Declaración de intenciones
Lo primero que haces importa o ,dicho de otro modo, nadie olvida las primeras veces de lo importante. El estreno legislativo del Gobierno de Ayuso ha sido controlar Telemadrid
Me costó mucho dormir la noche que España quedó eliminada de la Eurocopa, pero no por el disgusto, sino por la adrenalina: terminé a 11 metros de la televisión -o al tope que permitía mi salón- preparada para lanzar el siguiente penalti. Después, Kiko Llaneras aportó en EL PAÍS muchos datos para alegrar con estadísticas una discusión recurrente y acalorada, quizá tanto como la del con o sin cebolla: ¿Es mejor tirar el primero o el último? En todo caso, creo que todos estaremos de acuerdo en algo: lo primero que haces importa o, dicho de otro modo, nadie olvida las primeras veces de lo importante.
El primer día del curso, mi padre, profesor de matemáticas, llegaba muy serio al aula y solía echar a algún alumno de clase. Era muy consciente de que le estaban midiendo y esa era su forma de intentar garantizarse no tener que hacerlo más veces en los siguientes nueve meses. Desde que me confesó, ya jubilado, ese truco de veteranía, me fijo todavía más que antes en qué hace la gente las primeras veces. Hay mucha información ahí.
La primera ley de Isabel Díaz Ayuso como presidenta después de la apabullante victoria del pasado 4 de mayo y de dos años previos de sequía legislativa – la Comunidad no aprueba presupuestos desde 2019-, ha sido sobre Telemadrid, para controlarla. Salió adelante con la abstención de Vox y cambia la norma que regulaba al medio –celebrada por la propia Ayuso en 2015- para destituir a su director general, José Pablo López, y poner en su lugar a un administrador a la medida. La pandemia ha afectado a todas las parcelas de nuestra vida, empeorándola, pero hay prioridades, y la de la presidenta madrileña ha sido solucionar un problema que no lo era, arreglar lo que no estaba roto. Telemadrid había multiplicado su audiencia y tenía superávit.
La hemeroteca es tozuda y ella, transparente. El año pasado se quejó amargamente de la independencia de Telemadrid: “Soy la única presidenta que tiene una televisión que le es crítica”
Los primeros movimientos son siempre una declaración de intenciones. El éxito al lanzar un penalti -que me corrija Llaneras- tiene mucho que ver con evitar que el portero las adivine, es decir, con el amago. En este caso hubo un intento de regate dialéctico –Ayuso declaró en la Asamblea que hace lo que hace porque está “obligada a garantizar la viabilidad” de Telemadrid-, pero la hemeroteca es tozuda y ella, transparente. El año pasado se quejó amargamente de la independencia de Telemadrid: “Soy la única presidenta que tiene una televisión que le es crítica”, dijo.
Si quedaba alguna duda de sus verdaderos propósitos quedó despejada al conocer el nombre del nuevo administrador. Se llama José Antonio Sánchez, fue presidente de RTVE en la época de los famosos viernes negros –cuando los empleados se vestían de luto para denunciar la manipulación informativa-, aparece en los papeles de Bárcenas y en 2017, en comisión parlamentaria en 2017 se jactó de votar al partido que ahora le entrega Telemadrid: “Es de agradecer que el PP me busque un puestecito”. En 2003, en una entrevista en este diario, a la pregunta: “¿Es antifranquista?”, replicó: “No me considero anti nada y muchísimo menos antifranquista”. Sánchez es, también, el directivo que en 2013 firmó el ERE que afectó a más del 70% de la plantilla. La justicia lo declaró posteriormente improcedente.
El primer día de clase mi padre lanzaba el mensaje de que no iba a tolerar faltas de respeto. El primer día de curso político, Ayuso nos ha dejado claro que empieza la campaña para las elecciones de 2023.
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