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Familiares de enfermos ingresados en el 12 de Octubre denuncian que tienen que llevar su propia ropa de cama: “Es una vergüenza”

Trabajadores, parientes y pacientes se quejan de que en este hospital, en el Gregorio Marañón y en el Clínico llevan dos semanas de carestía de sábanas, almohadas y toallas

Victoria Torres Benayas

Alfonso denuncia en un vídeo, difundido este jueves en X (antes Twitter) por el sindicato MATS (Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad), la situación que está sufriendo durante el ingreso de su madre en el hospital 12 de Octubre de Madrid por una operación de cadera. No tiene queja ninguna del personal, al que alaba, pero sí del servicio de lavandería, que es un desastre hasta el punto de haber tenido que llevar ropa de cama de su casa. Parientes, trabajadores y pacientes se quejan de que en este hospital, en el Gregorio Marañón y en el Clínico San Carlos, se ha agudizado en las últimas dos semanas la recurrente carestía de sábanas, almohadas y toallas. La Consejería de Sanidad admite problemas de suministro, pero los reduce a un hecho “puntual en vías de solución”.

“El aseo de la ropa de cama ha sido nefasto. Mi madre tuvo un problema de orina y estuvo un día con las sábanas mojadas porque no había para reponer. Hoy [por el miércoles] le he tenido que traer de mi casa para que se las colocasen”, asegura Alfonso, cuaya madre ingresó el 28 de marzo para una operación tras sufrir un accidente en la calle.

“Es indignante que, pagando impuestos, no aparezcan [reflejados] en el servicio. Y más, con una persona mayor que no se puede mover y está en cama”, critica el familiar, para añadir que no es culpa del personal sanitario, que “se desvive por los pacientes”: “Nos dicen que no tienen suministros, que hacen lo que pueden y que incluso se han llevado ropa de cama para limpiarla en su propia casa”. Para Alfonso, llegar a estos extremos es “una vergüenza”. “No es solo mi madre, en toda la planta se escucha lo mismo, supongo que será un servicio externo”, concluye.

Un problema “cíclico y recurrente”, agudizado desde Semana Santa

La Comunidad privatizó en 2013 la lavandería de 19 hospitales públicos, entre ellos el 12 de Octubre, el Clínico y el Marañón. El contrato recayó en el grupo Ilunion, de la Fundación ONCE. A lo largo de estos años, las quejas por la deficiencia del servicio, siempre en manos de la ONCE, han sido constantes. En 2015, este diario publicó una autoría interna que revelaba que el 17% de la ropa regresaba sucia, ese mismo año, que las batas de los médicos tenían hasta 80 tipos de bacterias cuando el límite son tres y, en 2019, otra auditoría interna selañó que dejaba un 33% de la ropa inutilizable. A pesar de haber sido sancionada con cientos de miles de euros, el Gobierno regional renovó el contrato con Ilunion en octubre de 2023, con una duración de 36 meses y por casi 68 millones de euros.

Luis López, miembro de MATS y sanitario del 12 octubre, así lo atestigua: “El desabastecimiento de ropa hospitalaria y de uniformes, así como el problema de prendas que llegan con manchas, pelos, rotas y descosidas, es cíclico y recurrente, pero desde Semana Santa se ha agudizado no solo en este hospital, sino también en el Clínico San Carlos y en el Gregorio Marañón”. “Y eso que sepamos, porque es donde tenemos representación”, añade López, que teme que la mayor carestía sea generalizada.

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Cuando la ropa llega de la empresa externa, que está en Mejorada del Campo ―la antigua Lavandería Central Hospitalaria, que era pública hasta que el Gobierno regional la cedió al ganador del concurso―, se recibe en el servicio de lencería de los hospitales. En la lencería, la ropa “falta de continuo, unas veces más y otras menos, pero ahora básicamente no hay sábanas y, a veces, ni almohadas, ni toallas”. “Hemos preguntado qué ocurre para que haya empeorado el servicio y nos dicen que, al problema de siempre, se suma que el sistema de compras cambió en enero. Antes el Sermas [Servicio Madrileño de Salud] centralizaba y compraba la ropa para todos los hospitales y ahora se encarga cada hospital”, explica el representante de los trabajadores, que exige que “la lavandería vuelva a ser pública”.

