La hermana de Gregorio Ordóñez se desmarca del documental que impulsan Ayuso y San Gil sobre el político asesinado por ETA

Toni Cantó se ríe. Es febrero de 2023, y el expolítico de UPyD, CS y PP encuentra desternillante el lema Que te vote Txapote que usa la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para atacar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por contar con el apoyo parlamentario de Bildu. Ocurre en un programa de televisión y, junto a él, se sienta María San Gil, antigua líder del PP vasco. Ambos defienden el acierto del eslogan —“a mí me parece perfecto”, dice la expolítica—, pese a que a él se hayan opuesto la Fundación Fernando Buesa o Consuelo Ordóñez, presidenta de la asociación de víctimas Covite.

Oír junto a esas risas el alias de Francisco Javier García Gaztelu, el integrante de ETA autor del asesinato de Miguel Ángel Blanco y el pistolero que asesinó a su hermano Gregorio mientras comía, precisamente, con San Gil, escandaliza a Consuelo Ordóñez. Casi dos años después, este martes, el Boletín Oficial de Madrid publica que el Gobierno regional financiará con 35.000 euros que la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, representada por San Gil en el acuerdo, ruede un documental sobre el 30º aniversario del atentado contra el político vasco. Pero lo hará sin Consuelo Ordóñez. Se ha negado a participar.

—Me llamaron. Fue María San Gil. Me dijo que lo iban a hacer con Iñaki Arteta. Son dos personas con las que no tengo confianza. Recientemente, me dolió lo que pasó con María [en referencia al programa televisivo]. Con Iñaki tengo desavenencias desde hace años. Es imposible. Y ya está. Punto.

San Gil niega cualquier desencuentro con Ordóñez. “No hay ninguna mala relación”, dice con voz pausada en conversación telefónica. “Estuvo invitada a participar, fue una conversación afable, sin ningún tipo de inconveniente”, añade, mientras transmite su ilusión por el proyecto del documental, del que prefiere no dar detalles hasta la presentación. “Hasta ahí”, sigue. “No entré en su día [a la polémica por el programa de Cantó], no voy a entrar ahora”, añade. Y afirma: “Hay temas con los que no hay que polemizar, y el de las víctimas [del terrorismo] es uno de ellos”.

Sin embargo, la trayectoria del Gobierno de la Comunidad de Madrid niega la aplicación práctica de esa máxima. Sobran los ejemplos. El desencuentro entre Ayuso y Ordóñez se puede seguir fecha a fecha, como un libro hecho de muchos capítulos, ninguno de ellos bonito, ninguno de ellos amable, todos ariscos, revueltos y dolidos.

Dos de febrero de 2023. Ayuso concita las protestas del PSOE, de la Fundación Fernando Buesa y de Consuelo Ordóñez al criticar a los socialistas con una afirmación que ya empleaba Vox en septiembre de 2022: “Que les vote Txapote”. La frase, lanzada durante una bronca sesión de control en la Asamblea regional, pretende servir como recordatorio de que el Gobierno central tiene a Bildu entre sus apoyos parlamentarios. No es la primera vez que Ayuso la pronuncia, pero sí es la primera vez en la que una protesta tiene eco público.

“Las víctimas merecemos ser tratadas con respeto, banalizar con un hashtag al asesino de tantos inocentes, entre ellos de mi hermano Gregorio Ordóñez, demuestra su falta de principios y lo poco que le importamos”, escribe Ordóñez en sus redes sociales. “¡Así no!, sra. Díaz Ayuso”, remata.

Pasan los días, Ayuso viene de reafirmarse en su declaración, y Ordóñez, en su crítica (“¡no tiene principios!”, lamenta). Con motivo del pleno de la Asamblea, la baronesa eleva el tono: defiende su posición apelando al apoyo de Daniel Portero, José Virgilio Menéndez y Mari Mar Blanco, víctimas de ETA y diputados del PP. “Daniel, José Virgilio y Mar son diputados de esta Cámara”, le recuerda a la oposición. “Díganme si están de acuerdo con blanquear las fechorías de los terroristas o con los representantes de los madrileños en este hemiciclo”.

Un planteamiento que viene contestado por Ordóñez desde antes incluso de pronunciarse. “Solo con que un solo familiar de UNA sola víctima de ese sanguinario hubiera manifestado lo dolorosa que le resulta esa frase, y hemos sido varias, debería haber servido para que inmediatamente pidiera disculpas”, escribe un día antes.

El choque se vuelve entonces personal. Ayuso desdeña a Ordóñez. “No sé si tiene problemas personales con el PP”, dice la presidenta madrileña sobre la líder de Covite. Y la hermana de Gregorio Ordóñez le contesta en una entrevista en EL PAÍS: “El partido de mi hermano nos ha utilizado. Nos traicionó. Ese es el problema que tengo con el PP”.

Rectificación del Gobierno

Así se llega a enero de 2024. Es el año en el que se pasa de las palabras a los hechos. Del discurso, a la acción. Porque Ordóñez, invitada por el PSOE, acude a la Asamblea de Madrid para denunciar que el Gobierno autónomo aplique “de manera injusta y arbitraria” la ley de indemnizaciones: sin ellas se quedan quienes no estuvieran empadronadas en la región exactamente en el momento del atentado.

“Nos faltan al respeto”, espeta Ordóñez mientras se monta un guirigay de proporciones bíblicas en la comisión parlamentaria en la que comparece. La rectificación del Gobierno regional llega casi 20 días después: comunica que también pagará a quienes no sufrieron los atentados en la región ni estaban empadronados. Victoria de Covite. Rectificación de Ayuso. El punto culminante de un choque que ahora continúa alrededor de la producción de un documental sobre Gregorio Ordóñez.

“La firma de este convenio tiene un doble objetivo”, explica un portavoz gubernamental sobre el acuerdo para el documental, en el que sí participará la viuda de Gregorio Ordóñez, según la hermana de este. “Por un lado, recordar la figura de Gregorio Ordóñez con motivo del 30º aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA, en San Sebastián”, arranca la enumeración. “Por otro, cumplir la Ley 5/2018, de 17 de octubre, para la protección, reconocimiento y memoria de las víctimas del terrorismo”, sigue. “En concreto, el artículo 25, que recoge que la Comunidad de Madrid impulsará en el ámbito de sus competencias las actuaciones necesarias para favorecer, apoyar y preservar la memoria de las víctimas del terrorismo”. En este caso, sin el apoyo de Consuelo Ordóñez.