Los anticuerpos de Ayuso llegan a la Asamblea: “Si estoy aquí es porque estoy vacunada”
La izquierda ataca a la presidenta madrileña por realizarse una PCR y una serológica, unos test que no se realizan al resto de madrileños si da positivo una persona del entorno salvo que muestren síntomas
Ya es Navidad en la Asamblea de España. El clima político de crispación sigue, por supuesto, pero la atmósfera es diferente. Madrid está distinta. Las luces de España ya se pueden ver. Ya lo dijo la presidenta Ayuso. “Madrid es España dentro de España. ¿Qué es Madrid si no es España?”. Dicho y hecho. Marchando unas luces de Navidad que simulan la bandera de España desde la fuente de Cibeles hasta la Castellana. Un río kilométrico de cables y lámparas para dar la bienvenida a 2021 en rojo y amarillo. La bandera españadeña será la estrella polar de los Reyes Magos en la capital. Poca broma.
Si Madrid es España, hoy en el pleno de los representantes del pueblo preguntó Sánchez. La diputada Soledad Sánchez Maroto, en concreto. “¿Piensa presentar unos presupuestos expansivos siguiendo las recomendaciones de las principales instituciones internacionales?”, inquirió la diputada de Unidas Podemos. El Gobierno regional aún no tiene presupuestos. Se habla mucho de España, pero aquí siguen vigentes las cuentas de 2018. En un año de Gobierno de PP y Ciudadanos solo se ha aprobado una modificación de la ley del suelo. Ni más, ni menos. La izquierda aprovecha siempre cualquier resquicio para punzar sobre este largo retraso presupuestario.
Si Podemos preguntaba por las cuentas de Madrid, Ayuso respondió por España, claro. “España se asoma al rescate por políticas como las suyas”, dijo. “Nosotros atenderemos más y mejor a los afectados por la pandemia. Presupuesto expansivo significa gastar más. Aquí en Madrid hay libertad para acceder a servicios públicos. No vamos a subir impuestos. No vamos a recuperar el impuesto de patrimonios, no vamos a despilfarrar”. De la pregunta, ni rastro. Así es la Comunidad de Madrid que tiene a España dentro.
Tras la diputada Sánchez Maroto, vino el turno de Vox. “¿Cree razonable que se obligue a los madrileños a tener cuarentenas de 10 días sin tener opción a PCR?”, dijo la portavoz Rocío Monasterio. La cuestión llevaba envuelta la polémica de la semana. Un estrecho colaborador de la presidenta dio positivo y, por tanto, todos los que trabajan con él han tenido que guardar una cuarentena de 10 días. Si ocurre en otro trabajo, en casa o en la escuela, no se realizarían prueba alguna a los contactos, sino que se guardaría una cuarentena sin más. Con la presidenta se ha hecho una excepción: se sometió a una PCR, que dio negativo, y a una serológica, que reveló que tenía anticuerpos de cuando pasó la enfermedad en marzo. Un día en aislamiento y vuelta a la agenda pública. Y Vox ha encontrado este jueves un hueco para punzar. “Tengo anticuerpos”, contestó la presidenta, orgullosa. “Yo estoy inmunizada, lamento que quiera verme. Si puedo estar aquí es porque estoy vacunada y tengo que seguir con mis obligaciones. A ustedes lo que les molesta es que la comunidad siga bajando la curva”, dijo.
Hubo aplausos rotundos en los populares. No así en Ciudadanos, que son más de hacer el gesto, pero sin ruido. Hay aplausos y aplausos. Una vieja costumbre en ala del vicepresidente Ignacio Aguado. “Hay que reconocerle que es una afortunada”, dijo con ironía el diputado de Más Madrid, Pablo Gómez Perpinyà. “Es la única madrileña que tiene la posibilidad de hacerse una prueba de anticuerpos. Los madrileños eligen hacer una cuarentena y usted se salta su protocolo. ¿Hay unas normas para el común de los mortales y otras para usted? Usted se burla en la cara de millones de madrileños”, enfatizó.
Ayuso agarró unos papeles y bebió agua. Un par de tragos. Era un ataque que merecía oxígeno. “No voy a pedir disculpas por tener anticuerpos y estar inmunizada. Su único plan es venir, criticar e insultar”, contestó. La presidenta, por si acaso, aprovechó y presumió del polémico nuevo hospital de pandemias, que ya debería estar inaugurado. Y dio una noticia: “Vamos a ofrecer el hospital como almacén de la vacuna que venga a España”. El problema, sin embargo, es que la vacuna no solo necesita un simple almacén, sino un frigorífico que funcione a menos 80 grados, pero esto a la presidenta se le pasó mencionarlo.
Tras la venta del hospital como un gran éxito de su gestión, un argumento que los populares esgrimen a diario, el centro todavía no cuenta con sanitarios. Es más, de momento no se van a contratar, sino que la consejería ha pedido voluntarios. La sesión de control terminó con la mesura de Ángel Gabilondo. “¿En qué situación se encuentran los presupuestos?”, insistió. El portavoz socialista pidió que se agilizaran cuanto antes los trámites y que dijera ya mismo si preferiría pactar con ellos o con Vox.
Ayuso, cómoda siempre en los ataques que le vienen por la izquierda, aprovechó para saltar a escala nacional: “No me eche en cara con quién pacto o no pacto, ustedes pactan con el entorno político de la ETA. El socialismo es inversamente proporcional a una comunidad como esta”. Esta vez, al menos, no mencionó a Venezuela.
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