Los tres últimos manifestantes de las caceroladas de Núñez de Balboa: “La gente se ha cansado y ha vuelto el fútbol”
Tres vecinos del barrio de Salamanca continúan concentrándose contra el Gobierno, pero solo los miércoles. Realizarán una manifestación el 27 de junio por las calles de Madrid
Siempre es el primero. Y esta vez, no iba a ser menos. Joaquín Ariza, de 53 años, llegó este miércoles a la concentración de Núñez de Balboa sin su famoso altavoz mediático, aquel que lo catapultó a la viralidad de Internet a mediados de mayo: “¡Libertad. Gobierno dimisión!”, coreaba. Ariza es un vecino del barrio de Salamanca, trabaja en el Banco Santander y fue uno de los primeros en salir a manifestarse contra el Gobierno. Cuenta que las concentraciones ya no son diarias. Que han pasado a ser los miércoles ante la baja afluencia. Que solo vienen tres. Un minuto antes de las nueve de la noche, aparece sonriente otro vecino de unos 50 años con la bandera de España anudada al cuello, como si fuera un superhéroe. “No voy a hablar. No quiero dar mi nombre. Escriba lo que quiera. Sois [en referencia a la prensa] todos iguales”. ¿Por qué han desaparecido los manifestantes en tan poco tiempo?
“Nosotros seguiremos aunque no venga nadie”, explica Ariza ante la atenta mirada de su compañero anónimo. “Pedimos la dimisión del Gobierno. No hay nadie en Europa que lo haya hecho peor que el señor Fernando Simón. Aquí no ha dimitido nadie. Hoy [por el miércoles] Sánchez presumía de salvar 450.000 vidas. Esto es una república bananera”. El señor anónimo ahora entra al trapo y decide opinar: “Ahí, ahí”.
De una esquina sale Manuel, vecino y amigo del señor anónimo: el último manifestante. Los tres se conocieron durante las concentraciones. Sacar la bandera de tu país todas las noches durante 30 días seguidos invita a dialogar. Las caceroladas unen. Un asesor fiscal, un trabajador del Banco Santander y un hombre anónimo. El último tridente de Núñez de Balboa. Los tres han pedido a la Delegación del Gobierno una manifestación contra el Gobierno de Pedro Sánchez para el sábado 27 de junio a las 12 del mediodía por el centro de la capital. Un portavoz de la delegación confirma que los trámites son correctos y que, en principio, sigue adelante.
- ¿Alguna pancarta prevista?
- Contra el Gobierno seguro, pero todavía no hemos hecho nada― explica el señor anónimo.
Manuel, el último en llegar, también ha traído la bandera de España. A sus 53 años se la coloca con esmero alrededor del cuello, como si fuera otro superhéroe español. El señor anónimo sonríe al observarlo. “La gente se cansa y esto ya no tiene tanto tirón. Los bares han abierto, ha empezado el fútbol... Al final te terminas cansando”. Los tres pactaron hace una semana que de ahora en adelante solo vendrían los miércoles. La concentración de esta semana duró 20 minutos. Fue una simple charla. Nada de gritos, ni consignas ni caceroladas. Un breve paseo por una calle vacía, con el ruido de un par de taxis. Ni rastro de los furgones policiales que vigilaban el cumplimiento del estado de alarma hace dos semanas.
¿Por qué empezaron a concentrarse? “La policía”, cuenta el señor anónimo, que con el paso de los minutos es el que más habla, “quiso entrar por las buenas a la casa de un vecino. Tú no puedes dar una patada a una puerta y decir: ‘Quita la bandera’. Y como yo paseaba todos los días por aquí, lo vi”.
- Nadie retiró la bandera, fue porque un chaval tenía la música a todo trapo.
- Bueno, bueno, ya, ya.
Según varios vecinos, la protesta colectiva surgió después de que un grupo de jóvenes se concentrara frente a una vivienda donde parecía que se celebraba una fiesta. Allí se presentó un furgón policial que sancionó a 12 de ellos por incumplir el real decreto del estado de alarma. La fiesta improvisada coincidió con la cacerolada de las nueve de la noche contra el Gobierno. Algunos vecinos pensaron erróneamente que el Gobierno había mandado estos furgones para impedir la cacerolada.
Los tres últimos manifestantes de Núñez de Balboa consideran que el tratamiento de los medios a la marcha ha sido penoso. “Nos han tratado fatal”, cuenta el señor anónimo. Estas concentraciones ocuparon las portadas de los principales medios del país. En ese instante, se genera este diálogo entre los tres:
- Por no hablar del palo de golf de la señal, que acabó siendo un cepillo.
- Dicen que esto era el tercer barrio más rico de España. Que sea un barrio rico no digo que no, pero el tercero…
- ¿Y San Sebastián, qué?
- Lo dicen los diputados que triplican la renta de media de este barrio. La casta, la casta.
- En televisión no decían nada de muertos. Ni la 1, ni la cuatro, ni la tres. Hasta que empezó Pablo Motos y luego un poco Risto [Mejide].
- Y Ana Rosa.
- Sí, y Ana Rosa también.
La calle de Núñez de Balboa mide dos kilómetros. Se sitúa en el barrio de Salamanca, uno de los 21 distritos de la capital. Aquí viven más de 150.000 vecinos. En este punto en concreto reside el 1% más rico de España y el 3% más rico de la Comunidad de Madrid. La renta por hogar es de 50.376 euros. En la región, 33.000. En España, 28.417.
El barrio es un feudo conservador popular. El récord lo tuvo en 2007, cuando recibió el apoyo de siete de cada diez vecinos. Por eso, la presidenta Díaz Ayuso alentó estas protestas en la Asamblea regional: “Esperen a que la gente salga a la calle, porque lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma”. O El alcalde Almeida, que dijo a mediados de mayo: “Mientras se mantengan las condiciones cada uno puede manifestar su opinión”. Y Vox, que tanto el portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, y la portavoz en la Asamblea, Rocío Monasterio, alentaron las manifestaciones en los medios e incluso acudieron.
Ya no hace falta alentarlas. La calle de Núñez de Balboa está vacía. Nadie se asoma a los balcones para ver la manifestación como si fuera un paso de la Semana Santa. Este miércoles no se escuchó ni una cacerolada. Arriba, las banderas siguen colgadas, intactas. Abajo, las terrazas están repletas.
Los tres manifestantes conocen a María Luisa Fernández, una vecina de Las Rozas de 53 años que se autoproclamó la líder de las protestas contra el Gobierno en esta misma calle. Fernández ya ni viene. “Las concentraciones volverán a subir cuando nos rescaten”, cuenta por teléfono. “Ahora es verano y la gente se va a las terrazas. No quiero que me vinculen con los cayetanos, esto es un movimiento transversal para todo el pueblo. Por eso no me han llamado del Toro TV ni de 13TV. Solo me llaman los de Okdiario”.
A las 21.24 del miércoles, los tres manifestantes se despiden con un choque de codos hasta el próximo miércoles.
- ¿Sois el último reducto de Núñez de Balboa?
- Somos el último reducto que viene.
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