Barajas empieza a levantar el vuelo
El principal motor de la economía madrileña intenta retomar su actividad tras un año y medio de parón, en el que quedó como un gran aparcamiento de aviones
Un vigilante de seguridad flanquea las puertas de acceso de la T-2 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. El mensaje que repite a todos los que se acerca a ese punto suena ya a retahíla: “Solo pueden entrar las personas con tarjeta de embarque o que acompañen a menores”. Algunas personas se quedan sorprendidas por la medida y se despiden bajo un sol de justicia. Dentro de la terminal, dos cosas llaman la atención al visitante. Una, la ausencia de viajeros. En un día normal de agosto, miles de personas se concentrarían en la zona de salidas. Y como consecuencia de ella, la segunda. El silencio. Tan solo se oyen algunas conversaciones y se echa de menos la multitud de idiomas que se escuchaban en la facturación.
Sin embargo, Barajas está retomando poco a poco la actividad, gracias en parte a la vacunación y al pasaporte covid. El primer motor de la economía regional intenta superar un año 2020 nefasto en el que quedó prácticamente convertido en un aparcamiento de aeronaves y en un centro de recepción de material sanitario, en especial de China. Los enormes aviones Boeing 747 cargados hasta arriba y en los que más de un político se hizo la foto de bienvenida era la principal actividad del aeropuerto.
Barajas representa el 10% del producto interior bruto y genera 40.000 puestos de trabajo, según los estudios de Aena. Eso de manera directa, porque indirectamente viven de su actividad sectores tan distintos como el transporte público -en especial, taxis y VTC-, restauración, hostelería, tiendas y todo lo relacionado con el turismo.
Las cifras del primer semestre del año confirman que el aeropuerto ha tenido 6,5 millones de viajeros, lo que supone un 42,5% respecto al mismo periodo del año pasado. Cabe recordar que el estado de alarma se decretó el 14 de marzo de 2020 y que hasta entonces Barajas estaba a pleno rendimiento. Muy lejos quedan los 61,7 millones de pasajeros que hubo en todo 2019.
De esos 6,5 millones de viajeros de 2021, la mayoría son internacionales (3,7) frente a los nacionales (2,8). “El tráfico internacional se está recuperando más lentamente que el proveniente del resto de Europa o el doméstico (nacional), pues está más ligado a las limitaciones a la movilidad derivadas de la situación sanitaria. El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas es la principal puerta de entrada a Latinoamérica desde Europa con un 25,8% de su cuota de mercado; esta importancia va íntimamente relacionada con la gran cantidad de rutas establecidas entre el Aeropuerto y Latinoamérica; también se mantienen conexiones con Asia, principalmente con China, así como con Oriente Medio”, destacan fuentes de Aena.
La curva de usuarios de los aviones va incrementándose mes a mes. Así en abril hubo 986.136 y en mayo crecieron casi hasta los 1,3 millones. El número de operaciones también ha descendido en el primer semestre de este año hasta situarse en 75.000 (un 20% menos), mientras que ha crecido el número de mercancías transportadas en un 18,5% (229,7 millones de kilogramos), según datos de Aena.
Desde el pasado 1 de julio, se reabrieron las terminales T2 y T3, que estuvieron cerradas durante la pandemia. De esta forma, está operativo todo el aeropuerto, que durante los meses duros de la covid quedó reducido a la T4. El pasado 28 de julio retomó su actividad la T4 satélite. “Los ajustes de infraestructura se han ido modulando en función de la evolución del tráfico”, explican fuentes de Aena.
Sin embargo, un paseo por las terminales resulta un poco triste. Los pasillos se encuentran vacíos y los centenares de punto de facturación, sin actividad. Cintas verdes -el color corporativo de los aeropuertos españoles- delimitan los accesos a la entrega de maletas, pero sin necesidad. No hay pasajeros que los llenen. Tan solo se agolpan en puntos muy determinados como los terminales de Ryanair, en la T1, y en algún momento de grandes vuelos transoceánicos en la T-4, en especial de Iberia o de las aerolíneas latinoamericanas, como la peruana.
