraba con los alumnos en los vídeos que grabó ella tras ser descubierta la grabadora.
Además de la pena de prisión, el tribunal también condenó a las dos acusadas a la inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier empleo público o privado en centro docente de menores de edad mientras dure la condena.
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