El Madrid Extrañado de Luis de Vega llega al Instituto Cervantes
Los protagonistas de los reportajes de la pandemia y las calles de la capital contagiadas por el virus, en una exposición fotográfica
La exposición virtual Madrid Extrañado (26 de mayo-30 de junio) recoge 21 fotografías que han formado parte de la cobertura que el reportero Luis de Vega (Huelva, 1971) ha llevado a cabo durante estas semanas de pandemia como integrante de la sección de Local de EL PAÍS. Ahí está Pablo al salir del vientre de su madre; Ricardo, el desinfectador de aviones; Armenia y su mascarilla casera; José Manuel, el sintecho; Eva, la alcaldesa comprometida o Riay en su féretro.
La muestra, que contará en breve con la edición de un catálogo para complementar su formato virtual, nace de una iniciativa conjunta de las sedes del Instituto Cervantes en Bruselas y en Budapest. “Allí donde se cruzan los caminos dice la canción. La ciudad que acoge a quienes siempre están de paso. La de la Gran Vía, malecón sin mar. La antesala del cielo. Títulos del que ahora es otro Madrid. Ese en el que los madrileños no abarrotan sus calles, sino que están colgados en sus balcones, como pájaros enjaulados”, ha escrito el comisario de la muestra, Roberto Villalón, director de la revista Clavoardiendo.
Junto a los rostros y las historias de los protagonistas de los reportajes, integran asimismo la exposición algunas estampas de ese Madrid vacío, triste y también contagiado por la pandemia. Con España como uno de los centros de esta crisis mundial, “necesitábamos reflejar ese momento en nuestro programa cultural. No para alarmar sino para mostrar. Y para reflexionar sobre cómo será la creación cultural después con esta cicatriz”, señala Javier Valdivielso, director del Instituto Cervantes de Budapest.
“El trabajo de de Luis de Vega denota un compromiso ético con la realidad. Son fotografías honradas, inmediatas, sin artificio alguno que nos invitan a reflexionar sobre la nueva enfermedad, sus metáforas y efectos concretos en la vida cotidiana y la necesidad de aprender un nuevo léxico emocional”, entiende Ana Vázquez, directora en Bruselas. “Madrid Extrañado también nos muestra la plasticidad de la ciudad, multiplicando sus perspectivas. Nos regala una percepción renovada de la ciudad que, antes de la pandemia, percibíamos desde la rutina y la mirada distraída, y que, ahora, a través de estas imágenes y de lo vivido, nos promueve el extrañamiento y nos devuelve a la experiencia, al campo del descubrimiento, a la sorpresa y a la vivencia de una nueva narrativa urbana, de una ciudad distinta”.
Para Villalón “la fotografía documental, el fotoperiodismo, pese a todo, sigue siendo una gran herramienta que nos permite contar el mundo, conocerlo y entenderlo”. Estas fotos “nos ayudan a entender qué es lo que estamos viviendo aquí y ahora ante un acontecimiento global, como es esta pandemia. Y nos servirán para recordarlo en el futuro”.
“Cuando pensamos en epidemias pasadas como la gripe española vuelve la fotografía. Esas fotografías en blanco y negro son las que mejor describen qué fue aquello. Ahora necesitamos reivindicar un fotoperiodismo que narre y cuente nuestra epidemia”, argumenta Valdivielso. “Porque la vida sigue, aunque sea de otra manera, más allá de curvas y cifras”, concluye el comisario de la exposición.
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