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Tomás Díaz Ayuso cambió al proveedor de mascarillas que falsificó certificados

La Comunidad de Madrid confirmó la oferta de una fábrica, pero recibió el material de otra

Los consejeros de Hacienda y Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty y Enrique Escudero, durante una rueda de prensa el 18 de febrero para explicar el negocio de Tomás Díaz Ayuso.
Los consejeros de Hacienda y Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty y Enrique Escudero, durante una rueda de prensa el 18 de febrero para explicar el negocio de Tomás Díaz Ayuso.Victor Sainz

La trayectoria del contrato de mascarillas de Tomás Díaz Ayuso es cada vez más enrevesada. El hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid hizo una primera oferta de compra de 250.000 unidades de una empresa china de cables eléctricos, que iba acompañada de tres certificados falsos. Al advertirlo, cambió por una segunda oferta de una empresa de otra localidad china cuyo certificado tampoco era solvente y no servía para Europa, como reconoce Luca Bedoni, director del servicio de ECM, que es la propia empresa que envió el documento: “El Certificate of Compliance es emitido por nosotros de forma totalmente voluntaria y no es un Certificado CE y no puede utilizarse para comercializar productos dentro de la Comunidad Europea”. Por su parte, Henk Vanhoutte, secretario general de la patronal, European Safety Federation, señala que “el documento de ECM claramente es inválido como un certificado europeo de examen, necesario para las mascarillas de tipo FFP”.

La identidad de este segundo fabricante chino de mascarillas es un misterio. La Comunidad de Madrid, que reveló este martes que la compra se hizo a esa compañía, no ha respondido a preguntas de este periódico sobre por qué no informa del nombre de la fábrica. Tampoco ha aclarado por qué ocultó en marzo de este año a EL PAÍS que el origen de las mascarillas era esa segunda empresa. Ese ocultamiento se produjo cuando el viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, le envió a este periódico un escrito concediendo el derecho a conocer el origen y el expediente completo de las mascarillas compradas por Priviet Sportive SL, la empresa del amigo de Tomás. Adjuntó un PDF con 71 páginas, que incluye los tres certificados falsos de la primera fábrica, Jiaxing Yinuo Busway Co. Ltd.

Consulte aquí el PDF del expediente que la Comunidad de Madrid envió a EL PAÍS y aquí el PDF de la respuesta de Antonio Zapatero accediendo a conceder el “expediente completo” y su “origen”

Un portavoz de la Consejería de Sanidad consultado por EL PAÍS no ha desvelado el nombre de la nueva empresa. Tampoco ha respondido sobre si la Comunidad tiene algún otro documento que verdaderamente acredite la calidad del producto de esa nueva factoría. Fuentes de la Fiscalía Anticorrupción informan a este periódico que tienen otros dos certificados referentes a esa segunda fábrica y que van a investigar su veracidad.

La Comunidad reveló la compra a esa segunda fábrica para tapar una noticia desfavorable que se basaba en la propia información incorrecta que había ofrecido a este periódico. Cuando EL PAÍS publicó el martes por la noche la adquisición de las mascarillas a Jiaxing Yinuo Busway, fuentes de la Comunidad contactaron a El Español para informar de que Priviet descartó a esa primera empresa y optó por una segunda. En la información de ese medio aparece el certificado de ECM, que no es garantía de calidad de esas mascarillas.

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ECM no está autorizado para evaluar equipos de protección individual (EPI) y tampoco recibió las mascarillas para hacer un examen in situ. Simplemente, analizó los documentos técnicos para comprobar que eran correctos. Realmente, ECM no se dedica a evaluar EPI, ni tiene autorización de la Unión Europea para ello. La patronal europea de los importadores de EPI critica que ese laboratorio italiano haya emitido ese documento sin valor: “El documento de ECM claramente es inválido como un certificado europeo de examen, necesario para las mascarillas de tipo FFP. De hecho, ECM es un organismo notificado autorizado por la UE para otro tipo de productos, pero no para EPI”, dice Henk Vanhoutte, secretario general de la patronal, European Safety Federation. “El documento es claramente engañoso porque la gran mayoría de personas pueden pensar que es un documento legal y válido. Podríamos decir que la única razón de ser de ese ‘certificado’ es hacer dinero porque para el fabricante no le aporta ningún valor añadido”.

