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Una exposición de ‘madrileñers’, crear una lámpara y cenar en un teatro: un Madrid para todos

El Hotel Emperador, Luciolé y El Albéniz son experiencias al alcance cualquiera, igual que la propia ciudad

Interior de la tienda Luciolé, donde el cliente se crea su propia lámpara.
Interior de la tienda Luciolé, donde el cliente se crea su propia lámpara.toya Legido & tomás zarza
Lucía Franco

Aunque no mucha gente lo sabe (ni siquiera muchos madrileños), la Comunidad de Madrid cuenta con el que tal vez sea uno de los himnos menos patrióticos del mundo. Escrito a principios de los años ochenta por el gramático, poeta y dramaturgo Agustín García Calvo por encargo del, por aquel entonces, socialista Joaquín Leguina, en él brilla la idea, expresada con no poca sorna por el genial autor, de que, al ser de reciente creación, Madrid es en realidad de cualquiera: “Y yo soy todos y nadie, /político ensueño./ Y ese es mi anhelo, /que por algo se dice: /’de Madrid al cielo’”.

Así, ante los ojos de García Calvo, más que España dentro de España, Madrid es algo así como un mundo dentro de una ciudad, un lugar en el que perderse sin importar demasiado si se tiene mucho o poco dinero. Han pasado 40 años de aquello y la capital ha cambiado mucho desde entonces. Aun así, si se busca con suficiente paciencia, es posible encontrar planes que permiten conocer sus hoteles, tiendas y teatros sin necesidad de hacer un roto a la economía doméstica. De esta forma, como gesto de indeterminada autodeterminación, he aquí tres actividades que demuestran que, en la ciudad de todos, el único pecado es no dejarse seducir por ella. Recuerden el himno: “¡Viva mi dueño, /que solo por ser algo/ soy madrileño!”.

Una exposición sobre Madrid por madrileños adoptados

El Hotel Emperador, en la calle de Gran Vía número 53, ha convertido su lobby en una galería de arte, en la que se podrá disfrutar durante todo el año de diferentes exposiciones temporales. Este mes le ha tocado el turno a The Madrileñer, un proyecto artístico colectivo que pretende inmortalizar el estilo de vida de Madrid, con el objetivo de acercar el arte a la gente, pero sobre todo a su ciudad con imágenes tan comunes como el terraceo, sus parques y los gatos que andan por los tejados de la ciudad.

Las diferentes láminas expuestas en el lobby se pueden comprar: cada una vale unos 50 euros y se pueden coleccionar. “Cada ilustración cuenta una historia de Madrid, su gente y su estilo de vida, y encaja perfectamente en un puzzle creativo”, explican desde la organización.

Banner de la web 'The Madrileñer' en el que se ven diferentes portadas de la revista imaginada.
Banner de la web 'The Madrileñer' en el que se ven diferentes portadas de la revista imaginada.Imagen cedida
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Cada artista ha tenido como encargo presentar su visión de la ciudad a través de la portada de una revista imaginaria: The Madrileñer. “La idea es revivir el imaginario de la vida como si fuera todo una portada icónica de una revista”, explica la jefa de prensa del Hotel Emperador.

Después de ver la exposición del vestíbulo, se puede completar la experiencia disfrutando en la terraza de un hotel que tiene una de las mejores vistas a la Gran Vía, Gin-tonic en mano: uno de los mejores planes para los amantes de la capital española. Cada uno vale 12 euros, y la terraza está abierta al público de jueves a sábado de 18.00 a 01.00 y los domingos de 15.00 a 22.00.

Una tarde haciendo tus propias lámparas

En Madrid, por hacer, se puede hacer casi de todo. En la ciudad del ocio hasta comprar una lámpara puede ser una experiencia divertida. En una tienda llamada Luciolé, a pocos metros de la estación de Alonso Martínez, se puede encontrar la forma más cool y entretenida de iluminar cada habitación del hogar. El local está alumbrado con luces y lámparas de todos los colores, y en cada pared hay miles de herramientas y opciones para que cada cliente se haga su propia lámpara.

Primero se escoge la pantalla: metálica, de tela o vidrio, y luego se tiene que escoger entre los más de 70 colores de cables que tienen. Por último, el soporte. Las combinaciones son infinitas, y el precio también se puede estirar o acortar dependiendo de lo que se desee: uno puede comprar una lámpara por 10 euros o irse a los 200. “Siempre hemos intentado que nuestras lámparas sean accesibles para todo el mundo”, explica una de las dueñas del local, Elena Somoza.

Interior de la tienda Luciolé, donde el cliente se crea su propia lámpara.
Interior de la tienda Luciolé, donde el cliente se crea su propia lámpara.toya legido & tomas zarza

La experiencia es completamente sensorial. En el establecimiento, a diferencia de lo que ocurre en todas las tiendas de decoración del barrio, se puede tocar todo. Apagar y encender todos los tipos de luces y tocar todos los materiales hasta que el cliente encuentre la combinación perfecta para armar su lámpara. “La gente se puede pasar horas aquí. La iluminación de un espacio puede hacer la diferencia sobre entrar o no a un restaurante, por ejemplo”, afirma Somoza.

Somoza y su socio Jaime Legido abrieron la tienda hace siete años y han reinventado la forma de vender lámparas en Madrid. Ahora, gracias a las redes sociales mucha gente los está conociendo no como una tienda de decoración sino como una experiencia más para hacer en la ciudad.

Una cena en un antiguo teatro madrileño

A pocos pasos de la Puerta del Sol, en el UMusic Hotel Madrid se ha inaugurado El Albéniz, en la calle de la Paz, número 11. Se trata de un restaurante que busca hacer un homenaje gastronómico al histórico teatro ubicado en su interior.

En su carta, se pueden encontrar algunos guiños modernizados a platos madrileños. Destacan los “rollitos a la Madrileña”, unos callos en versión rollitos de primavera servidos con salsa de tomate picante, y los buñuelos de viento, el clásico postre propio del otoño, pero esta vez relleno de crema de tarta de queso y estofado de frutos rojos.

Berenjena escalivada, un plato del restaurante El Albéniz, en Madrid.
Berenjena escalivada, un plato del restaurante El Albéniz, en Madrid.

Al mando de los fogones está Alejandro Moreno, el chef ejecutivo de UMusic Hotel Madrid. Moreno estudió en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid y aprendió en proyectos cómo Platea, ME by Meliá y NKO.

El plan se puede completar con un concierto en un hotel que, por ejemplo, acogerá el ciclo de 20 conciertos celebrando el XX Aniversario de David Bisbal y una noche en una de sus habitaciones.

Pero no toda la música acaba con el ex concursante de Operación Triunfo. El negocio, creado de forma conjunta por Universal Music Group y Dakia Entertainment Hospitality Group, busca crear experiencias basadas en la música de todo el mundo. Su idea es que los fans y los artistas puedan convivir en un hotel cinco estrellas en un edificio histórico del centro de Madrid.

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Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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