Mónica García, anestesista y azote de Ayuso en la Asamblea: “Hemos normalizado que mueran 50 personas al día”
Es la diputada del momento en la región. Compagina la política con la profesión de sanitaria en el hospital 12 de Octubre. En su entorno aseguran que no tiene techo político
Mónica García (Madrid, 46 años) es la diputada del momento. Su dialéctica y su pinzamiento permanente contra las políticas del PP ha sacado de quicio varias veces a la presidenta Isabel Díaz Ayuso. García, que compagina la política con la profesión de anestesista en el hospital 12 de Octubre, es diputada de Más Madrid desde 2015. En su entorno aseguran que no tiene techo político.
Pregunta. ¿Cuándo se dio cuenta de que la segunda ola ya estaba aquí?
Respuesta. En la segunda quincena de agosto. Una vez que tenemos ingresos en planta y en UCI es un síntoma de que vamos tarde. A primeros de agosto ya teníamos 100 personas en la UCI. Ese era el dato de alarma.
P. ¿Qué valoración hace de la gestión sanitaria?
R. Ha sido negligente. Ha llegado tarde, mal y desenfocada. Nunca han querido controlar la pandemia. Han tenido la pretensión política de confrontarnos con un Gobierno.
P. Da a entender que la Comunidad se lavaba las manos viendo como aumentaban las cifras y tampoco ha sido así.
R. De junio a agosto no se hizo nada en prevención. No se reforzó la atención primaria ni se contrataron a rastreadores. No creo que fuera una decisión premeditada, pero sí que viven en una ideología de salvar la economía antes que la salud. Su peor aliado es su propia ideología, más que la mala fe. Piensan que la salud es secundaria. Lo ven como un nicho para hacer negocio.
P. Su partido criticaba las zonas básicas de salud, pero los datos han mejorado.
R. La medida de confinar de manera selectiva es homeopatía. Llegó tarde. Se aplicó en zonas y barrios con una incidencia de hasta 1.800 positivos. En Vallecas, cuando se hizo el 22 de septiembre, ya bajaba la curva porque se había alcanzado el pico. Por múltiples factores, por inmunidad de rebaño, por miedo de la gente. Hay muchos. Ahora bien, si me preguntas si científicamente han sido determinantes las medidas te digo que no.
P. ¿Y cuál es la razón?
R. La Comunidad de Madrid ha ido a la contra. Aquí se trataba de eliminar la transmisión comunitaria. No se ha conseguido. Éramos el epicentro de Europa. En Francia, Alemania se tomaban medidas con 100 casos. Hay que ver el coste. En esta segunda ola, hasta que pusieron las medidas perimetrales, llevábamos unos ingresos del 20% de todos los ingresos de toda la pandemia. En esta ola, el 40% de ingresos en UCI, se ha dado aquí. Han fallecido 3.000 personas. La pregunta no es si ha bajado, sino cuál es el precio que hemos pagado para que la curva subiera. Eso es política de prevención y lo otro es política de relato.
P. Pero, ¿por qué ha bajado entonces si las medidas no han funcionado?
R. Las epidemias funcionan como una ola. Suben y bajan. Aquí hemos sido el epicentro de Europa. Las olas no suben hasta el infinito. Lo que tenemos que plantearnos es qué hubiera pasado si hubiéramos tomado medidas antes. ¿Cuántos ingresos nos hubiéramos evitado? Hemos normalizado que mueran 50 personas al día. Cuando un hospital funciona al 40% alrededor de una patología es una sistema sanitario colapsado y esto lo tenemos aunque la incidencia acumulada baje.
P. ¿Qué quiere decir que el sistema está colapsado?
R. Un sistema colapsado es aquel en el que tú llamas a tu centro de atención primaria y no te pueden atender, es aquel en el que te iban a operar en marzo y todavía no te han operado, es aquel en el que llegamos tarde a todos los pacientes vulnerables. Esto es lo que pasa. Un médico no puede ver a 100 o 120 pacientes al día. Hoy te dan cita para vacunarte de la gripe para el 21 de diciembre. Esto es lo que la Comunidad no quiere mirar.
P. Los sanitarios están hastiados.
R. En la primera ola tuvimos un nivel de sobresaturación de trabajo y emocional. Veíamos a pacientes solos, tuvimos que dejarlos fuera, pacientes que se despedían por teléfono. Ahora tenemos gente que se replantea su profesión. No hemos hecho los deberes a tiempo y así no se puede trabajar. En esta segunda ola, de verdad, los sanitarios no nos los merecíamos.
