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Madrid apuesta por las terrazas de invierno y autoriza mamparas contra el frío y la lluvia

El sector hostelero se aferra a la mejora de los últimos datos sin necesidad de haber echado el cierre de bares y restaurantes

Luis de Vega
Terraza del restaurante Conache, en la plaza de San Ildefonso de Malasaña, el pasado 8 de .
Terraza del restaurante Conache, en la plaza de San Ildefonso de Malasaña, el pasado 8 de .Luis De Vega Hernández

La Comisión de Terrazas del Ayuntamiento de Madrid, que ya había liberado la burocracia para el uso de estufas, ha aprobado una nueva resolución que entra en vigor desde este jueves por la que se permite a los hosteleros la instalación de mamparas móviles como nueva medida para hacer compatible la continuidad de los negocios y las restricciones por la pandemia. Se trata de una medida con la que hacer frente al frío y la lluvia, ha comentado la vicealcaldesa Begoña Villacís, de Ciudadanos, en su cuenta de Twitter. Poco antes el alcalde había defendido esas mamparas en bares y restaurantes para que Madrid pueda contar con garantías con “terrazas de invierno”.

Esos nuevos elementos no podrán estar anclados al pavimento ni tener más de tres laterales, es decir, no se permite el cierre total. Además, han de dejar paso libre al peatón y no pueden interferir a la vista. Podrán ser de jardinería (maceteros o jardineras) y, según la resolución, es posible combinarlos con elementos ensamblados de estructura metálica o de madera, ya sea en el lateral o con toldo en la parte superior. Podrán disponer de pies para facilitar su movilidad y estar hechos de vidrio u otros materiales como sintéticos o textiles.

José Luis Martínez-Almeida ha reconocido que el sector está asumiendo todas las exigencias a las que está siendo sometido para hacer frente a la expansión del virus. La Comunidad no ha descartado imponer la obligatoriedad de que los establecimientos cuenten con medidores de dióxido de carbono (CO2) como parte de la estrategia para frenar los contagios. Si esos medidores son “inasumibles o difícilmente asumibles” por parte de los empresarios, ha comentado Almeida, deberán ser ayudados por la administración.

El sector de la Hostelería sigue defendiendo que es seguro pese a que afronta un momento “desolador, injusto y desesperante”, según el director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y la Bebida (FIAB), Mauricio García de Quevedo. Cree que las autoridades están demonizando a bares y restaurantes cuando, entiende, no son responsables más que del 3% de los contagios, según datos del Ministerio de Sanidad. Ha añadido que, por el momento, cerca de 65.000 de los 300.000 establecimientos hosteleros del país han tenido que cerrar y con ellos se han perdido unos 250.000 empleos. García de Quevedo ha ofrecido estos datos durante un foro sobre economía, turismo e impuestos celebrado este miércoles de manera telemática en el que la incidido en que Madrid ha mejorado sus datos sin echar el cierre a la hostelería.

Más allá del turismo de sol y playa, la concejal de Turismo, Almudena Maíllo, participante también en ese foro, ha defendido, a la sombra de esa mejoría estadística, destinos urbanos como el de la capital. Reconoce en todo caso que es necesario que el turista recupere la confianza según se vayan reabriendo las fronteras.

En el plan del Consistorio de la capital para defender al sector hostelero, además de rebajas fiscales y la gratuidad en 2020 de la tasa de terrazas, se incluyó en mayo medidas para ampliar el número de terrazas con la novedad de que algunas ocuparan plazas de aparcamiento hasta el 31 de diciembre. También se ha facilitado la burocracia para acceder a instalar estufas y que sigan atrayendo a clientes en la temporada de invierno. El plan del equipo de Gobierno que lidera José Luis Martínez-Almeida es mantener también estos beneficios en las nuevas ordenanzas fiscales para 2021. Este plan no está sin embargo exento de problemas y protestas.

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La excepción madrileña: la fiesta no muere ni en pandemia

Clientes de Center Mambo Latino, una discoteca en los bajos de Azca, Madrid, el sábado por la noche.
Clientes de Center Mambo Latino, una discoteca en los bajos de Azca, Madrid, el sábado por la noche.FERNANDO PEINADO (EL PAÍS)

Mientras media Europa cierra bares y discotecas, Madrid permite que abran con normas que favorecen los excesos.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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