No hay médicos para tanto paciente: el gran problema de la Atención Primaria en Madrid
Díaz Ayuso promete invertir 80 millones de euros en tres años para mejorar las condiciones de la atención primaria, infradotada y desbordada por la pandemia
Las cifras no cuentan el drama de los profesionales de la atención primaria de Madrid al completo. Atienden a más de 80 pacientes por turno de media, según los sindicatos. Cubren con su esfuerzo un déficit de 600 médicos de familia y más de 150 pediatras, según sus representantes. Y se asoman al abismo del colapso desde que la pandemia les ha hecho trabajar rodeados de colas de pacientes que acuden a sus centros sin cita; agotados por doblar turnos para cubrir vacaciones; y en edificios muchas veces anticuados, a veces sin luz natural, a veces sin ni siquiera ventilación. Con los médicos convocados a una huelga indefinida a partir del 28 de septiembre, Isabel Díaz Ayuso prometió ayer invertir 80 millones en tres años para cambiar el sistema. Como no todo son datos, los sindicatos recibieron el anuncio con frialdad: creen que llega tarde, y temen que la segunda ola del virus les estalle en la cara.
“Esta inversión se aplicará desde el último trimestre de este año y conllevará modificaciones organizativas y retributivas”, prometió Díaz Ayuso este lunes, en el debate del estado de la región, que continúa durante la jornada el martes.
El sector sanitario se tomó el anuncio con escepticismo. Tras ver cómo la atención primaria se convertía en la primera línea defensiva de una pandemia que ya se ha cobrado al menos 15.759 muertes en la región, sus profesionales afrontan agotados un otoño en el que podrían seguir multiplicándose los brotes.
“La primaria está desbordada”, resume Jesús Redondo, médico de familia en el centro de salud Ramón y Cajal. “Cuando finalizó el estado de alarma parecía que íbamos a tener un respiro, pero no, a partir de ese momento empezó una disminución de la plantilla por vacaciones, más las bajas, y desde finales de junio hasta ahora ha sido in crescendo y sin parar, y en unas condiciones precarias”.
“Cada semana hacemos más PCR, hay más positivos, y cada positivo te da guerra: son más bajas, más PCR por control de contactos...”, describe Salvador Casado, médico de familia en Soto del Real. “Cada vez es más presión”, sigue. “Vivo en modo lavadora. Tenía la habilidad de terminar mi trabajo y desconectar hasta el día siguiente. Ya no puedo. Es tal el nivel de agobio... Algunos compañeros me dicen: 'Tengo miedo de ir mañana”.
La situación de los centros de salud desde marzo fue, en parte, lo que provocó el colapso hospitalario. No pudieron hacer de parapeto: el virus llegó como un tsunami y desbordó a unos profesionales ya faltos de recursos, a eso se sumaron las bajas por contagios de covid-19 y la derivación de profesionales y residentes al hospital de Ifema, lo que provocó el cierre de decenas de centros, consultorios y ambulatorios que todavía, seis meses después, no han terminado de reabrir.
Las cifras de la escasez
Los profesionales de los centros de salud reclaman que se solucione un déficit de especialistas que posiciona a Madrid como una de las comunidades con peor ratio de pacientes por médico de cabecera: un 12,7% más que el cómputo nacional, un 25,4% más en enfermería, un 39,4% más en auxiliares de enfermería y un 17,5% más en auxiliares administrativos. “Pero los peores ratios son los de médicos de familia y pediatras”, concreta Julián Ezquerra, de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores.
La Comunidad es, también, la que menos invierte en gasto sanitario público, la tercera que menos paga a sus profesionales y la que menos destina a este primer escalón del sistema, según el Ministerio de Sanidad.
El nuevo plan, según Ayuso, “mejorará las condiciones laborales de los profesionales”, y aumentará “de manera progresiva la plantilla, con el fin de disminuir la presión asistencial”.
Esto “solo son titulares”, dice Ezquerra, quien asegura que se han perdido unos meses “valiosísimos”: “Durante el propio confinamiento se podía haber presentado esta misma propuesta. Ahora ya estamos en rebrote claro”.
La reacción de los grupos de oposición fue parecida. “El plan consiste en aumentar cuatro euros por habitante y año, teniendo en cuenta que estamos a 72 euros de la media nacional”, dijo Mónica García (Más Madrid). “Hay que actuar ya, si se colapsa la Atención Primaria caen los hospitales. Y si caen los hospitales, caemos todos”, dijo Jesús Santos, de Podemos.
Palabras que recordaron una realidad incontrovertible: mientras se ponen en marcha los planes del Gobierno, el virus amenaza con devorar los recursos de la atención primaria.
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