El artista Christo también está en Madrid
La galería Guillermo de Osma expone dibujos del artista que ha empaquetado el Arco de Triunfo de París
Una de las semejanzas que se pueden encontrar entre la Puerta de Alcalá y el Arco de Triunfo de París no es conocida. Ambos monumentos, iconos de sus ciudades y acaparadores de turistas y selfis, han estado en la mente de Christo como uno de sus objetos de deseo, el deseo de empaquetarlos. El proyecto parisiense se inaugura el sábado, 16 meses después de la muerte de uno de sus creadores, el 31 de mayo del año pasado, y 12 años tras el fallecimiento de la otra, Jeanne-Claude. Su último empaquetado, póstumo para ambos, y compendio de seis décadas de carrera, ya que las primeras ideas para este trabajo datan de los sesenta. El embalaje de la Puerta de Alcalá, sin embargo, nunca se llevó a cabo. Y, por los pocos documentos conservados, debió de ser una idea fugaz.
El germen de la obra de cualquier artista casi siempre queda plasmada con un garabato y, a partir de ahí, comienza el proceso de creación. Esas ideas elaboradas hasta el punto de que son verdaderas obras de arte se pueden ver hasta el 15 de octubre en la galería Guillermo de Osma, que ha logrado reunir 15 dibujos de Christo de los sesenta y setenta, momento en que abandona sus obras de pequeñas dimensiones —una carretilla, flores secas...— y pasa a los monumentales.
“Me encanta dibujar. (...) De niño dibujaba y ahora continúo haciéndolo todo el tiempo. (...) Me gusta que mi mano dibuje”, dijo en 2016 el artista que consideró el dibujo como su pasaporte para la libertad de creación. Huyó del régimen comunista de Bulgaria, su país natal, y en 1958, como refugiado político, llegó a París, donde conoció, mientras retrataba a su madre, a quien sería su pareja profesional y vital, Jeanne-Claude. Juntos firman todos los proyectos, el galerista aclara que los dibujos son solo de él.
Como se puede observar en la muestra, Christo era un virtuoso en las artes plásticas tradicionales. Llamar dibujos a las piezas expuestas quizá sea quedarse corto, domina el lápiz, el carboncillo, las ceras; pero también el collage, introduce telas y cordeles, pinta en fotografías y mapas, sobre ellos realiza sus bosquejos y deja apuntes del proyecto. Claros ejemplos son los bocetos de los empaquetados de la estatua de Colón de Barcelona, de la torre medieval de Spoleto (Italia) y de Little Bay en Sídney. Refleja el dominio del volumen y la luz desde el germen: el boceto de la romana Puerta Pinciana es un alarde de todo ello. Esta pieza, además, es excepcional, ya que tiene unas dimensiones superiores a lo que acostumbraba en ese momento (81,5 centímetros de alto por 244 centímetros de largo). Posteriormente, ya normalizará los soportes de más de dos metros. Y de la tradición de la historia del arte, se comprueba en sus obras bidimensionales el dominio de las telas como si de un barroco se tratara o, bastantes siglos antes, Fidias con su técnica de los paños mojados cubriendo con peplos (vestidura de las mujeres en la antigua Grecia) los edificios. Hace unos días, su sobrino, Vladímir Javacheff, manifestó que si el público consideraba que el Arco de Triunfo empaquetado se parecía a los dibujos que había dejado su tío es que lo habían hecho bien.
En la galería no se exhibe ningún boceto de la obra recién presentada, pero es una magnífica contextualización de la manera de trabajar de Christo y Jeanne-Claude, lástima que estén separadas por casi 1.300 kilómetros.
Los dibujos de Christo son mucho más que la plasmación del inicio y del desarrollo de la idea, son lo que les otorgó la libertad de trabajar sin aceptar encargos, de crear con independencia. La pareja solo ejecutaba lo que surgía de ellos y lo financiaban con la venta de los bocetos. En el estupendo catálogo, Laure Martin-Poulet, presidenta del proyecto del Arco de Triunfo, cuenta que a veces apremiaban a sus amigos y coleccionistas para que les compraran obra y así llegar a las altas cantidades de dinero que necesitaban para sacar adelante los proyectos. La intervención en monumentos o en paisajes naturales requería de muchos permisos, burocracia, contactos con las administraciones, con los afectados —De Osma comenta que para Running Fence, en California, una valla de más de 40 kilómetros, quienes más fácil se lo pusieron fueron los granjeros que le abrieron las puertas de sus ranchos para atravesarlos, hay que recordar que los trabajos tienen una duración corta—. Los creadores no vivían eso conocido como la soledad del artista. Son trabajos corales con la participación de un equipo multidisciplinar, como los 95 especialistas que han desplegado la tela del Arco de Triunfo o los 17 escaladores que trabajaron en el empaquetado de la bahía de Sídney, donde además colaboraron cientos de voluntarios estudiantes de arte.
A pesar del aparente desinterés por el ser humano, patente en las obras de esta pareja, en uno de los dibujos —Volume Temporaire-14— aparece una figura a manera de escala, para facilitar la comprensión de las dimensiones, las piezas empaquetadas son para vivirlas, “para patearlas”, dice De Osma; no solo para observarlas. Las pasarelas que construyó en el lago de Iseo (Italia) en 2016 (obra ya póstuma de Jeanne-Claude) había que recorrerlas, no solo mirarlas. Transforma los paisajes, ya sean urbanos o naturales, su intervención hace que entre en juego un objeto nuevo.
Siempre mantuvieron máximo respeto por los elementos sobre los que actuaron, el cuidado del medioambiente también está en sus prioridades, usando materiales reciclables. Aunque el cambio del Arco de Triunfo se ha notado la última semana, se lleva trabajando en él desde que terminó el Tour de Francia, protegiendo minuciosamente las esculturas del monumento. Además, otra de las condiciones indispensables en las obras de Christo es que los edificios sigan en activo aunque empaquetados. Un embalaje fugaz, lo temporal también es una de sus características. Así, el 3 de octubre comenzará el desempaquetado de la obra póstuma; ahí todavía quedarán dos semanas para que termine Christo & Jeanne-Claude 1960-1970. Confiesa el galerista que lleva muchos años pensando en esta muestra y que el momento ha sido una “feliz coincidencia”.
El frustrado proyecto de Colón
La muestra de la galería Guillermo de Osma exhibe tres dibujos de lo que hubiera sido el gran proyecto de Christo y Jeanne-Claude en España: el empaquetado de la estatua de Colón de Barcelona, trabajaron en él durante los setenta y fue rechazado dos veces. En 1984, el alcalde Pasqual Maragall lo aprobó, pero entonces la pareja ya no estaba interesada y no se llevó a cabo. Así, el único embalaje realizado en España fue el del suelo de la galería barcelonesa Joan Prats con motivo de una muestra en 1977.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.