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Toneladas de cenizas de residuos al aire libre en un vertedero de Madrid: “Es una irresponsabilidad absoluta”

La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid denuncia una muralla de sacos con residuos en los alrededores de Valdemingómez. El Ayuntamiento culpa a la Comunidad, que niega cualquier tipo de responsabilidad

Cientos de sacos de cenizas en el parque de residuos de Valdemingómez
Cientos de sacos de cenizas en el parque de residuos de ValdemingómezEnrique Villalobos (FRAVM)
Manuel Viejo

Un saco, dos, tres, cincuenta, cientos. Colocados como si fuera una inmensa trinchera o una muralla de contención, cientos y cientos de sacos blancos con miles de kilos de cenizas procedentes de residuos de los contenedores de la capital de España se encuentran al aire libre ―algunos de ellos rotos― a las afueras del Parque Tecnológico de Valdemingómez, ubicado en el distrito madrileño de Villa de Vallecas. Las imágenes, a las que ha tenido acceso EL PAÍS, son de Enrique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), que no daba crédito cuando se acercó a las instalaciones el pasado 4 de octubre. Diez días después, ha presentado una denuncia en el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA), a la que también ha tenido acceso este periódico. Una portavoz del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid achaca cualquier tipo de responsabilidad al Gobierno regional que, sin embargo, apunta directamente a la gestión del alcalde, José Luis Martínez-Almeida: “Se trata de una instalación municipal. Y la relación directa la tiene la empresa con el Consistorio para realizar la correcta gestión diaria de las cenizas”, afirma una portavoz de la Consejería de Medio Ambiente.

Cientos de sacos de cenizas, en Valdemingómez.
Cientos de sacos de cenizas, en Valdemingómez.Enrique Villalobos (FRAVM)

El presidente Villalobos denuncia el incumplimiento de la Ley 22/2011 de residuos orgánicos, aprobada en 2011: “Los residuos no generarán riesgos para el agua, el aire o el suelo, ni para la fauna y la flora. No causarán incomodidades por el ruido o los olores; y no atentarán adversamente a paisajes ni a lugares de especial interés legalmente protegidos”. Estas medidas, señala la ley, deberán ser coherentes con las estrategias de lucha contra el cambio climático. “Esto es un peligro”, cuenta por teléfono Villalobos. “Si ya de por sí las emisiones de la incineradora son peligrosas, con esto se multiplica para todos los madrileños”.

Dice que lo mínimo que puede ocurrir con estos miles de kilos de cenizas es que se contamine el suelo. “Pero de la misma manera que el viento del Sáhara trajo arena hace unos meses a la capital de España cubriendo el cielo de rojo, lo mismo puede suceder con las cenizas”, apunta. Villalobos recuerda también el segundo informe que está elaborando la asociación regional de asociaciones de vecinos que preside. Desde hace un año, toman muestras de plantas de los alrededores de Valdemingómez para examinar la calidad del aire y de la flora que rodea este polémico vertedero. Después, son enviadas a Bruselas para que las examine una ONG medioambiental. “Si estos microorganismos entran en el cuerpo”, describe el informe que analizó las muestras el pasado año, “es muy difícil que se elimine”. A mayor cantidad, mayor probabilidad de desarrollar enfermedades como el cáncer de estómago.

Una portavoz del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento asegura que estos cientos y cientos de sacos con cenizas no son de su responsabilidad, porque estas bolsas se encuentran fuera del Parque Tecnológico de Valdemingómez. “Esta planta está construida y operada por la empresa Urbaser, que opera con una autorización ambiental integrada otorgada por la Comunidad de Madrid”, afirma. Pero en la Consejería de Medio Ambiente desmienten al Consistorio madrileño: “Esta empresa privada tiene un contrato de concesión por concurso público con el Ayuntamiento de Madrid para la gestión de la recogida de las cenizas que genera Valdemingómez”. Por tanto, “la relación directa la empresa la tiene con el Consistorio para realizar la correcta gestión diaria de las cenizas”, insiste la portavoz regional. En cuanto a la licencia medioambiental emitida por la Comunidad, señalan, es un informe independiente de su gestión.

“Las condiciones en las que se almacenan son lamentables”, cuenta por teléfono María Ángeles Nieto, portavoz de Ecologistas en Acción. “Esto es una irresponsabilidad absoluta. Además, algunas están reventadas. No están impermeabilizadas. Se están vertiendo al campo y al aire. Lo hemos comunicado varias veces, tanto al Ayuntamiento como a la Comunidad”.

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Una incineradora muy polémica

Madrid quema la mayoría de sus desechos en Valdemingómez. Aquí termina la basura de los más de tres millones de madrileños. Más de 3.000 toneladas al día. Del escondite del cubo de la basura de la cocina, a Valdemingómez. Del contenedor de la esquina de la calle, a Valdemingómez. El 4 de junio de 2020, justo un año después de llegada del popular José Luis Martínez-Almeida al bastón de mando del palacio de Cibeles, expiró el contrato de la única incineradora con la que cuenta este centro de residuos capitalino, que no fue firmado de nuevo hasta 2022. Es decir, durante dos años, Almeida ha estado quemando toneladas de basuras sin firmar contratos. Todo esto se suma a la opacidad del Ayuntamiento en la publicación de las memorias del centro de residuos. Ahora mismo, en la web municipal, la última vigente es la de 2020, que asegura que cada madrileño genera 1,13 kilos de basura al día.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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