P. Desde el punto de vista del lenguaje liberal se argumenta que un bar no se puede cerrar porque una familia se queda sin ingresos. ¿Cómo se combate ese debate?
R. Estoy segura de que la mayoría de los establecimientos hubieran preferido cerrar de una manera restrictiva durante poco tiempo a vivir en esta agonía permanente. La incertidumbre daña la economía. Y Ayuso es una máquina en eso. Cuando se toma la decisión de cerrar hay que acompañarla de ayudas. Un cierre drástico de poco tiempo junto con medidas económicas era lo que necesitábamos.
P. Eso propuso el vicepresidente Aguado.
R. Aguado propone eso en octubre, que ya era muy tarde. Aquí se han tomado medidas casi obligatorias. Aguado tiene el titulo de vicepresidente, pero parece un titulo nobiliario.
P. ¿Más Madrid haría presidente a Ignacio Aguado?
R. Me extraña mucho que Aguado ponga eso como condición después de haber sostenido a Ayuso y al PP durante cinco años. Él es parte de este Gobierno caótico. ¿En base a qué pondría esa condición?
P. Pongamos que la pone.
R. Nosotros queremos que sus políticas salgan. Aguado es lo mismo que Ayuso, solo que él pone tuits en su contra. La Comunidad se merece un cambio profundo.
P. Pero para que haya un cambio es fundamental el voto de Ciudadanos. Ellos no van a salir de un Gobierno para estar en la oposición. ¿Usted lo votaría?
R. ¿Al señor Aguado como presidente?
P. Sí.
R. Ese escenario está bastante alejado ahora.
P. Entonces la moción de censura que siempre sobrevuela también.
R. Si Aguado quiere estar gobernando de vicepresidente para poner tuits… tendrá que pensarlo. Me parecería bastante obsceno que el señor Aguado, siendo una fuerza no muy bien posicionada ahora, pidiera como chantaje para cambiar de Gobierno que él fuera presidente.
P. No votarían que no entonces.
R. Ahora mismo tendríamos que pensar qué es lo que necesitan los madrileños. No es un cambio estético.
P. El cambio estético llegaría con unas elecciones y estamos hablando de una moción. Para la moción que siempre plantea la izquierda se necesitan los votos de Ciudadanos.
R. Se necesita sus votos, pero no su presidencia. Se necesita que Ciudadanos sea responsable.
P. No le votarían entonces.
R. Vamos a apoyar todo aquello que suponga un cambio de Gobierno para Madrid. Y un cambio en las políticas.
P. ¿Un cambio de Gobierno para Más Madrid no sería un Gobierno con Ciudadanos?
R. Un cambio de Gobierno en Madrid significaría un cambio en las políticas en la Comunidad de Madrid.
P. Hablemos de los plenos de los jueves. La política madrileña es un espectáculo de televisión.
R. El PP ha convertido la Asamblea en una piscina de bolas. Prácticamente todas las preguntas nuestras tienen una respuesta: somos terroristas y socialcomunistas. Si el partido de gobierno defiende sus políticas de manera honesta con datos y argumentos elevamos la política, pero si yo le pregunto a Ayuso o a Lasquetty dónde están los informes y me contestan con otras comunidades, otros países, que si mi gesto, mi cara, mi boca… Hay una infantilización y una manipulación de la política que no se puede consentir.
P. Usted un jueves hizo una pistola con la mano y señaló a un consejero del PP. ¿Se arrepiente?
R. No fue ese gesto como tal. Ya lo he explicado. Los gestos van acompañados de una intencionalidad y de un contexto que ahí no se acompañaba. El PP desenfoca el debate. Yo preguntaba dónde estaban los 1.700 millones del Gobierno central a Madrid para paliar la crisis de la covid y no me contestaron.
P. ¿Considera que no hizo ese gesto?
R. Estaba imitando lo que me hizo el portavoz del PP.
P. Desde el punto de vista telegénico es indudable que hizo ese gesto.
R. Desde el punto de vista telegénico y desde el punto de vista de lo que pasa en la Asamblea lo importante no era mi gesto.
