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Las colonias históricas de Madrid ya tienen su libro

Utopías Urbanísticas (Altamarea) recoge las 44 crónicas de paseos publicadas por EL PAÍS Madrid en los últimos cuatro años

Un niño monta en bicicleta en una calle de la colonia Prosperidad.
Un niño monta en bicicleta en una calle de la colonia Prosperidad.David Expósito
Berta Ferrero

En una tarde de sábado de junio de 2020, el periodista Pedro Zuazua se subió a su bicicleta con un objetivo: visitar tres de las colonias de hotelitos del sur de Madrid. Empezaría por la del Manzanares, cruzaría el barrio Moscardó y finalizaría la excursión en la de la Prensa.

Aquella calurosa tarde dio para mucho. Vestido de ciclista ―con un maillot y un coulotte, con gafas de sol y el casco reglamentario― y con la mascarilla obligatoria por la pandemia, fue haciendo paradas y charlando con los vecinos. “A pesar de ir así vestido, me iban contando la historia de la colonia y de sus casas con una naturalidad asombrosa. El lunes siguiente propuse en el periódico hacer una serie semanal sobre las colonias de Madrid, me dijeron que sí… y así fue como empezó esta historia,” recuerda el periodista.

Bajo el título Colonias de verano, Zuazua fue publicando cada jueves un reportaje sobre uno de estos singulares entornos urbanísticos en la sección de Madrid de EL PAÍS. “El criterio era que fueran Áreas de Planeamiento Específico. En Madrid hay 45 con viviendas unifamiliares, u hotelitos o chalecitos, como se las conoce popularmente. La mayoría surgieron al abrigo de la Ley de Casas Baratas de 1921 y casi todas estaban destinadas a gremios. Así, está la colonia de Los Carteros, la de Los Bomberos, la Albéniz (de los artistas), la de los Ferroviarios… La idea era dotar a las clases trabajadoras de unas condiciones de higiene y de salud de las que hasta entonces carecían. Son principalmente casas de estilo racionalista y, en su momento, levantaron alguna reticencia entre sus nuevos habitantes: decían que no les gustaban porque tenían tanta luz que parecían clínicas, pero precisamente era eso lo que se buscaba, que tuvieran buena luz y aire fresco, porque por aquel entonces la tuberculosis era una de las principales preocupaciones”, explica.

Aquella serie de reportajes, que fue avanzando verano a verano hasta completar la visita a todas las colonias, se publica ahora en forma de libro. Bajo el título Utopías urbanísticas. 44 paseos por las colonias de Madrid (Altamarea), se recogen todas las crónicas publicadas por EL PAÍS. “Son paseos en los que los protagonistas son los vecinos y la arquitectura y a los que quisimos dar una unidad en cuanto a la imagen”, añade Zuazua. Para ello, en la segunda temporada se incorporó al proyecto el fotógrafo David Expósito. “En tiempos de gentrificación, viajar por las colonias tiene un sabor auténtico. Son espacios que mantienen su personalidad”, dice Expósito. Para él, trabajar en este proyecto “ha sido un desafío, porque es un modelo urbanístico que no está en un único lugar, sino que está disperso y que, aunque tienen carácter propio, al mismo tiempo comparte similitudes de la arquitectura, por lo que hay que mantener la capacidad para sorprenderse”.

La portada del libro 'Utopías urbanísticas. 44 paseos por las colonias de Madrid (Altamarea)', de Pedro Zuazua.
La portada del libro 'Utopías urbanísticas. 44 paseos por las colonias de Madrid (Altamarea)', de Pedro Zuazua.

Los textos cuentan el origen de cada colonia ―son 44 porque el paseo por El Viso unifica varias colonias―, explican los detalles arquitectónicos y urbanísticos más singulares y relatan las vidas de sus habitantes originales o actuales. “Ha sido un proceso de constante descubrimiento en el que hemos pasado de los palacios de Parque Metropolitano a las sencillas casas de Lucero, de la lucha de los vecinos de El Bosque a la de los habitantes de las colonias militares, del diseño inspirado en la Bauhaus de El Viso a las casas de Benéfica Belén construidas los domingos propios habitantes… creo que son una representación de lo que es Madrid”, resume Zuazua.

Tanto para el escritor como para el fotógrafo, la clave ha estado “en la generosidad de los vecinos”. “Nos abrían sus casas y compartían sus historias con ilusión. Nunca nos faltó un asiento. Tampoco un vaso de agua. Nos sentábamos en el patio a escuchar a los vecinos y siempre nos íbamos con la misma sensación, que no por ser un lugar común es menos cierta: vivir en una colonia en Madrid es como vivir en un pueblo dentro de una gran ciudad”, concluye.

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Sobre la firma

Berta Ferrero
Especializada en temas sociales en la sección de Madrid, hace especial hincapié en Educación o Medio Ambiente. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia) y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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