Michaela Pavlátová: “Afganistán son, ante todo personas, no solo un gran conflicto”
La directora checa revela la intimidad de las casas en el país durante el periodo postalibán en la película animada ‘My Sunny Maad’
La directora checa Michaela Pavlátová ha inaugurado el Festival Internacional de Animación Contemporánea de la capital con su película My Sunny Maad. La historia desvela el día a día del pueblo afgano en el periodo postalibán a través de la vida de Herra, una estudiante de economía checa, que se enamora de Nazir. La chica se sumerge en la familia del afgano y convive con un abuelo liberal, un niño adoptado con altas capacidades y una mujer desesperada por escapar de su violento marido.
Durante la grabación en la versión en darí, el idioma afgano, los actores se desplazaban a un estudio en Kabul. Pavlátová estaba conectada por videoconferencia desde Praga. Los intérpretes le pidieron si podían empezar a trabajar más tarde porque los ataques terroristas solían ocurrir por la mañana. “Mi respuesta fue decirles que no fueran al estudio y que se quedaran en casa. Pero, me di cuenta de que para ellos es, lamentablemente, algo muy normal”, desvela la animadora.
Ella nació en Praga (Checoslovaquia) y estudió en la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño de su ciudad de origen. A finales de los años ochenta, empezó a dirigir numerosos cortometrajes de animación. Entre ellos, se encuentra Words, words, words (palabras, en inglés), nominado al Óscar al Mejor cortometraje animado en 1992. Seis años después, se trasladó a San Francisco para trabajar como directora de arte. Su experiencia la convierte en una de las grandes figuras del cine de animación, que ella misma define como un trabajo artesanal y prolongado en el tiempo. A los 60 años y con una larga trayectoria, la directora cuenta que la decisión de hacer esta película surgió hace siete años. “La situación del país acabó mucho peor de lo que esperábamos en ese momento. Nunca hubiera deseado ese desenlace en Afganistán”, refiriéndose a la vuelta al poder de los talibanes en agosto.
Atisbo europeo en una familia afgana
El largometraje, basado en el libro autobiográfico Frišta de la periodista Petra Procházkova, ha sido galardonado con el Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy en Francia y nominado a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Haifa en Israel. La película se inspira en las vivencias personales de la enviada de guerra Procházkova, que vivió seis años en Afganistán. Allí, se casó y escribió un libro que recoge las historias de varias mujeres con las que se encontró. Su autora proporcionó el material necesario para la adaptación audiovisual, desde fotos y grabaciones hasta burkas. Ambas creaciones representan un atisbo europeo dentro de una familia afgana. “Se descubren cosas muy parecidas a las que vivimos en las familias europeas, pero también cosas muy diferentes”, admite la ilustradora.
La trama ahonda en la privacidad de las familias, aunque las cuestiones políticas surgen naturalmente alrededor del discurso. Según su creadora, Oriente posee valores que escasean en Occidente, como la responsabilidad y el apego hacia la familia: “Estamos tan emancipados que muchas veces no tenemos tiempo para nada”.
El filme constituye una crítica al tratamiento de Afganistán como un país conflictivo y problemático. La historia va más allá de la falta de derechos o la presencia del ejército estadounidense en el país. Desde la sensibilidad y el respeto, se muestra, por ejemplo, la estrecha relación entre madres e hijos: “Ante todo son personas, no solo un gran conflicto”.
La película sigue una línea dramática que fusiona la intimidad con toques de humor a través de los dibujos animados con trazados que combinan los colores vivos con líneas gruesas y finas, una de las características más llamativas de los dibujos de la ilustradora.
“Nos esforzamos muchísimo para que ningún personaje, ni hombre ni mujer, fueran reducidos a un símbolo”, declara. A través de la caracterización de los protagonistas se desvela el día a día de los ciudadanos afganos: “De puertas hacia fuera, el hombre aparenta ser el cabeza de familia, pero, en muchas ocasiones, entre las paredes de la casa lo es la mujer”.
Otro de los temas que aborda esta película es el oficio de los trabajadores humanitarios de Occidente, que, según la directora, tienen unas ideas muy simples sobre la emancipación de las mujeres: “Hay gente que piensa que se van a quitar los burkas y de repente todo va a ser maravilloso. Pero, es mucho más complejo”. La artista aboga por intentar entender la realidad de las familias para poder cambiar la situación.
La checa ha colaborado con un equipo de 30 personas, entre ellas una consultora afgana, para la producción de la obra que mezcla ficción y documentación. El largometraje, que se estrenó a principios de noviembre en el Festival de Cine de Sevilla, abrió la cuarta edición del ciclo audiovisual ANIMARIO en la Cineteca de Madrid, que se celebra hasta el 21 de noviembre. My Sunny Maad llegará a los cines de toda España en marzo del año que viene.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.