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Los vecinos llevan al Ayuntamiento las colas del hambre para recordarle que es su responsabilidad

Más de 200 personas se manifiestan en Cibeles para pedir a Almeida que garantice la alimentación a las 55.000 personas a las que ellos reparten comida

Protesta de las denominadas colas del hambre ante el Palacio de Cibeles.
Protesta de las denominadas colas del hambre ante el Palacio de Cibeles.VICTOR SAINZ
Lucía Franco

Dos centenares de personas se han manifestado este jueves en Cibeles para pedir que se garantice la alimentación a las 55.000 personas que acuden todas las semanas a las colas del hambre atendidas por las redes vecinales. Las asociaciones han recordado al Ayuntamiento que es su responsabilidad y le han exigido un plan urgente de emergencia social. La protesta ha arrancado a las 10.30 frente a la entrada del Consistorio por la calle Montalbán.

En un acto simbólico y con pancartas que rezaban El pueblo tiene hambre y Ayuntamiento haz tu trabajo, se han puesto en fila para llevar a las puertas del Consistorio las llamadas colas del hambre, que se generan todos los días en los barrios de Madrid. El Gobierno municipal de PP y Ciudadanos les ha respondido asegurando que ha atendido a todas las personas que han solicitado ayudas de alimentación y otras ayudas de emergencia a raíz de la crisis de la covid-19. “Hemos llevado a cabo un refuerzo histórico de los servicios sociales municipales con 264 efectivos para afrontar la emergencia social y alimentaria que vive la ciudad de Madrid como consecuencia del parón económico debido al confinamiento”, ha explicado un portavoz.

En los Acuerdos de la Villa, sellados formalmente este miércoles entre los cinco grupos municipales con presencia en la corporación, se han acordado medidas como la implantación, con carácter de urgencia, de una tarjeta social que canalice el pago de las ayudas para la alimentación e higiene.

Los servicios sociales de los 21 distritos atienden a 88.000 personas al día, más de 30.000 hogares, a través de ayudas alimentarias de diferentes modalidades. Sin embargo, este esfuerzo no ha sido suficiente. Más de 55.000 personas todavía dependen todas las semanas de las despensas solidarias de los barrios para poder llevar comida a sus casas.

Con el verano y la nueva normalidad, las redes vecinales han dejado de recibir la cantidad de donaciones que tuvieron durante el confinamiento y temen que la menor llegada de fondos les obligue a cerrar. Algunas ya han tenido que dar ese paso, como las asociaciones de La Elipa, Villaverde Bajo, Lucero, Letras, La Cubba (Lavapiés). Otras, como la de Villaverde Alto, han pasado de hacer repartos diarios a semanales.

Una de las pancartas de la manifestación.
Una de las pancartas de la manifestación.VICTOR SAINZ
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“Las despensas vecinales han llegado al límite de sus posibilidades, algunas carecen de recursos para continuar, y otras han tenido que cerrar por falta de medios y apoyo institucional”, ha explicado Jordi Gordon, portavoz de estas redes.

La asociación de apoyo vecinal de Alcobendas, que atiende a 300 familias, explica que cada vez hay más demanda y menos ayudas. “Estamos notando que, de cara al verano, las ayudas voluntarias han bajado, por el momento no hemos tenido que decir que no a ninguna persona con hambre, pero tenemos miedo de que llegue ese momento y nos toque cerrar”, lamenta su portavoz.

Juana Bonilla, de 49 años, se quedó sin trabajo y tuvo que empezar a ir a la despensa solidaria de Malasaña. Asegura que es la única forma que tiene para poder dar leche y pañales a sus dos hijos. Su amiga Tania Sánchez, de 45 años, le contó que la asociación de vecinos estaba ayudando a las personas que no tenían ingresos. “Al comienzo me daba vergüenza, pero el hambre de mis hijos me la quitó”, asegura Sánchez, a la que despidieron de su trabajo como ayudante de limpieza al comienzo de la pandemia. Sánchez coge un autobús todos los martes de Parla a Malasaña para recoger alimentos. “No entiendo por qué los políticos gastan tanto dinero en banderas y no en llenar nuestras neveras”, reclama.

“Familias, despensas vecinales y voluntarios estamos llegando a una situación insostenible como consecuencia de la prolongación de la pandemia social provocada por la covid-19 en los barrios de Madrid”, ha explicado Jordi Gordon, presidente de Sos Malasaña y portavoz de la concentración, que ha unido a más de 35 asociaciones en demanda de soluciones reales.

A la concentración ha asistido Pepu Hernández, líder del grupo municipal socialista, que ha agradecido la ayuda que han prestado a la ciudad de Madrid las redes vecinales en esta época de crisis y ha reclamado al Ayuntamiento que asuma el relevo. “No es una cuestión de tener empatía, mucha gente ha estado ayudando de forma voluntaria, pero las personas vulnerables no pueden dependen de iniciativas vecinales para poder comer, tiene que haber un respaldo de las instituciones regionales”, ha recordado Hernández.

Según recoge Europa Press, la portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, ha defendido el ”esfuerzo histórico” que está haciendo el Ayuntamiento de Madrid para afrontar la crisis social derivada del coronavirus mientras que ha seguido reclamando a algunas asociaciones y redes vecinales datos de las personas a las que dan apoyo, integrantes de las colas del hambre.

La respuesta ha llegado minutos después de que decenas de personas, formadas en varias hileras y usuarias de las que se han denominado como colas del hambre, hayan llegado a las puertas del Palacio de Cibeles este jueves para exigir al Gobierno municipal de PP y Cs un plan de emergencia social que dé respuesta este verano a las más de 50.000 personas que han sido atendidas durante estos meses por las despensas solidarias vecinales.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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