Glovo pide permiso para ensayar el reparto con robots en el distrito de Salamanca de Madrid
El gigante del ‘delivery’ es una de las empresas atraídas por una reforma del Ayuntamiento que facilita la llegada a las calles de la capital de máquinas y coches sin conductor
La ciudad de Madrid cambió en septiembre sus normas para facilitar la llegada de vehículos autónomos a sus calles, lo que ha atraído a varias empresas innovadoras como el gigante de los repartos Glovo, pero el Ayuntamiento tiene ahora la delicada tarea de compaginar ese interés con la seguridad ciudadana. Según ha sabido EL PAÍS, la barcelonesa Glovo y la start up madrileña de los vehículos autónomos Goggo Network han pedido un permiso municipal para poner a prueba el reparto a domicilio con un par de robots por el barrio de Goya, en el distrito de Salamanca, a partir de enero. Serían los primeros sustitutos mecanizados en España de los riders. La segunda de estas empresas, controlada por el inversor de origen argentino Martín Varsavsky, también ha solicitado autorización para que circule desde esa misma fecha un food truck sin piloto por la zona financiera de las Cuatro Torres. Pero fuentes del Ayuntamiento responden a este periódico que no será posible poner en marcha esas iniciativas tan pronto porque “hace falta dar garantías de seguridad a los ciudadanos”.
Un portavoz municipal del área de Innovación dice que primero estos proyectos deberán ser probados en un área segura del distrito de Villaverde, en el sur de la capital, una zona que el Ayuntamiento quiere promover como campo de experimentación y a la que ha denominado Sandbox. “A nivel de innovación el Ayuntamiento es ambicioso, pero hay que ver cómo funciona en Villaverde y tomar nota de ese primer contacto”, dice este portavoz. “A este respecto somos prudentes y creemos que como muy pronto esos proyectos comenzarían en el primer semestre de 2022″.
Un tercer proyecto que espera la aprobación municipal es el ensayo en Villaverde de un coche autónomo de la empresa de ingeniería madrileña FEM Experts y la Universidad Antonio de Nebrija. Los responsables esperan probar en enero o febrero su vehículo, que es una modificación de un Nissan Leaf, por un circuito de calles cerrado para la ocasión por la Policía Local. Se trataría de una zona del Polígono Industrial de Villaverde: un tramo de la calle de la Acebeda entre dos rotondas, según la solicitud vista por este periódico. Las solicitudes han sido conocidas por este periódico con ocasión de una exhibición de estos productos en La Nave de Villaverde, una instalación municipal, antes de la presentación del Sandbox en la tarde de este lunes por parte del concejal de Innovación, Ángel Niño.
Estos experimentos buscan que Madrid siga el ejemplo de ciudades de EEUU y Asia donde hay mayor flexibilidad para experimentar con vehículos autónomos, un avance tecnológico que según la industria de la automoción va a revolucionar la manera en que nos movemos a lo largo de las dos próximas décadas. La idea de las autoridades madrileñas es facilitar las pruebas para atraer a empresas innovadoras que quieran instalarse en Madrid.
La asociación Madrid Futuro, fundada hace un año con un foco en la innovación, está colaborando con el Ayuntamiento en la promoción del Sandbox de Villaverde como campo de pruebas. “Hay mucho interés porque en otras ciudades no es fácil hacer pruebas de vehículos sin piloto”, dice el director de Madrid Futuro, Pablo Vázquez. Madrid Futuro tiene una lista con 50 prototipos, que incluye también proyectos de tecnología urbana como farolas o baldosas inteligentes. “Nos gustaría que en 2022 se prueben al menos 30 de ellos”, añade Vázquez.
Pero un reto de Madrid es la ausencia de una industria automovilística y robótica fuerte. Algunos prototipos de vehículos autónomos son proyectos multimillonarios en los que están involucrados firmas como Tesla, Uber, Intel o Google. Singapur, Holanda, Noruega, EEUU o Finlandia son los países punteros en este ámbito en un informe de 2020 de la consultora KPMG que sitúa a España en el puesto 22.
Al rebajar los obstáculos regulatorios, ciudades de todo el mundo han buscado sumarse a la competición. Por ejemplo, Intel publicó hace cuatro meses un vídeo de un vehículo autónomo que circuló por Manhattan, en Nueva York, cruzándose con otros vehículos y peatones. En el vídeo un hombre sentado en el asiento del conductor mantiene sus manos en su regazo. Hace cuatro años, el alcalde Bill de Blasio y el Gobernador Andrew Cuomo se enfrentaron públicamente porque el primero se resistía a dar permiso a General Motors para que probara vehículos de este tipo por la ciudad. Un freno a estos proyectos se produjo meses después de esa disputa, cuando una mujer murió atropellada por un coche sin piloto en Fénix, Arizona.
Madrid introdujo en septiembre en la reforma de su Ordenanza de Movilidad Sostenible la posibilidad de que empresas soliciten un permiso al Ayuntamiento para la circulación de vehículos sin conductor por cualquier vía pública urbana apta, así como por aceras y calles peatonales.
Para las empresas de este sector, circular por calles es preferible a fincas o espacios privados porque quieren probar sus complejos sistemas informáticos en un entorno real. Los sensores y cámaras reciben toneladas de información de su entorno desde una hoja que pasa volando hasta los destellos de las ventanas de los edificios. FEM Expert y Antonio de Nebrija habían probado su coche autónomo Neva en terrenos propiedad de esa universidad, pero cuando consultaron a la DGT y a aseguradoras por la posibilidad de hacerlo en vías públicas les tomaron por locos, según Francisco Badea, uno de los ingenieros que lidera el proyecto. “Lo que va a pasar en Villaverde es un hito grandísimo”, dice Badea agradecido sobre Madrid Futuro y la mayor permisividad municipal. En la prueba de Villaverde no se permitiría la entrada de ningún peatón o coche ajeno al proyecto.
Tras los pasos de Amazon
Glovo dice que sus planes no contemplan sustituir de forma general robots por riders. “No hay plan de negocio diseñado. Esto es un experimento que nos permitirá comprobar la viabilidad de este tipo de reparto”, explica Yohann Bensadoun, director de producto innovador de Glovo. La estadounidense Amazon es una de las empresas que ya hace repartos de prueba con robots. La empresa introdujo su robot Scout en la región de Seattle (noreste de EEUU) en 2019, y ha extendido este modelo a otras ciudades de EEUU y Finlandia.
El robot de Glovo mide 79 cms de alto, pesa 40 kilos y avanza a 5 kilómetros por hora. Prestaría servicio en un área de un km2 en torno al almacén de la empresa en la calle del Duque de Sesto, número 7, junto al Retiro. Se movería de forma autónoma por una ruta peatonal desde ese depósito de la compañía en el barrio hasta el domicilio de los clientes, que harían su solicitud como cualquier otra por la app. El food truck también se movería por espacios peatonales de las Cuatro Torres, en el norte de la ciudad. Serviría comida preparada caliente o fría entre las 8.30 y las 17 horas, según las intenciones de Goggo Network. Su estreno lo tendrá este miércoles en Las Rozas. Durante el período navideño circulará por la calle Real de ese municipio, 20 kms al noroeste de Madrid ciudad.
Un portavoz de Goggo Network, David Villagrá, dice que unas normas más permisivas son fundamentales para fomentar la innovación: “En China y Estados Unidos hay mayor inversión porque son más flexibles. Europa sin embargo es un continente más complejo. Nosotros abogamos por traer la movilidad autónoma lo antes posible para competir con los líderes de la alta tecnología”.
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