La lucha por revivir el único Teatro de Autómatas de España
El camión donde duermen estos androides no pasa la ITV, hecho que ha obligado a guardarlo en los almacenes del Circo Price
Los pequeños autómatas han dejado de bailar. Con los ojos cerrados y la sonrisa congelada, esperan volver algún día a la magia. La barraca de autómatas Hollywood, la única itinerante que ha sobrevivido al azar y al tiempo de la que se tiene noticia, fue cedida generosamente al Ayuntamiento de Madrid por su último propietario, el titiritero Gonzalo Cañas, a su muerte en 2012 y no encuentra un lugar que acoja su reapertura, a pesar de haber despertado la fascinación del público en distintas ciudades de España y del extranjero. Cañas recuperó y restauró este artilugio, que maravilló a los espectadores desde los años cuarenta del siglo pasado, en octubre de 1992. El camión donde duerme desde su cesión no ha pasado la ITV, hecho que ha obligado a guardarlo en los almacenes del Circo Price.
La concejala socialista Mar Espinar ha preguntado por la puesta en marcha de este Teatro de Autómatas único en España en la comisión permanente de Cultura de este martes. Jorge Moreta, coordinador general del Área, se ha comprometido a crear un manual de funcionamiento para que los pocos expertos que conocen el complejo mecanismo de este bien singular compartan su conocimiento, al tiempo que ha expresado la voluntad política de mantener una curiosa y especial tradición que es patrimonio de todos los madrileños.
Las figuras las construyó Antonio Plá, feriante valenciano que las paseaba de fiesta en fiesta. El artilugio, que acumula 100.000 horas de función, pasó a la familia Simó y esta se la vendió en 1992 a Cañas. Al lado del apasionado titiritero que entregó su tiempo a esta familia de androides estuvo Paz González, que trabajó casi 20 años con él. González ha ido recientemente a ver la barraca, que tarda en montarse casi dos días, con la socialista Mar Espinar. Ambas han podido comprobar que el camión arrancaba y por eso han exigido que vuelva a abrirse.
En su intervención, Espinar ha comenzado recordando esta visita y el sentimiento de pena que le invadió ante este “abandono injusto”. Una de las propuestas que ha lanzado es que se cambie el camión que cobija a los personajes o que se busque un nuevo emplazamiento definitivo, que sea fijo, para poner fin a la “pesadilla” de la ITV y dar opciones de visitarlo protegido de las inclemencias del tiempo.
Por su parte, Moreta le ha agradecido su interés “constructivo” y ha avanzado que ya se han puesto en contacto con Pepe Luna, una de las pocas personas que conoce con precisión el mecanismo por el que los autómatas cobran vida. El objetivo es crear un manual de funcionamiento, elaborado por Luna y González, que permita seguir las recomendaciones de forma autónoma a los técnicos. Porque uno de los escollos es dominar la maquinaria de esta barraca circense con escenas costumbristas y satíricas, que se presentan en 10 cajas de escenarios. Hecha con el alma de los mejores relojes suizos, se despliega para convertirse en una carpa de 54 metros cuadrados.
La concejala socialista lleva como bandera la recuperación del Teatro de Autómatas desde que, a través de una enmienda, consiguiera sacar adelante en julio de 2018 la adjudicación de un contrato por 75.823.08 euros destinado a su reparación. El resultado fue su paso por la programación de Navidad en el Centro Cultural Conde Duque con gran acogida, ya que llevaba parado desde 2014. “El camión es muy antiguo y habría que llevarlo a un taller especializado para que lo pusieran a punto. Muchas de las piezas están descatalogadas, pero es posible arreglarlo y que pasara la ITV, aunque es cierto que es caro”, ha reconocido Espinar, que se muestra preocupada porque una obra de arte como esta no solo no se conozca, sino que esté condenada al olvido en los almacenes del Circo Price “con los decorados apilados por el suelo”.
El Área de Cultura ha asegurado que se aprovechará el día en que vuelva a activarse el camión para que estén presentes las universidades más punteras y piensen así en mecanismos más actuales que puedan conservar el desparpajo de movimientos de estos humanos de madera tallados a navaja. “El deseo es que sea una realidad a partir del próximo año para que este patrimonio inmaterial siga sobreviviendo”, ha zanjado Moreta.
Los niños menores de cuatro años tenían acceso gratuito y el precio para el resto rondaba los dos euros y medio, intenta recordar Paz González, que espera que el desenlace de esta historia tenga un final feliz. “Hay más en España, pero es el único funcionando, posiblemente en el mundo. No lo sabemos con seguridad, pero estos teatros eran típicos españoles de la zona de Levante, sobre todo”, aclara.
Las 35 figuras hechas a mano que solo tiene el Ayuntamiento de Madrid van cogiendo polvo en el hangar del Circo Price. Por ahora no hay una fecha concreta para que perdure la voluntad y el sueño de Gonzalo Cañas. “Es de justicia buscarle su espacio en nuestra ciudad”, concluye Espinar.
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