En otro vídeo, facilitado por MATS a este diario y que fue grabado el miércoles en el mismo hospital, una paciente mayor, que lleva ingresada dos meses y medio, asegura desde su cama: “En la última semana, hay problemas de falta de sábanas, de falta de toallas, de falta de todo”. Los trabajadores hacen lo imposible por mantener la higiene. “Hay enfermeras que han lavado camisones en la planta y en sus casas”, añade López.

En un tercer vídeo, también del sindicato, otra mujer cuenta, mientras muestra las sabanas sucias y con restos de sangre, que su marido está ingresado y que el jueves “no les han cambiado las sábanas ni a él ni al compañero” de habitación. “Dicen que no hay. Ellos están con heridas abiertas y corren riesgo de infección. En los tiempos que vivimos hay mucha gente sin trabajar, que metan gente en la lavandería”, ruega la mujer.

Borja Gutiérrez, enfermero del Clínico y del mismo sindicato, ratifica que la situación en su hospital “es la misma”, que “el problema viene de largo” y que es “general y constante”. “Intentamos hacer nuestro trabajo, pero sin material no se puede y esto repercute en el paciente y en el hospital, que no puede desatascar las urgencias y llevar a los pacientes a planta”, señala Gutiérrez, que trabaja en cardiología, donde hay mucha rotación, pruebas que requieren una breve hospitalización y cirugías rápidas, por lo que se producen de ocho a 10 altas diarias.

“Nos dan 10 sábanas porque no ha llegado el camión o porque no les quedan y, como no hay bastantes, tenemos que reutilizarlas, usar una nueva de encimera y poner esta de bajera, que es la que más se mancha”, explica Gutiérrez. Incluso ocurre que se quedan “camas sin hacer” tras un alta hasta el día siguiente o pacientes “que no se pueden duchar” por falta de toallas, que priorizan para los enfermos que van a cirugía.

Carros vacíos para las habitaciones, en los que debería haber sábanas y camisones, este lunes en el Gregorio Marañón.
Carros vacíos para las habitaciones, en los que debería haber sábanas y camisones, este lunes en el Gregorio Marañón.MATS

“Aquí estamos igual. Hay días que no tenemos ni una sábana para 30 camas y que hay cero camisones, con pacientes que usan el mismo hasta tres y cuatro días”, corroboran fuentes de MATS en el Marañón. “Se lleva arrastrando meses, pero ha ido a peor. Antes de Semana Santa, horrible, en Semana Santa, peor y ahora, aún peor”, añaden. El sindicato cuenta que se ha quejado a gerencia y a gestión, que han admitido la falta de ropa y “han prometido subir el stock”. “Lo que nos han dicho es que antes lo llevaba el Sermas y ahora, los hospitales”.

La Consejería de Sanidad admite la falta de suministro, pero asegura que es “un problema puntual por rotura de stock”, que afecta tan solo al 12 de Octubre y que está “en vías de solución”. “Se han iniciado procedimientos para nuevas adquisiciones de material, que será acopiado por el propio centro hospitalario. En lo que llevamos de semana y hasta el miércoles se han recibido más de 13.000 juegos de sábanas”, señala un portavoz.

En su respuesta, la consejería admite implícitamente que afecta a más hospitales, al explicar que “está articulando dos vías de actuación para paliar estos problemas”. Por un lado, se está preparando “un gran contrato centralizado” para la compra de material y, mientras llega, se han inyectado “2,1 millones a los principales hospitales del Sermas que pudieran tener problemas de este tipo para garantizar el correcto suministro”.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.
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