“La pandemia es consecuencia de nuestro sistema”

El Nueva York que vivió Federico García Lorca podría tener ciertas similitudes con nuestro mundo actual. “El poeta vio allí los procesos de modernización que traía el capitalismo y vio que eran procesos de deshumanización”, explica el actor Alberto San Juan. Allí le cogió el inicio del crack del 29. Hoy también estamos en los albores de una crisis económica, la que sigue a la pandemia, e inmersos en una modernización que también nos deshumaniza y que incluso puede transhumanizarnos, cuando la Inteligencia Artificial y la robótica transciendan la especie humana. Es lo que tienen algunas grandes obras, como Poeta en Nueva York, que nunca caducan.

“Lorca escribió que aquel era un ‘sistema económico cruel’ al que había que, directamente, ‘cortarle la cabeza”, señala San Juan. En su espectáculo Nueva York en un poeta, el actor recrea la conferencia que dio el poeta en Madrid al regresar de su estancia en Nueva York y su paso por Cuba, e incluye varios poemas de aquel poemario. Aunque algunos de esos poemas pueden ser una clara descripción periodística de aquella ciudad y podrían aplicarse a la actualidad, “otros son un misterio inalcanzable para mí, pero funcionan gracias a la belleza y al ritmo”, dice San Juan, “en los buenos textos siempre estás encontrando nuevos significados”.

Si ahora estamos con el Black Live Matters y la revindicación de lo afroamericano, también esto está en Poeta en Nueva York, como lo gitano había estado en el Romancero. “Para el poeta los negros no solo representan un colectivo oprimido, sino también aquello último que le quedaba por conquistar el sistema, un último reducto de la vida genuina”, dice el actor.

El espectáculo, como ocurre en algunos de los últimos de San Juan, ha crecido de manera orgánica, sin estreno, sin mucho ensayo, sin dirección, poco a poco, sobre el escenario. Ahí es donde le acompaña la música de jazz, pero también de funk o de rock, interpretada por los músicos Miguel Malla, Pablo Navarro, Gabriel Marijuan y Claudio de Casas. Hay versiones de Lou Reed y Ry Cooder, en un espectáculo que puede verse en dos sesiones este sábado en el Festival de Teatro y Música La Antigua Mina, en el puerto de la Cruz Verde (Guadarrama).

¿Cómo está la profesión teatral en la era covid-19? “Los teatros y los bares, que son los pilares de una sociedad avanzada, están en serio peligro”, dice San Juan bromeando, pero en serio. En efecto, la hostelería y los teatros son de los sectores más comprometidos en época de pandemia y podrían ser afectados de manera fatal con un segundo confinamiento. “Yo creo que el virus no es nuestro enemigo, sino la consecuencia de nuestro sistema, el capitalismo neoliberal”, opina el actor, “tenemos que entender que la manera en la que tratemos a la selva amazónica o al ganado industrial tendrá consecuencias para nosotros: no somos los amos del mundo”.

Todavía es pronto para ver cómo se desarrollan las cosas en eso que llaman “el día después”, pero probablemente la crisis económica tendrá efectos devastadores. “Entonces, está por ver cómo se gestiona, y si se opta por recortes sociales o soluciones autoritarias, en cuyo caso preveo una reacción colectiva muy potente”. El ejemplo a seguir, para el actor, son las redes solidarias autoorganizadas que han dado de comer (y todavía dan) a los vecinos más vulnerables en los barrios. Por ejemplo, LaCuba, que atendió a unas 3.400 personas en Lavapiés y que tuvo sede en el Teatro del Barrio, el proyecto cooperativo en el que San Juan participa.

Desde el Teatro del Barrio han venido criticando, a través de la obra y la película El rey, a la figura de Juan Carlos I que ahora, después de cultivar una imagen pública casi de santoral, parece estar en profundos aprietos. “Nosotros no desvelamos nada: era un secreto a voces”, dice San Juan, “yo me remito a lo que le he leído a los expertos, es decir, a Jaime Peñafiel: Felipe VI durará ocho años y Leonor nunca reinará”. Las raíces de estos problemas de corrupción los fecha el artista en una época muy concreta, la del PSOE de Felipe González: “Aprovechando su crédito como alternativa al franquismo, crearon la cultura de que lo importante es enriquecerse rápido, sin tener en cuenta a los demás, por encima del interés público. Eso era lo guay”.

Dice San Juan que, a pesar de todas las adversidades, aunque cierren compañías y salas, el teatro nunca morirá. “Cuando alguien le cuenta a otro algo en la calle, ahí empieza el teatro. Solo se acabará con la Humanidad”. El problema es que no está claro que la Humanidad vaya a durar demasiado.