Volar, pintar como Picasso o ser bailarina por un día: tres planes perfectos para combatir la ansiedad en Madrid

Como bien saben los niños, jugar a ser otra persona o a tener otro trabajo puede ser una experiencia verdaderamente liberadora. Salir de la monotonía de la rutina y, por unas horas, ponerse el traje de un paracaidista, usar un delantal de pintor o practicar las complicadas posiciones de una bailarina de ballet son tres experiencias llenas de adrenalina que hacen que el estrés de la semana se libere. Por eso, este fin de semana en Madrid Te Enreda proponemos tres planes para adictos a sentir emociones fuertes: volar en un túnel de viento, atreverse a pintar un lienzo en blanco al ritmo de un saxofón o tomar una clase de ballet mezclado con pilates y yoga en Casa de Campo.

Un taller para ser Picasso durante unas horas

Tu arte Tu vino es una experiencia sensorial perfecta para desconectar de la rutina a base de arte y música. El taller consiste en pintar un cuadro de la mano de un profesor de arte durante dos horas, mientras cada pupilo toma una copa de vino escuchando la música en vivo de un saxofonista contratado para la sesión.

“¿Quién sabe pintar?”, pregunta el profesor al comienzo de la clase, a lo que nadie se atreve a responder. Ante el miedo que produce el lienzo en blanco, a los artistas en potencia les cuesta atreverse a dar las primeras pinceladas. Poco a poco, con la guía del maestro, los cuadros de todos empiezan a tomar forma.

La propuesta para este sábado es pintar un paisaje de un globo aerostático lleno de colores. Lo que al comienzo parece difícil, requiere de toda la concentración de los participantes. Al ritmo del saxofón, los picassos de la sala se dejan llevar dando pinceladas cada vez más contundentes.

Lo único que hay que llevar es la actitud y estar dispuesto a sumergirse unas horas en el lienzo. Para que sea realmente divertido es clave no saber pintar muy bien. “¿Alguien necesita que le rellene algún color de pintura u otro vino?”, se escucha preguntar por la sala de vez en cuando a los organizadores. “Más azul”, pide desesperada una de las asistentes. Al final de la clase, todos salen felices con sus cuadros en mano, listos ya para decorar el salón de su casa. El precio de la actividad, que se realiza en distintos restaurantes que alquilan, es de 37 euros.

Una clase de barre con vistas a la Casa de Campo

María Velasco, de 35 años, se dedicaba al mundo de la consultoría hasta que se dio cuenta de que sus jornadas interminables en el trabajo no le permitían conciliar su vida laboral con la familiar. Decidió dejarlo y emprender por su cuenta. “Cuando me convertí en madre, todo cambió”, cuenta.

Ese fue el origen de Vela Wellness, un espacio creado para el cuidado del cuerpo y de la mente. Velasco organiza experiencias alrededor del yoga, el pilates y el barre ―un ejercicio que suele realizarse en clases grupales, caracterizado por el uso de la barra de ballet y la incorporación de movimientos de esta disciplina en la rutina mezclados con posiciones de yoga y pilates― para mujeres que buscan no solo hacer ejercicio, sino además conectar con otras personas en estos eventos. En solo seis meses se ha vuelto tendencia, y sus cursos siempre están llenos.

El objetivo de Velasco para 2024 es llevar sus experiencias al mundo empresarial: “Cuando yo trabajaba en una consultoría no había ningún programa de bienestar y yo quiero suplir esta demanda porque en las empresas tienen que dar el espacio a sus trabajadores para cuidarse”. Sin duda, su experiencia más famosa son los Wellness Sundays. Un planazo para moverse los domingos por la mañana, comer sano y conocer a gente nueva rodeada de la naturaleza de Casa de Campo.

La clase dura una hora y en ella se practica sobre todo barre, un deporte que se ha vuelto tendencia en los últimos años. Así dicho, puede parecer hasta sencillo, pero créannos: los principiantes pueden salir verdaderamente cansados de una sesión de una hora. Después del ejercicio, hay otra hora de comida y charla. Finalmente, todas las participantes se van llenas de regalos de las marcas que apoyan a Vela en los eventos. El precio va desde los 45 euros.

Volar en un centro comercial de Madrid

En HiFly Madrid (calle de Mondragón s/n) llevan desde 2017 haciendo que la gente pueda volar. La experiencia consiste en pasar un minuto en un túnel de viento en donde los asistentes tienen la posibilidad de sentir más o menos lo mismo que si se estuvieran tirando de un avión, pero en un centro comercial de Leganés. “Preparamos a la gente para su primera experiencia de vuelo”, asegura el gerente de HiFly, Manuel del Monte.

La experiencia empieza con una pequeña formación, en la que los clientes aprenden las posiciones básicas y lo esencial para volar a más de 130 kilómetros por hora. Una vez la teoría se ha completado, entran al túnel con un instructor, que se va a encargar en todo momento de ir guiando al paracaidista entre el viento. “Es como si te acostaras en el aire”, asegura del Monte.

Del Monte explica que, aunque un minuto parece muy poco tiempo, volando parece mucho más porque el cuerpo, de alguna manera, lucha contra la mente. Este deporte se ha vuelto tendencia entre los paracaidistas profesionales durante el invierno, cuando no pueden volar, y entre las familias como un plan perfecto para probar los fines de semana con los niños. El precio de la sesión ronda los 40 euros.

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