P. Eso es otro debate.
R. No, es el PP quien magnifica los gestos, los actos y las muecas de los plenos.
P. ¿Qué hubiera pasado si Ayuso le hubiera hecho a usted una pistola con la mano?
R. Es que en el momento del pleno no pasó nada.
P. Hubo consejeros del PP que sí lo vieron.
R. No, se molestaron porque yo hice el gesto de robar. El gesto ese no ocurrió. Si alguien hace un gesto así sería un escándalo. De hecho a quien le llaman la atención es al portavoz del PP. Eso no pasó.
P. Pasar pasó.
R. No pasó la interpretación del gesto. Hubo una tergiversación.
P. Entonces hubo un gesto, pero no una interpretación acertada del gesto. Es decir, usted no quería hacer ese gesto.
R. Por supuesto que no. Estamos hablando de un partido que quiere sacar el foco de la Asamblea. Quieren intentar que a los que venimos de otra profesión nos salga caro hacer política. Desprestigian la política. Quieren que la política sea fea y sea un patrimonio suyo. Esto hay que combatirlo desde todos los puntos de vista.
P. El gesto que hizo lo argumentó con artrosis…
R. Eso era una broma, obviamente.
P. Hablemos del nuevo hospital Zendal. ¿Para qué sirve un hospital de pandemias?
R. Es una imitación del modelo de Esperanza Aguirre. Eso es un plató, el momento de la inauguración, el momento de la foto, que el ciudadano poco informado entienda que se hace algo por su salud. Tiene que ver con no entender nada de un sistema sanitario. Todo el mundo ha entendido que esto no se soluciona con ladrillo, sino con políticas sanitarias.
P. ¿Por qué se invierte entonces?, ¿quién no quiere un hospital al lado de su casa?
R. Es preocupante que se envuelva un hospital como un pelotazo. Ese es el fin de ese hospital. Yo pregunté en julio dónde estaban los recursos y no me contestaron. Un hospital es una estructura compleja que requiere de una planificación sanitaria. ¿Por qué es más eficiente un hospital que invertir en atención primaria? Eso no está ahí. El PP lo sabe. No es por ignorancia. Ellos han aprovechado eso. Ifema nos costó los 41 días que estuvo abierto la mitad de lo que cuesta el hospital de La Paz en bienes. Más claro no nos lo pueden decir. En plena pandemia modifican la ley del suelo y hacen hospitales. La corrupción sanitaria está instalada en esta comunidad.
P. El PP lleva gobernando 25 años. Algo tendrán sus políticas.
R. El PP ha pasado de tener 72 diputados a necesitar a dos partidos que lo sostengan. Muy convincentes no son. La pandemia ha venido a mostrar que nuestra protección de la salud estaba mermada. Antes se hablaba de las listas de espera, de techos que se caen, pero al final esto se reducía solo a una parte de la población. Era difícil visualizar lo dañinas que han sido las políticas de recortes en sanidad. Ha sido necesaria una pandemia para socializar la vulnerabilidad del sistema sanitario madrileño.
P. Las imágenes siempre son más potentes que las palabras…
R. Hay una parte que tiene que ver con la sociedad que hemos creado. Una sociedad individualista y menos empática. La gente asume los problemas cuando le son propios, no cuando le son ajenos. Los sanitarios empatizamos. Tenemos un sustrato de sociedad individualista en el que no empatizamos con nuestro yo dentro de unos años, que son nuestros mayores. Lo que sí ha entrado es la economía. Nos han contado milagros económicos que no son solventes. Hemos tenido más gurús económicos que gurús sanitarios o científicos o profesores. Hemos hecho rodar nuestra sociedad en torno al beneficio. Y esta pandemia ha dado una vuelta a todos esos conceptos.
P. ¿La tercera ola está al caer?
R. Llegaremos tarde. Hay un sesgo ideológico que nos impide hacer políticas de prevención. La prevención no da votos ni titulares. El número de ingresos que se logra prevenir no es cuantificable, los ladrillos del hospital sí. Me da la sensación de que vamos a volver a fallar.
P. ¿Ha hablado con el consejero de Sanidad fuera de cámaras?
R. Sí, también soy crítica en privado. He intentado mantener la coherencia. No es una ficción cuando denuncio el sistema sanitario. Es que lo vivo en mis carnes. Como lo vivo, me enfada. Soy vehemente. Me da rabia tener un Gobierno que va en dirección contraria a las evidencias científicas. Cuando en marzo nos quedamos sin UCI en el hospital 12 de octubre se lo dije. Fue el momento más dramático de la primera ola.
P. ¿Qué le dijo?
R. Que no era verdad. Que lo que le decían a él no era eso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.