El motor de Alcorcón se salva de las restricciones regionales

Durante todo el fin de semana, corría la incertidumbre en Alcorcón de si la gran locomotora de empleo, el gran almacén y punto de venta al público de Ikea, podría abrir sus puertas a los residentes no confinados y al resto de visitantes de otros puntos de la región. La alcaldesa alcorconera, la socialista Natalia de Andrés, ya expresó su preocupación en declaraciones a la cadena SER este domingo ante el riesgo de que corrían peligro centenares de puestos de trabajo. Y no solo del gigante sueco, sino también de otras grandes superficies de bricolaje y materiales de construcción del polígono el Lucero -situado junto a la autovía de Extremadura (A-5)-, del centro comercial Tres Aguas y del llamado polígono del automóvil. Este congrega a importantes marcas junto con talleres de reparación.

La publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) este lunes de la orden 1226/2020 clarificaba un sinsentido ya denunciado por el Ayuntamiento de Alcorcón en los últimos días. Si en la zona norte de la A-5 no hay ningún residente porque no hay viviendas y por tanto no están adscritas al centro de salud Miguel Servet, ¿por qué limitar la movilidad en esa zona, con los consiguientes problemas para todas las empresas y comercios radicados en ellos?

Ikea es uno de los centros comerciales de Alcorcón que más visitantes reciben a lo largo del año. Su área de influencia traspasa incluso las fronteras de la Comunidad de Madrid y a él acuden compradores procedentes de provincias limítrofes como Toledo y Ávila e incluso más lejos. Su primer establecimiento en toda la península lo abrió hace unos 25 años en la zona de Parque Oeste, pero se le quedó pequeño. Decidió entonces levantar un macrocentro al otro lado de la A-5, que pese a su capacidad siempre se encuentra con gran afluencia de gente, en especial los fines de semana.

Un caso similar ocurre con Tres Aguas, que además de cines, un gimnasio y diversas tiendas de moda acoge el supermercado Mercadona al que acude gran cantidad de clientes dadas sus facilidades de acceso.

Desde esta mañana, las zonas con acceso restringido de la localidad lucen en los árboles, en las fachadas e incluso en las farolas grandes carteles. En ellas se pide a los vecinos que colaboren “respetando las medidas higiénico-sanitarias y las restricciones planteadas para esta zona”, todo ello bajo la etiqueta #AlcorcónEstaContigo justo debajo.

La orden dictada hoy por la Consejería de Sanidad aclaraba que los negocios del norte de la A-5 estaban fuera de las limitaciones, pero también se olvidaba de un aspecto importante que afectaba a otros vecinos de la localidad. Los residentes en el barrio de Parque Oeste -en el que también se dan importantes tiendas, hipermercados y restaurantes- pertenecen al centro de salud Miguel Servet, pero no tienen sus movimientos restringidos. Esta zona debía tener desde hace años su propio ambulatorio, pero la Comunidad de Madrid lo ha dejado en el cajón de asuntos pendientes. Por ello, pese a que estos vecinos sí contabilizan los positivos en ese centro, no se han visto afectados. Un caso similar ocurre incluso con los vecinos de Fuente Cisneros, uno de los barrios más modernos de Alcorcón, situado en el límite con el vecino municipio de Móstoles.

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