Los últimos comerciantes del Mercado de Torrijos plantan cara a la “maniobra definitiva” del fondo buitre para echarlos
La inmobiliaria Numulae anuncia a los cuatro únicos tenderos que resisten en la planta de arriba que el lunes 11 cerrará los accesos a sus puestos por obras y ellos responden con una protesta y una negativa a marcharse
En diciembre de 2022 eran 13 negocios de los 70 que llegó a tener: tres fruterías, dos carnicerías, una pollería, una charcutería, un bar de menú del día, un restaurante de comida sana, un zapatero, un ultramarinos, una tienda de arreglos textiles y una peluquería. Ahora, un año después, el zapatero, los ultramarinos, las costureras y el restaurante, que eran inquilinos, han sucumbido a las presiones y quedan tan solo ocho puestos abiertos en propiedad, porque otro socio, uno de los fruteros, “tiene cerrado por motivos personales, de salud”, explica la portavoz de los comerciantes. Son los últimos tenderos del mercado de Torrijos, en el corazón del opulento barrio madrileño de Salamanca, a los que Numulae, el fondo buitre que se hizo “de forma fraudulenta” con la instalación, ha anunciado “por sorpresa, sin tiempo de reacción y en pleno puente de diciembre” el cierre de la planta de arriba ―donde hay cuatro locales abiertos, las dos carnicerías, la pollería y la charcutería― a causa de unas obras de reforma que comenzaron a finales de septiembre.
Los cuatro tenderos afectados recibieron el martes 5 por la noche, víspera del día de la Constitución, “un ultimátum en forma de burofax con la amenaza del desalojo forzoso” de sus negocios a partir del lunes 11, explica por teléfono a este diario la portavoz, que prefiere no dar su nombre porque “hasta de eso” tiene miedo. De hecho, toma dos tipos de ansiolíticos al día para poder sobrellevar la situación, que califica de “mobbing inmobiliario”. Hasta ahora, las obras permitían la actividad de los comercios, pero, según asegura Numulae en el burofax, a partir del 11, este lunes, “no serán compatibles” en la segunda planta. Abajo, las dos fruterías, un bar de menú y una peluquería, negocios entre los que se encuentra el que regenta la portavoz, “sufren las molestias y las incomodidades” de los albañiles en forma de ruidos y polvo tras una tapia que los separa de la reforma pero, al menos, pueden seguir despachando.
A toda prisa, los ocho comerciantes se han organizado para evitarlo y han convocado a los vecinos y a todos los madrileños a una concentración este sábado 9 a las doce de la mañana en defensa del pequeño comercio de proximidad. “Esperamos que venga gente, pero en este barrio se va todo el mundo en el puente. Si no llega a ser con tan poco tiempo y en otro momento, lo petamos”, asegura la portavoz de un mercado que tiene una clientela “muy entregada y fiel”. Además, ya el propio lunes tratarán de “garantizar” entre todos, y con el apoyo de los vecinos que se quieran sumar, que los dueños de los cuatro negocios de arriba puedan acceder a los locales, levantar la persiana y evitar que sean “expulsados ilegalmente” de su propiedad. “Si se bajan de arriba, tememos que pierdan ya el derecho a sus locales”.
Los ocho tenderos que resisten consideran que esta es la “maniobra definitiva” de Numulae para conseguir echarlos. Esta socimi, domiciliada en Galicia y que, según los afectados, se hizo de forma ilegal con el control de casi todo el mercado, pretende con este movimiento que los locales “queden libres a la brava”. Este diario ha tratado de ponerse en contacto con la empresa para recabar su versión de los hechos sin éxito. “Lo siento, pero está todo el mundo fuera hasta el lunes, de puente”, responden este viernes por teléfono en las oficinas de Madrid de Numulae.
El fondo buitre les ha ofrecido una alternativa en la planta de abajo, pero los afectados se niegan en redondo a aceptarla. “Aunque en el burofax la empresa dice que los puestos que les han habilitado son maravillosos y adaptados, en realidad son una mierda, con perdón. Son puestos frankenstein, hechos con mostradores que son despojos y chatarra de otros locales cerrados que han montado ahí”, asegura la portavoz. “No tienen nada que ver con los suyos, ni en metros, ni en calidades, ni en maquinaria, ni en iluminación”, se queja la portavoz, que recuerda que son negocios que llevan “13 años en el mercado nuevo, que fue reformado, y toda la vida en el antiguo”, construido en 1932.
Según los tenderos, Numulae les hace la vida imposible y “ha llegado a cortar el gas a los puestos”, lo que les impedía mantener frescos los alimentos y los obligó a hacerse con un motor individual. Este mismo viernes, se encontraron con un coche de seguridad taponando la entrada y la salida de la zona de descarga del parking, con la puerta de descarga cerrada “a cal y canto”. La lucha por la supervivencia de estos pequeños comerciantes cuenta con el apoyo de organizaciones comerciales de ámbito nacional y regional, así como de clientes y particulares, que han firmado un manifiesto. El texto denuncia la presión de la sociedad de inversión que “quiere quedarse con un espacio privilegiado y muy cotizado” y cuya “potencia y recursos ilimitados están ahogando a los pequeños comerciantes en su justa pero desigual batalla judicial, que dura años y que mantienen viva con escasos recursos”. Además, reclama al Ayuntamiento de Madrid que medie entre las partes, ya que, pese a que “vendió el mercado en 2005, tiene una responsabilidad moral” en todo lo ocurrido.
La portavoz explica que el Ayuntamiento privatizó el espacio “a una constructora con la condición de que se mantuviera el mercado” y que a ellos los constituyeron en una sociedad limitada para “comprar” dicho mercado. Eran 44 socios propietarios, de los que quedan nueve con 10 acciones. Luego, Numulae se hizo con la sociedad “con malas artes y de forma irregular, por eso la compra-venta de las participaciones está impugnada”. Según la portavoz, la empresa se saltó “el derecho preferente de un socio que quería comprar”. “Ellos se dicen los propietarios, pero eso no es así, lo tiene que decidir el juzgado número 7 de lo mercantil, defiende. También tienen en los tribunales, en concreto en el juzgado 10, “la fusión por absorción” de su sociedad, que se llamaba Torrijos Plaza 21.
¿Y, a todo esto, los tenderos amenazados de desalojo, cómo están? “Pues fatal, estamos todos muy mal y muy amedrentados, pero no nos vamos a rendir, estos negocios son nuestra vida”, confiesa y anuncia la portavoz.
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