Ayuso e Iglesias: de compañeros de cañas a rivales electorales por la presidencia de Madrid
Contertulios de los dos políticos recuerdan cuando compartían cervezas y polémicas en ‘La Tuerka’
-¿Pensáis que es creíble que un reportero de esta casa haya podido agredir a un antidisturbios? Voy a empezar contigo, Isabel, que estuvimos tomando cañas con él la semana pasada, después del programa. ¿Tú esto te lo crees?
-Hombre, preguntado así, evidentemente, no.
Presenta Pablo Iglesias, y responde Isabel Díaz Ayuso. Nadie les conoce. Él es un profesor de la Universidad Complutense que no ha entrado aún en política. Ella, una diputada autonómica del PP sin galones. Corre 2012, y ambos coinciden en La Tuerka, la tertulia televisiva que organiza Iglesias. Allí polemizan. Exponen puntos de vista opuestos. Y hacen algo más que compartir cervezas con Tania Sánchez, entonces en IU y hoy en Más Madrid, o Íñigo Errejón, que luego también fundará Podemos. Casi diez años antes de enfrentarse por la presidencia de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso empieza a descubrir gracias a Iglesias que se está gestando un proyecto que va a sacudir los cimientos de la política española.
“Ayuso y yo salimos un día del programa y nos llevamos las manos a la cabeza: ¡Pero esto qué es!”, rememora el periodista Benjamín López, que hoy preside la Asociación de Periodistas y Analistas por España, y entonces también participaba en La Tuerka. “No estábamos acostumbrados a escuchar entonces ese discurso tan duro, tan de extrema izquierda, y salimos alucinando, porque tenían el discurso rupturista con el que se presentaron a las Europeas de 2014, y ahí se produjo un choque”, añade. “Eso sí, había buen rollo, sin duda”, reconoce. “Nos trataban con educación, aunque había una clara descompensación de fuerzas”, ironiza. “Llevaban a algún periodista tipo sparring, como yo, porque se buscaba confrontación, y a algún político del PSOE o del PP, para darle bastante caña. En este caso fue Díaz Ayuso, que era una gran desconocida”.
“En el PP nos mandaban chavales de Juventudes”, contaba Errejón en 2014, cuando aún vivía días de vino y rosas con Iglesias, y no se había consumado la ruptura de 2019 que les enfrenta ahora en Madrid, con él como fundador de Más Madrid y su antiguo amigo, en Podemos.
Programa, choque y cervezas
Programa, choque ideológico, y cervezas en el bar de la esquina. Esa era la dinámica. A la luz del neón amarillo de la entrada, los asistentes trasegaban una caña tras otra al lado de la boca del metro, mientras les atendía el dueño de la tasca, “un señor muy mayor”, recuerdan varios asistentes. Ninguno podía imaginar entonces que Iglesias llegaría a la vicepresidencia del Gobierno de España, que abandona ahora, o que Díaz Ayuso sería presidenta regional.
“Todo ha ido tan rápido que parece mentira que en aquel momento no existiera casi nada de redes sociales e internet en los partidos estables”, cuenta una fuente conocedora de aquellas noches, y que pide el anonimato. “Ayuso ya estaba en los equipos de comunicación del PP, y por ser la más joven estaba en redes, donde llevaba la cuenta de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre”, recuerda. “Entonces no parecía una persona muy de derechas”, sigue. “La estrategia de Pablo era que no fuera una tertulia de sectarios, sesuda, sino algo dinámico, de debate, que generase interés. ¡Y qué mayor interés que convocar al otro lado!”.
La complicidad no se logró solo a través de la pasión común por la política. Con España aún sumida en la crisis generada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, los contertulios veían cómo cada jornada se llenaba de polémicas. Y las diseccionaban a bocajarro.
“Aquello tuvo la grandeza de ser todos amateurs, y la tranquilidad de hablar sin tapujos, pudiendo decir lo que quisieras”, cuenta el abogado Erlantz Ibarrondo, que también participaba del programa. “Había buena actitud de todos. No era nada profesionalizado”.
@Pablo_Iglesias_ Me tiene embelesada, oiga :)
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) November 23, 2012
Hace tiempo que la etapa de guiños continuos, reflejada en los mensajes cruzados en redes sociales (”Me tiene embelesada”, decía Díaz Ayuso de un conocido común), ha roto en confrontación directa. El mejor resumen de que la relación de antaño es ya irrecuperable está en los choques que han mantenido Díaz Ayuso e Iglesias durante la pandemia.
“Juega con la vida de los madrileños”, dijo Iglesias de Díaz Ayuso por pedir el pase a la fase 1 de la desescalada el pasado mayo.
“Debe estar fuera de las instituciones. El Gobierno de España no puede estar vicepresidido por semejante político, por llamarle de algún modo”, reclamó Díaz Ayuso sobre Iglesias, al que acusó de alentar los disturbios que acompañaron a las protestas por la condena de cárcel del rapero Pablo Hasél.
En medio, mil polémicas. Por la responsabilidad de que murieran 6.000 ancianos en las residencias de Madrid durante la primera ola de la pandemia. Por los menús de Telepizza que comieron los niños de las familias con menos recursos de la región tras suspenderse las clases. Por la estrategia de confinamientos por zonas básicas de salud de la Comunidad, que Iglesias calificó de “clasista y segregadora”. Todo, hasta llegar a este lunes, cuando se ha conocido que el choque que los dos políticos mantenían a distancia se dirimirá ahora en las urnas.
-”Madrid está ante un enorme riesgo: un Gobierno de ultraderecha con Ayuso y con Vox”, afirmó Iglesias al lanzar su candidatura.
-”España me debe una, hemos sacado a Iglesias de La Moncloa”, le contestó Díaz Ayuso. “O comunismo o libertad”.
Demasiada distancia como para volver a juntarse alrededor de una cerveza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.