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Griñón derribará la mezquita del único cementerio musulmán de Madrid para ampliarlo en 145 tumbas

“Hay un problema evidente y es que no hay espacio, por lo que lo único que podemos hacer es ofrecer el terreno que tenemos”, alega el alcalde

Parte trasera de la Mezquita de Griñón, situada al lado de varias tumbas del cementerio, en mayo de 2023.
Parte trasera de la Mezquita de Griñón, situada al lado de varias tumbas del cementerio, en mayo de 2023.Comisión Islámica de España

La comunidad musulmana se enteró el domingo 14 de mayo “de casualidad”, según afirman varios de sus miembros entrevistados por este diario, de que la mezquita del único cementerio musulmán municipal de la Comunidad de Madrid, que se encuentra en Griñón, va a ser derruida con el fin de ampliar la necrópolis, que el pasado mes de febrero ya dejó de acoger nuevos enterramientos por falta de espacio. José María Porras, alcalde de la localidad, confirma esta decisión, pero asegura que el derribo “no es inminente” y que el proyecto incluye construir un nuevo espacio de culto, aunque algo más pequeño. En la región viven 309.469 musulmanes y la Plataforma por un Entierro Digno ha calculado que al año mueren 1.500, mientras que en el único cementerio apenas caben 697 sepulturas. Aunque una parte de los musulmanes querrían ser enterrados en su país de origen, repatriar un cadáver cuesta unos 3.000 euros y otros muchos prefieren ser enterrados aquí.

En un documento publicado en Twitter por Maysoun Douas, actualmente concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, y firmado por la Plataforma por un Entierro Digno y familiares afectados, se explica que el Consistorio de Griñón, como administrador del terreno; la Comisión Islámica de España (CIE), en representación de los musulmanes; el Ministerio de Defensa, como dueña del suelo, y el Consulado de Marruecos, que construyó la mezquita, han firmado un acuerdo para hacer efectiva la demolición del edificio. “Hay un problema evidente y es que no hay espacio, por lo que lo único que podemos hacer es ofrecer el terreno que tenemos”, indica Porras en una llamada telefónica. El pasado martes, el Cónsul, sin embargo, comunicó a los miembros de la Plataforma y los familiares afectados que nadie les había pedido permiso para derribar la mezquita, ya que no tienen competencia sobre los asuntos religiosos de España.

La CIE, que está preparando un comunicado para informar de la decisión a la comunidad musulmana, argumenta que “la falta de espacio para nuevos enterramientos, el deterioro de las edificaciones, la existencia de enterramientos desordenados y la falta de control sanitario de los cuerpos han llevado al Ayuntamiento a planear un proyecto para acondicionar el cementerio”. El 17 de mayo, la CIE y el alcalde de la localidad se reunieron por la mañana y por la tarde con representantes de diversas mezquitas de la Comunidad de Madrid en un encuentro a puerta cerrada.

La plataforma por un Entierro Digno afirma haberse enterado de la decisión de forma “accidental”, como explica una de sus miembros, Paloma C., que cuenta que fue un trabajador de la funeraria quien avisó a familias y miembros de la asociación. También asegura que ni siquiera estaban al tanto las figuras religiosas importantes. “Al presidente [de los Centros Culturales Islámicos] de Castilla-La Mancha y Madrid [es el mismo] le pilló completamente por sorpresa”, cuenta por teléfono.

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La mezquita, o edificio funerario musulmán, como se lo denomina técnicamente, fue un proyecto financiado por el Consulado de Marruecos en España después de que una persona de esta confesión quisiera erigir un templo en el cementerio. Sin embargo, desde 2017 el Ayuntamiento de Griñón es el responsable tanto del cementerio como de la mezquita, aclara por teléfono la concejala Douas.

Ya en 2019, el mantenimiento de la mezquita era precario y se avisó de que iban a clausurarla porque no era un espacio seguro. Según Douas, cuando el Ayuntamiento se hizo cargo del recinto pasó a ser responsables de ella y de su conservación, a pesar de que la titularidad sea del consulado de Marruecos.

Youssef Ouled, periodista y fundador de Algorace, una plataforma que trabaja contra el racismo en la inteligencia artificial, está muy enfadado con la decisión y considera que derribar la mezquita “no es ni siquiera un parche, es un absurdo” que no va a solucionar apenas nada. Douas explica que llevan una década avisando del problema de espacio y subraya que, de llevarse a cabo el derribo, solo se conseguirían 135 tumbas más para enterramientos civiles y 10 para militares, por lo que concuerda con Ouled: “No es un parche y no es nada”. El espacio que se ganaría con el derribo de la mezquita, pasar de 697 sepulturas a 842, no es suficiente, coinciden varios portavoces de la plataforma por un Entierro Digno.

Varias tumbas del cementerio musulmán de Griñón, el único en la Comunidad de Madrid, en mayo de 2023.
Varias tumbas del cementerio musulmán de Griñón, el único en la Comunidad de Madrid, en mayo de 2023.Comisión Islámica de España

En 2016, Manuel Carmena reservó para los musulmanes 10.000 metros cuadrados en el cementerio municipal de Carabanchel, pero la concesión aún no ha llegado. En 2022, el Grupo Municipal Socialista volvió a reavivar la petición, que fue aprobada a pesar de las abstenciones del Partido Popular y Ciudadanos y el voto en contra de Vox. La plataforma por un Entierro Digno asegura que “todo el procedimiento administrativo está realizado, incluyendo la licencia”, y añaden que “únicamente se necesita llevar las máquinas al terreno para que comience la obra”.

Mientras tanto, Paloma C. vive en una situación de angustia constante. Hace unas semanas acompañó a la familia de una conocida suya, que había fallecido recientemente. Ella, a diferencia de muchos, tuvo suerte y pudo ser enterrada en Griñón, ya que su muerte coincidió con la exhumación de un cadáver para repatriarlo a Marruecos, por lo que pudo ser sepultada en el único camposanto musulmán de la Comunidad de Madrid.

Paloma nunca va a poder ser de las personas que “vuelven a algún lugar” porque ella, al ser de nacionalidad española, no tiene ningún otro país al que enviar su cuerpo. Sin embargo, como puntualizan tanto la misma Paloma como Ouled, la mayoría de personas que profesan el islam en España, aunque no hayan nacido en suelo español, han crecido y vivido aquí y desean de ser enterrados en país.

Debajo de todo está la comunidad musulmana que no tiene donde caerse muerta
Youssef Ouled, fundador de Algorace

Porras conoce todos estos deseos y necesidades y asegura que lo último que quieren es entrar en conflicto con nadie. “Nosotros vivimos esta situación, gente que no tiene dónde enterrar a sus muertos, pero de verdad que no puedo ofrecer más de lo que tengo”, argumenta el alcalde, quien también se pregunta por qué su localidad es la única que cuenta con un cementerio apto para los musulmanes. “Hay una responsabilidad máxima de la administración pública, hay una serie de actores que participan, que no están siendo de ayuda [en referencia a CIE] y debajo de todo está la comunidad musulmana que no tiene donde caerse muerta”, sentencia Ouled.

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Irene Vega Medina
Redactora en prácticas en la sección de Local desde febrero 2023, anteriormente en Planeta Futuro. Graduada en Lenguas Modernas Cultura y Comunicación, con un máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, ambos en la Universidad Autónoma de Madrid. Cursó el máster de periodismo UAM-EL PAÍS con la promoción 2021-2023.

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