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El PP cierra filas alrededor de Ayuso: “La Moncloa se equivoca, la van a convertir en una mártir”

Con las elecciones vascas, catalanas y europeas en el horizonte, y la ley de amnistía como clave de su labor de oposición, el partido muestra su apoyo a la baronesa

Isabel Díaz Ayuso, el miércoles en Leganés.
Isabel Díaz Ayuso, el miércoles en Leganés.Álvaro García
Juan José Mateo

El martes, una frase resucita en el cementerio de los muertos políticos para perseguir a su destinataria. “La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar con tu hermano y recibir 286.000 euros de beneficio por vender mascarillas”. Son palabras de Pablo Casado. El exlíder del PP las pronunció el 18 de febrero de 2022 sobre la comisión cobrada por el hermano de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por ayudar a una empresa a conseguir las mascarillas comprometidas con la administración que preside su hermana. Quien revive esa acusación, a través de un tuit, es la ministra de Sanidad, Mónica García, que así intenta conectar el caso Tomás Díaz Ayuso con la denuncia por presunto fraude fiscal contra Alberto González Amador, pareja de la política, que también logró pingües beneficios en la pandemia. Da igual que en esta ocasión no haya ningún contrato con la Comunidad, ni dinero de la Administración regional de por medio. Mientras la plana mayor del PP apoya sin ambages a la baronesa, de Alberto Núñez Feijóo para abajo, algo se revuelve en un sector del partido que parece en peligro de extinción.

“Queda mucho casadismo y la verdad es que le repugna bastante todo lo que estamos leyendo”, dice un observador del PP que conoce las entrañas del partido. “Es de suponer que Feijóo no está haciendo nada para no repetir errores”, opina en recuerdo de la crisis protagonizada por Casado y Ayuso, que abrió en canal al partido conservador, acabó con el líder nacional fuera de la formación, y precisamente sirvió de trampolín al actual presidente. Y remata: “En la dirección nacional están haciendo la misma estrategia que Rajoy con Cifuentes [que acabó por dimitir en 2018 por el caso máster]. Te apoyamos y a ver qué pasa”.

Con la dirección nacional deseando centrarse en el exigente ciclo de las elecciones vascas (abril), catalanas (mayo) y europeas (junio), y en la denuncia de la ley de amnistía como piedra angular de su labor de oposición, ese apoyo a Ayuso es, por ahora, convencido. “Total”, describe una segunda fuente que pisa los despachos de la planta noble de la sede del partido en la calle Génova, porque, opina, “esto es una cacería y cortina de humo para atacar a Ayuso y no hablar del caso Koldo”.

Un tercer interlocutor incluso augura que la presidenta regional acabará reforzada por la crisis, y que por eso no hace mella ni siquiera que se supiera que su pareja había reconocido dos delitos fiscales solo unas horas después de que Díaz Ayuso los negara en una rueda de prensa, poniendo en juego su credibilidad como cargo público.

“La Moncloa está haciendo cada vez más fuerte a Isabel, no se dan cuenta de que la están convirtiendo en una gigante y consolidándola en su parcela, porque afianzan a su club de fans”, advierte esta fuente tras escuchar cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reclamaba la dimisión de la líder regional. “El novio puede ser un sinvergüenza, pero, ¿ella qué culpa tiene? ¿Es justo que por errores de tu pareja tengas que pagar tú?”, se pregunta. “Si la casa no la han comprado juntos, ni tampoco el coche, no hay lucro compartido”, dice sobre el piso de 183 metros cuadrados en la que convive la pareja y el bólido de alta gama del empresario. Y advierte: “Le están haciendo daño en lo personal. Él no deja de ser un ciudadano anónimo. Y eso es un error desde el punto de vista de La Moncloa, porque en la historia de España, el mártir es la figura más apoyada y más querida, y la van a convertir en eso”.

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Los asesores de Díaz Ayuso comparten ese análisis. Por ello, la presidenta regional ha apostado por una estrategia destinada a reconvertir el caso del presunto fraude fiscal de 350.951 euros de su pareja en una conspiración de los poderes del Estado contra ella y el comisionista.

“Esto es lo que vengo soportando desde hace cinco años”, dijo el martes, al estallar la polémica. “Primero fue mi difunto padre, que no pudo defenderse de las acusaciones por una empresa que quebró [la compañía recibió un aval de un ente semipúblico que nunca devolvió al completo]; después fue mi hermano [por el caso de las mascarillas], después fue mi madre, mi primo (...)”, siguió. Un día después, añadió: “Es un particular que está siendo asediado por todo el poder de un Estado porque es mi pareja. ¿Hablaríamos de todo esto si no fuera mi pareja?”.

Un día después, miércoles, cuando se conoció que González Amador y Díaz Ayuso disfrutan de un piso céntrico, o que pueden conducir un Maserati, la política maniobró para mantener el relato de que vive una vida sin lujos: “Yo en propiedad tengo un Golf GTI de segunda mano de 2008 y la nuda propiedad de una vivienda [de la que ha cedido su uso], así es como he vivido toda mi vida, y ahora he cometido el pecado de vivir con una persona a la que económicamente le va mejor que a mí”.

Finalmente, el PP movilizó a todos sus altavoces en defensa de la líder. “Es momento de apoyar públicamente a la presidenta Ayuso ante la infame campaña de destrucción personal que está orquestando el Gobierno de Sánchez, mucho ya lo estáis haciendo”, se lee en un mensaje enviado a voluntarios, afiliados y cargos del partido. “Vamos a intentar que #YoConAyuso sea trending topic”, sigue el texto, que pedía convertir el apoyo a la presidenta en uno de los principales temas de la red social X (antes Twitter). “(...) Vamos a demostrar que aunque ellos tengan y utilicen las instituciones como armas políticas, nosotros tenemos el apoyo de la calle”.

Detrás de parte de esa estrategia comunicativa está el poderoso jefe de gabinete de Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. El exsecretario de Estado se reunió con González Amador para conocer todos los detalles del caso que le afecta, y perfilar después la estrategia de Ayuso junto a la propia presidenta y su equipo más estrecho de colaboradores.

En cuatro años, Díaz Ayuso ha afrontado el caso Avalmadrid, el caso Tomás Díaz Ayuso, y la polémica gestión de la pandemia, con 7.291 ancianos muertos en las residencias mientras unos protocolos de triaje dificultaban su acceso a los hospitales. Sus allegados se remiten a la evolución de sus resultados electorales para predecir cuál será el efecto de esta nueva polémica: de la derrota de 2019, primera del PP en unas autonómicas de Madrid desde 1987, a la mayoría absoluta de 2023. Una muestra más de que aplican la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, el avanzar siempre sin mirar atrás, seguir y seguir para correr más que el fuego del incendio.

“¿Cómo acabará esto?”, se pregunta un colaborador de la presidenta antes de lanzar su apuesta: “Pues como no hay nada que le afecte a ella en su condición de presidenta, acabará en nada [para ella]”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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