Todo ello está pasando factura en los negocios, algunos de los cuales están al borde del cierre. Es el caso de la tienda de jamones y productos ibéricos Enrique Tomás, en las salidas de la T4. Su clientela ha bajado de manera espectacular y tan solo tienen algo de movimiento por las mañanas, en especial de turistas estadounidenses y canadienses, según la dependienta Yudilaidi Pérez Pérez, una cubana de 38 años que lleva dos en este local. “Antes de la pandemia y sobre todo en la tienda de dentro, en la del dutyfree no parábamos de vender. Ahora hay algunos días buenos como los lunes, algún jueves y algún viernes”, reconoce esta empleada, que lleva 12 años en España.
Algo parecido ocurre con algo tan socorrido como las farmacias. La que había en la T2 y que permaneció abierta durante el confinamiento para atender a los pocos pasajeros de entonces y a todo el personal cerró el pasado diciembre, según fuentes del aeropuerto. La que sí está abierta es la situada en la zona de salidas de la T1. Eso sí, en este mes estival la atiende una sola persona, Anna Escalona. “He mejorado mucho desde que abrieron las dos terminales y hay más cantidad de gente y de venta que durante el confinamiento”, reconoce la auxiliar de enfermería. Eso sí, ya no se forman las largas colas que había antes de la pandemia y que permitían que hubiera hasta cuatro personas trabajando a la vez. “Ahora hay turistas españoles, portugueses, franceses, ingleses y, en mucha menor medida, holandeses. Los días de más trabajos son los viernes y los domingos”, explica Escalona. Durante la pandemia atendieron sobre todo al personal de cabina que hacía grandes viajes a China para traer el material sanitario. Iban y volvían en cuestión de dos o tres días, sin apenas descanso. “Pedían mucho analgésico y cremas para las inflamaciones”, comenta la auxiliar.
La situación, sin embargo, solo es susceptible de mejorar en los próximos meses, según las fuentes del sector consultadas por EL PAÍS. Aena apuesta porque “el avance en el proceso de vacunación” contribuya “de manera notable” a la recuperación de la confianza del pasajero por el avión. A ello también contribuirá la puesta en marcha del Certificado Covid-19 de la Unión Europea (UE). “Las principales compañías aéreas europeas confían en que se produzca un incremento de la demanda en la segunda parte de la temporada de verano. No obstante, sigue siendo difícil prever con precisión la evolución del tráfico para los próximos meses, ya que las aerolíneas realizan cambios en su operativa de forma periódica, en función de la variación de las limitaciones a la movilidad”, confirman fuentes de Aena.
Iberia, una de las principales aerolíneas que operan en Barajas, va en la misma línea que la dirección de Barajas. La directora Comercial y de Desarrollo de Red y Alianzas de la compañía, María Jesús López Solás, destaca que “el avance de la vacunación y la progresiva apertura de las fronteras” está permitiendo recuperar el número de vuelos. “Hemos realizado una fuerte apuesta para este verano, aumentando frecuencias, recuperando destinos a los países donde las restricciones lo permiten, entre ellos, la mayor parte de nuestra red en América Latina y también en EEUU. Incluso vamos a estrenar vuelos a destinos adonde no habíamos volado hasta ahora como Maldivas, Liubliana o las Islas Azores”, describe la directiva. “Los datos van a estar aún lejos de los que obtuvimos en 2019 pero, en verano, esperamos llegar al 60% de la capacidad que ofrecíamos en 2019. Ofreceremos 114 destinos en todo el mundo, 90 en Europa y África y 24 en América. Esto se traduce en vuelos directos y diarios a las principales ciudades españolas y una gran apuesta sobre todo por Canarias y Baleares”, añade.