La oferta de mascarillas a la Comunidad de Madrid la hizo Daniel Alcázar, amigo de Tomás Díaz Ayuso, a través de su sociedad limitada dedicada a la ropa de moda, Priviet Sportive SL, pero la gestión de la compra y el traslado de la mercancía a Madrid lo ejecutó el hermano de la presidenta. El 28 de marzo de 2020, Priviet Sportive SL ofreció traer a la Sanidad pública madrileña 250.000 mascarillas FFP2 por 1,5 millones de euros. Según el artículo de El Español, la primera oferta incluía los certificados falsos. La Comunidad asegura que finalmente Priviet eligió al otro fabricante. Manuel de la Puente, un alto cargo sanitario que conocía a Tomás Díaz Ayuso, le adjudicó el contrato a Priviet el 1 de abril de 2020.

Origen desconocido

La Comunidad ha tachado parcialmente el nombre de la nueva fábrica china en el documento de ECM publicado por El Español: Zhangjiagang xxxxx [las equis figuran tachando una palabra ilegible] Equipment Co. Ltd. EL PAÍS no ha podido localizar la nueva fábrica china. El nombre Zhangjiagang corresponde a una ciudad industrial de 1,2 millones de habitantes. Por lo menos 17 empresas de esa urbe tienen un nombre que encaja con el formato Zhangjiagang xxxxx Equipment Co. Ltd. Solo una ha confirmado al teléfono que vendió a una empresa española, pero no guarda registro de a cuál.

En lugar de responder a las dudas y sospechas que despierta esta nueva información, un portavoz de la Consejería de Sanidad madrileña ha insistido en que la compra es correcta: “La mercancía se presentó en plazo, en el lugar, con la calidad y en el número señalado por el contratista y, una vez realizada esta verificación, se procedió al pago a finales de junio de 2020, previa fiscalización contable por el interventor”.

“Su pecado es ser mi hermano”

La presidenta madrileña ha dicho este miércoles en EsRadio que está sufriendo una “campaña de desprestigio”. “Son informaciones absolutamente falsas. En los peores momentos de la pandemia, se trajo material de calidad. Todo el material fue de calidad”, dijo Ayuso. ““Solo hace falta saber la calidad de los calzones del chino que cogió las mascarillas en el aeropuerto. El problema es que están ensañándose con un hombre que lleva trabajando en su sector muchos años, un hombre honrado, que ha presentado sus papeles. Su pecado es ser mi hermano”.

Al principio de la pandemia, España dejó de exigir certificado CE a las mascarillas que venían de China debido a la escasez de material. Pero eso no era una carta blanca para que entrara cualquier mascarilla, un producto muy sensible que puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. La Secretaría General Técnica del Ministerio de Industria exigía que las autoridades de las comunidades autónomas verificaran que el fabricante tenía sus certificados acordes con los estándares chinos, así como una prueba de haber solicitado ensayos para obtener en el futuro el marcado CE. Esos documentos no constan en la documentación hecha pública por la Comunidad de Madrid.

El extraño cambio de versión sobre la factoría china se produce a pesar de que la Comunidad de Madrid envió a este periódico el 3 de marzo el expediente del contrato junto a un escrito de Zapatero, viceconsejero de Sanidad y artífice del “hospital milagro” de Ifema. Era una respuesta positiva a una solicitud de transparencia en la que EL PAÍS pidió conocer “el origen de las mascarillas” de Priviet Sportive SL, así como “el expediente completo, contratos, memorias, e informes vinculados a esta compra”.

EL PAÍS también obtuvo equívocos este martes en una larga conversación telefónica de 50 minutos con Tomás Díaz Ayuso. Preguntado varias veces por qué escogió a Jiaxing Yinuo Busway Co. Ltd., el hermano de la presidenta omite decir que finalmente hizo el negocio con una segunda factoría china. Dice que ha entregado toda la documentación a la Fiscalía Anticorrupción y que no tiene que hacer aclaraciones al respecto a la prensa. Sobre ese asunto se limita a decir que “en China pasa de todo, cosas muy raras”.

“Este caso es un tema de papeles. No es un tema de nada más. Y, bueno, entonces ya se ha presentado en su sitio y ahí está y a día de hoy no tengo noticias”, añade.

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