López Solás destaca que tan solo se ha dejado de volar a los destinos hay restricciones que impiden volar, como por ejemplo a Japón: “Sin embargo, aunque la operación no sea regular, sí que organizamos vuelos especiales. De hecho, hemos llevado a la delegación española a los Juegos Olímpicos de Tokio. Y a China ofrecemos vuelos chárter todos los martes a Shanghái y todos los viernes a Hangzhou”. “Nuestro objetivo siempre ha sido triple: mantener la conectividad de España con el mundo, cuidar la relación con nuestros clientes, ayudándoles en estas circunstancias tan adversas y mantener el empleo”, concluye.
La compañía de bajo coste y competencia directa de Iberia, Ryanair, resulta a estas alturas un poco más ambiciosa en su vuelta a la normalidad. Ha puesto a la venta el 70% de la oferta habitual en Barajas, según datos facilitados por la responsable de Ventas y Marketing de Ryanair para España y Portugal, Susana Brito: “Confirmamos nuestro compromiso con Madrid y su comunidad autónoma con más de 250 vuelos semanales en 46 rutas a los destinos nacionales e internacionales más populares este verano (hasta finales de octubre)”. Eso de momento, porque reconocen que el número podría aumentar si la demanda sube en las próximas semanas. “A medida que las campañas de vacunación siguen avanzando con éxito y las restricciones para viajar se relajan en las próximas semanas, seguimos siendo muy optimistas y creemos que las reservas se van a disparar. Ryanair ofrecerá 5,3 millones de asientos este verano, lo que ayudará a impulsar el tráfico aéreo en la región y contribuirá a la recuperación del sector turístico y la economía española”, concluye Brito.
Mientras esto ocurre, los aparcamientos de Barajas se encuentran al ralentí. Si antes había que acudir a los estacionamientos más alejados, sobre todo en estas fechas con alto número de llegadas y salidas, ahora se puede estacionar el vehículo en las plazas más próximas a las terminales. Además, un simple vistazo desde las terminales o en las carreteras del aeropuerto dejan al descubierto que no hay casi aviones en las pistas. Algunos laterales de la T4 están sin aeronaves. Levantar la mirada al cielo tampoco permite ver en la lejanía hasta cuatro o cinco aparatos listos para tomar tierra o dos o tres que acababan de despegar. La cadencia es muy lenta, casi como un aeropuerto mediano o pequeño en sus mejores momentos.
En cabeza y con futuras inversiones como El Prat
Barajas encabeza la lista de los 48 aeropuertos que hay en España en todas las categorías (pasajeros, operaciones y mercancías), según los datos de Aena. Su habitual competidor, El Prat de Barcelona, se queda en algunas de estas clasificaciones en tercer lugar por detrás de Palma de Mallorca e incluso el de Zaragoza. Este último es el segundo en el movimiento de mercancías, tan solo por detrás del madrileño.
El buque insignia de la economía madrileña recibió a principios de julio el visto bueno para recibir inversiones por un montante de 1.694 millones de euros en el periodo que va de 2025 a 2029. Esta cantidad es similar a la que recibirá El Prat. Pero con diferencias. En el caso barcelonés, el Gobierno de la Generalitat y el Ayuntamiento de la Ciudad Condal no están alineados con la futura ampliación. Por el contrario, Barajas sí cuenta con el visto de todas las Administraciones implicadas en su funcionamiento.
El llamado Comité de Coordinación Aeroportuaria de Madrid, creado en 2013, acoge a representantes del Ministerio de Transportes, de la Delegación del Gobierno en Madrid, al Ejecutivo regional, a Corporaciones locales, a la Cámara de Comercio, a organizaciones económicas y sociales y a la propia Aena. Todas ellas dieron el visto bueno al Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA), el último paso antes tramitar el plan de inversiones. Todas ellas quieren convertir a Barajas en un centro neurálgico intercontinental, en especial con Latinoamérica. “Eso solo se consigue prestando servicios de alto nivel de calidad y seguridad, manteniendo el compromiso con la innovación como garantía de competitividad y de crecimiento sostenible”, reconocen fuentes de Aena.
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